Me prometiste amor eterno,
juraste quererme hasta la muerte…
Recuerdo cuando tenía cinco años y estaba en La Oroya, por esos tiempos solía cantar muchos huaynos, precisamente porque escuchaba a otros cantarlos y yo, bien oveja, repetía las tonaditas; sin embargo no sabía del significado de mis cancioncitas. Con el paso de los años y de los viajes, dejé a un lado los huaynitos, hasta olvidarlos… pero no por mucho.
sin embargo, hoy te casas con otra mujer.
Yo que te quise con toda el alma…
te perdono y te deseo la dicha más grande del mundo.
Este fin de semana me acordé de Iris, una de mis nanas y de su dolor por el hombre que la dejó… y también de lo mucho que me transmitía con sus huaynos. Cuando íbamos juntas al parque ella me cantaba infinidad de huaynos de la Princesita de Yungay, o de la Flor de La Oroya.
Que seas muy feliz en tu boda!
Un día en especial me cantó esa canción tan sui generis que versa sobre lo (ridiculamente) triste de una chica recientemente muerta que le canta a su novio, que dada las circunstancias, se va a casar el mismo día de su entierro (qué fatal!)… sin embargo, lo extraño es que ella no le recrimina al hombre, sino que gran parte de la letra de la canción va dirigida a la “otra”. Ah, otro punto a resaltar es que tal infame hombre, limeño tenía que ser (?)
En el borde de una acequia donde crece planta de aliso
Lloramos juntas con la canción, y yo conmovida hasta las lágrimas me iba aprendiendo las letras. Me parecía tan doloroso saber que mientras unos comían pollito a la brasa o pachamanca, a la pobre chica la estaban comiendo los gusanos. La escena sencillamente me parecía asombrosa y digna de un himno.
ahi limeño me juraste (de) quererme toda la vida…
Me aprendí a medias la letra, pero tiempo después y con el paso de los años, me olvidé de ella. Ya de adolescente la volví a escuchar, pero dadas las circunstancias fortuitas, no pude averiguar a la autora. Luego también ya de adulta en uno de mis queridos buses gravedad cero, aquí en Lima la volví a escuchar. Y sin embargo lo digo, aquí en Lima, es muy poco común escuchar en la combi un huayno.
me dicen que tu te casas…todo el pueblo lo publica.
Ambas fiestas celebraremos, de tu boda y de mi muerte.
Y no es dificil imaginar que aún tengo impregnado en el alma ese bendito huayno tan graciosamente doloroso y triste. Pero no todos los huaynos son tristes… hay unos que me agradan mucho por lo “sutil” de sus letras, por ejemplo en Huayno del Canchis Canchis de Trovador Andino (bien descriptiva su letra, by the way). Ojo; estoy siendo sarcástica, ese huayno no es uno de mis favoritos.
Cuando a ti te estén poniendo el vestido de la novia,
a mi me estarán poniendo la mortaja franciscana;
Yo tenía una teoría sobre los huaynos: por lo general a mí me parecen muy tristes, se me desgarra el alma cuando los escucho y mi alma llora cuando siente la melodía de un huayno. Asumí que mi experiencia se hace extensiva a las demás personas que gustan del huayno y que lo escuchan. Y uno de los motivos por los cuales el huayno es triste es precisamente porque narra el dolor del quechua, la tristeza de un pueblo que fue vencido, sometido y conquistado por los que hablan español.
cuando a ti te estén llevando los padrinos a la iglesia,
a mi me estarán llevando cuatro amigos a la tumba;
Compartí mi teoría con un profesor de humanidades y me comentó que los huaynos transmiten la cultura, el lenguaje y el arte de un pueblo; pero que no son tristes… no necesariamente ya que también transmiten la alegría de las fiestas (hay muchos huaynos que hablan sobre la “alegría” de las cervezas para regocijo de Backus y… existe un huayno que se llama Cerveza Cusqueña de Condemayta).
cuando tu estés comiendo los manjares de tu boda,
a mi me estarán comiendo los gusanos en mi tumba…
El profesor también me comentó que los huaynos de las personas que dejaron su tierra por estar en la capital y que se cantan aquí, son distintos que los que se cantan en sus tierras. Los primeros son en cierta forma tristes porque añoran y extrañan sus raíces (has sentido eso? sabes de lo fuerte del sentimiento que es extrañar a tu tierra?) mientras que en el segundo caso también transmiten alegría y regocijo.
Hoy sé que ya no estás, que te fuiste Pastorita Huaracina…
Descansa en paz, con tu dulce cantar.
A continuación el video respectivo del huayno tan especial que escuché de pequeña en voz de mi querida Iris. Es pertinente aclarar que las últimas letras de la canción no son quechua, sino otra lengua que no sé bien cuál es, pero estoy segura que es de Ancash 🙂
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