“Democracia no sólo cuestión de votos”, once años después (IV): democracia, sociedad civil y política económica

Continuando con la serie iniciada en un nuestro post del 01 de mayo, y continuada en los post del 07 y del 10 de mayo, publico la cuarta y última parte de mi artículo “Democracia no sólo cuestión de votos”. Queda en el tintero un post adicional, que publicaré próximamente, en el cual realizaré el necesario balance sobre lo escrito hace once años.

DEMOCRACIA, SOCIEDAD CIVIL Y POLÍTICA ECONÓMICA

Ahora bien, para que pueda existir una sociedad civil fuerte se requiere de una base económica que la promueva. En esto el modelo político se conecta con la política económica. Una política económica adecuada, que logre un mínimo de bienestar social como resultado de una modernización económica, afecta [al ámbito político]. Por ello, la construcción o consolidación de la democracia exige no sólo de reformas institucionales o políticas; requiere de una eficiente política económica, que garantice que todos los ciudadanos puedan participar en el mercado y en la toma de decisiones. Por ello, la democracia exige también democratizar los beneficios del mercado.
Por su parte, la política económica se ve afectada [influenciada] por el modelo político. La economía de mercado está esencialmente vinculada a las instituciones políticas de la democracia moderna, ya que dicho modelo económico tiene como fundamento a la libertad; y el único modelo que la puede garantizar es la democracia, cuya base es también la libertad. Asimismo, para implementar las reformas económicas y determinado modelo económico, se requiere de estabilidad política. Aunque pueda parecer que un régimen autoritario puede garantizarla, a la larga esa estabilidad es transitoria, ya que se basa tan sólo en la permanencia de los mismos gobernantes autoritarios en el ejercicio del poder. Sólo la democracia, gracias a sus instituciones, puede garantizar una estabilidad política sostenida.

Entonces, ¿la construcción de la democracia requiere que primero se generen las condiciones económicas y sociales propicias para su desarrollo, o se requiere primero consolidar una democracia política para asegurar la sostenibilidad de la modernización económica? Ni lo uno ni lo otro; la construcción de la democracia tiene que ir acompañada de las reformas económicas modernizadoras, o viceversa. Por una cuestión adicional. Nada garantiza que en una sociedad gobernada autoritariamente, los beneficios de un modelo económico basado en el [libre] mercado alcancen a las mayorías, ya que en ese tipo de régimen político la opinión o decisión de [los ciudadanos] no cuenta, por lo que nada garantiza que a la modernización económica le siga la democratización política.

Mario Vargas Llosa destaca una idea que sigue siendo necesario recordar: que “una «reforma liberal» si se limita como en Venezuela –o Argentina, México, Bolivia, Perú, etcétera– a combatir la inflación, bajar las tarifas, reducir el gasto público y estimular las inversiones, sin remover las barreras que mantienen discriminada a una mayoría de la población, impidiéndole el acceso a la propiedad y al mercado, puede fortalecer la moneda, equilibrar el presupuesto, elevar la producción, pero sus beneficios se confinarán en sectores muy minoritarios, en tanto que la mayoría recibirá sólo migajas (y a veces ni siquiera eso) del saneamiento y desarrollo de la economía de un país.” [“Ruido de sables” (1992), en Desafíos a la libertad, Madrid: Aguilar, 1994, pp. 93-94].

Para lograr una economía de mercado que no tenga ese carácter discriminatorio usual en nuestras economías latinoamericanas, el rol que tiene que desempeñar el Estado es importante. A contrapelo del liberalismo ortodoxo, que considera que el Estado debe mantenerse lo más alejado posible de la dinámica del mercado, en sociedades como la nuestra su verdadero rol sí implica un nivel de intervención; no para sustituir al mercado, sino para crearlo y promoverlo; no siendo un agente económico directo, sino constituyéndose en un ente generador de las condiciones para desarrollar un mercado que deje de ser excluyente. El papel del Estado respecto al mercado, finalmente, es salvar sus imperfecciones, que no son pocas.

Recapitulando, para la construcción de la democracia se necesita no sólo de reformas políticas o institucionales, sino, sobre todo, se requiere que el Estado promueva el desarrollo de la sociedad civil y de una cultura democrática y de libertad, en cuyo objetivo la educación juega un papel determinante. Todo ello, a su vez, debe ir acompañado de las reformas económicas necesarias para la consolidación de una economía de mercado que beneficie a todos.

