Prefiero amores platónicos, consuelo de tontos solitarios.
Prefiero amores imposibles, consuelo de haber perdido demasiado.
Y así, con tu imagen me ire,
de la mano de haberte deseado tanto,
mejor desenvaino una melodía,
para hacerle los honores a tu fantasía.

¡Alto! No puedes cantar una melodía así…
y dale, y uno, y dos y un dos tres…

Prefiero amores aristotélicos, encanto de corazones
prudentemente extasiados.
Prefiero amores aristotélicos donde el justo medio….
oh wait, pero en el amor yo busco la intensidad.
¿Ahí también hay prudencia?

Entre tu aristotelismo y mi platonismo,
¿donde quedan todos los “ismos” de este amor lindísimo?
Y yo me quedo así, pletóricamente platónica.
Prefiero amores imposibles, consuelo de haber perdido demasiado.

Amén