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Comentarios

  1. Ivan Alfredo Budinich Castro escribió:

    Felicidades Carlomagno. Muy buena tu apreciación al vincular el desarrollo económico con el desarrollo político y de la sociedad civil. Con eso has logrado ubicar tu análisis justo en el centro de la atención. Sucede en mi modesta opinión al menos que por el lado de los liberales muchos de nosotros tenemos la tendencia a mirar el desarrollo solo en el aspecto económico mientras soslayamos todo lo demás, mientras que en el otro espectro la mirada de muchos de los socialistas y los socialdemócratas se focaliza exclusivamente en lo social y en lo político. Me ha gustado tu análisis, es mas me ha encantado en especial esta parte IV que es un merecido broche de oro a lo que has estado construyendo en las notas anteriores y espero que continúes en esta senda que esta resultando tan fructífera.

    Saludos.

  2. Lorena Gonzales escribió:

    Muy coherente tu apreciación Carlo, pero yo tengo una pregunta, por qué países como Chile en la época de Pinochet emplearon una reforma económica, hecha por los Chicago Boys que se formaron con idelogia liberal y que aportaron con muchos puntos en favor del desarrollo de Chile, sin embargo el respeto al estado de derecho nunca existió y la libertad de alguna manera estuvo controlada. Ahora si hablamos de una realidad actual todos saben la situación de China, entonces por qué estos paises donde la democracia estuve alejada del pueblo logró triunfar?

  3. Carlos Ugo Santander escribió:

    una visión estrictamente normativa… o en todo caso una lectura coherente com el campo del derecho y no de las ciencias políticas

  4. cmsalcedo Autor escribió:

    Estimado Carlos Ugo,

    Gracias por el comentario. Tienes toda la razón cuando señalas que mi artículo no es necesariamente coherente con el campo de la ciencia política. Sin embargo, tengo una atingencia, el mismo jamás pretendió ser un artículo científico político, ni siquiera académico. Fue más un artículo de opinión o un modo de adoptar algunas posiciones personales sobre la democracia. No se le puede medir, por tanto, bajo los parámetros de la Ciencia Política.

    Como lo advierto en la nota preliminar de la primera parte del artìculo (http://blog.pucp.edu.pe/ite…): "(…) De algún modo, fue mi artículo de iniciación en mis reflexiones sobre la política y la democracia. Era, ciertamente, un artículo juvenil (en ese entonces frisaba los 25 años) y más empírico que académico (aún no había estudiado la Maestría en Ciencia Política y mis estudios de Derecho no me ayudaban mucho para la reflexión política); sin embargo, considero que muchas de las ideas sobre la democracia que aún sigo sosteniendo actualmente, ya las había procesado en aquella época y están expresadas en ese artículo. Seguramente, también hay algunas ideas que deben ser revisadas, o por lo menos complementadas. (…)"

    Ahora, puede que sea, como lo dices, una visión básicamente normativa (en la medida que propone un deber ser, más que analizar causalidades propias de las ciencias sociales); aunque no me parece que sea una visión jurídica (del campo del Derecho). Ello obedece a que fue un documento destinado, más que a la reflexión científica, a la acción política. Era, pues, el texto de un "activista político".

    Sin embargo, considero que el artículo sí contiene algunas "verdades" o arroja algunas pistas que podrían admitirse desde la ciencia política:

    – ¿No es verdad acaso que la consolidación de la democracia exige trascender la "democracia electoral"?
    – ¿No es verdad acaso que las democracias más sólidas son, precisamente, aquellas que cuentan con sociedades civiles desarrolladas y activas?
    – ¿No es verdad acaso que las democracias más sólidas son sociedades pluralistas enb las que se expresan pacíficamente las diferentes opiniones, con un mínimo de fricciones, se toleran las posiciones opuestas, y se desarrollan los procesos básicos de negociación, aceptación y concesiones, como dice John Brademas?
    – ¿No es verdad acaso que la estabilidad de la democracia peligra si, como dice Vargas Llosa, no se superan las barreras que mantienen discriminada a una mayoría de la población, impidiéndole el acceso a la propiedad y al mercado, y si los beneficios del modelo económico se confinarán en sectores muy minoritarios?

    Me gustaría tener tus respuestas a esas preguntas. Gracias de antemano.

  5. Carlos Ugo Santander escribió:

    Estimado Carlo, no por el hecho de no ser un artículo científico o académico deje se ser bueno. Ejercer algunos controles sobre lo escrito es pertinente a partir de las reflexiones que elaboras, más aún en un momento histórico como el peruano donde las instituciones de la democracia aun son frágiles. En todo caso me gustaría responder tus preguntas:
    1º La consolidación a la democracia implica la fase final de un proceso iniciado con la transición… en este caso en dirección a la democracia- La consolidación implica la regularidad continua del funcionamiento de las instituciones -más allá de lo electoral como bien lo mencionas- es decir cuando las instituciones no son más vulnerables a remanecentes autoritários o posibles retrocesos autoritarios. Adjetivar la democracia como electoral es simplificar lo que es la democracia. Las elecciones son simplemente un método en la que se utilizan ciertas técnicas de convertir votos en puestos gubernamentales. Está claro que la democracia no sólo son elecciones, también es un régimen político, una cultura política específica, y una forma de organizar la vida del los individuos -sea en lo cotidiano como en lo formalmente institucional. En ese sentido la democracia siempre va más allá de las cuestiones electorales, el problema es que es el único indicador por el cual podamos mediar minimamente si somos democráticos. No hay que olvidarnos de los autoritarismos competitivos, pues ante la fragilidad de las instituciones muchas figuras políticas se sirven de las elecciones para concentrar más poder y preservar las elecciones como un mecanismo de reproducción continua en el Poder. Ejemplos conocidos: Fujimori, Hugo Chávez,

  6. Carlos Ugo Santander escribió:

    la segunda pregunta es un poco más compleja, pues si reconocemos que la sociedad civil en América Latina creció bajo la sombra del Estado, entonces podríamos llegar a la conclusión equivocada que la democracia nunca será posible en nuestro continente. Si bien es verdad que una sociedad civil activa contribuye al fortalecimiento de la democracia. Una tarea importante del Estado es reconocerla como tal e hacerla florecer. Lamentablemente en el Perú, algunos movimientos sociales que buscan reivindicar una serie de demandas, -por cuenta que la representación entendida esta como técnica es extremamente deficitaria- el Estado hace que sea criminalizado: El caso de Bagua creo yo es bastante instructivo, o simplemente tergiversado o de omisión como el caso de las demandas de la ONG Akundun o cooptados como varias de las ONGs que giran permanentemente en la orbita presupuestaria del Estado. De esa forma nuestra democracia siempre será deficitaria, no por responsabilidad de la propia sociedad civil, sino por que ya es considerado casi natural el comportamiento excluyente de nuestro Estado

  7. Carlos Ugo Santander escribió:

    A respecto de tu tercera pregunta: no concuerdo cuando dices sobre la" expresión pacífica" o "mínimo de fricciones", No concuerdo con esa visión parcial de Brademas, pues, no contemplar la dimensión del conflicto significa eliminar aquello que es parte de la naturaleza e interacción humanas como es la dimesión del conflicto, en teoría hasta puede ser muy bonito, en todo caso es una buena justificativa para criminalizar a los movimientos sociales, La cuestión es contradictoria en nuestro país creemos que hay necesidad de fortalecer a la sociedad civil pero criminalizando los movimientos sociales.

  8. Carlos Ugo Santander escribió:

    4º La democracia peligra no sólo por que no se permite el acceso al mercado y el derecho a la propiedad sino por cuenta de no incluir a la gran masa de pobres que viven con 1 dolar o menos de un dolar diariamente y que en el Perú pasa los 30%, Incluir socialmente significa que en términos cualitativos ofrezcas una buena educación, servicios de salud, habitación, empleo digno, protección al medio ambiente, promoción de los derechos culturales entre otros… creo que ya pasó la época en que creíamos que solo el mercado resolvía los problemas, pero no es así. Brasil es un excelente ejemplo del papel que desarrolla el Estado en el proceso de inclusión social y la expansión de mercado interno. Un círculo virtuoso.

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