Yo pienso que lo que está pasando en la ONPE, más que un orquestado y milimétricamente calculado fraude electoral, es simplemente el resultado de acciones poco profesionales e improvisadas, es decir, de una flagrante ineptitud – más que de maledicencia -.
Se me hace inevitable no recordar las palabras del cronista frente al desastre inmisericorde originado por la peste en Orán: «El mal que existe en el mundo proviene casi simpre de la ignorancia, y la buena voluntad sin clarividencia puede ocasionar tantos desastres como la maldad.» Me fascina y me conmueve profundamente la visión que A. Camus tiene de la humanidad, que transmite en La Peste. Esta es una percepción bastante noble y transparente; que está muy alejada de las recomendaciones principescas de Maquiavelo al “magnífico Lorenzo de Médicis.” «Porque de los hombres puede decirse generalmente esto: que son ingratos, volubles, simuladores y disimuladores, rehuidores de peligros, ávidos de ganancias; y mientras les haces bien, son todos tuyos; (…) los hombres son tan simples y obedecen tanto a las necesidades presentes, que aquel que engaña encontrará siempre quien se deje enganar. Y si los hombres fuesen todos buenos, este precepto no sería bueno, pero son perversos.»
Me dejaré llevar por esta suerte de ingenuidad y credulidad de A. Camus y diré que la actual incertidumbre electoral es producto de la improvisación y de la confluencia de varias negligencias por parte de los organismos involucrados: desde las demoras en resolver las tachas de candidatos, responsabilidad de los Jurados Electorales Especiales hasta la responsabilidad de la ONPE en no incidir en capacitación profunda, rigurosa e intensa en todos los miembros de mesa – y personeros también – (alguna vez escuché que durante cierta gestión de la ONPE para ciertas elecciones, no sólo se promovió la capacitación de los miembros de mesa, sino también la de los personeros y ciudadanos de a pie). En estas elecciones municipales yo me he desempeñado como Personera por Fuerza Social y he sido testigo de primera vista que ha pasado lo que Fernando Tuesta Soldevilla relata en su blog, que es probable que los miembros de mesa titulares fueran reemplazados por suplentes no capacitados – porque no se aparecieron a la hora o quizás nunca llegaron a votar – y, en muchos casos, por electores de la fila. El riesgo de un mal trabajo se eleva, y más aún el riesgo de cometer negligencias con las actas, no por malicia, sino por desconocimiento.
Los miembros de Mesa no tenían conocimiento ni se veían así mismos como Autoridades Electorales. Pensaban que el Responsable de Mesa de la ONPE era quien les estaría diciendo a cada rato lo que debían hacer. Por ejemplo el señor de la ONPE le dijo a mi presidenta de mesa que las aprox. 17 actas debían estar llenas completamente por todos los miembros de mesa, y a continuación se retiró. Y a esta suerte de “autoridades coyunturales” no se les ocurrió mejor idea que comenzar a firmar todas esas actas en ese preciso momento, cuando ya bordeaban las 9.30 am y había una cola esperando votar. Se demoraron exactamente dos horas en instalar la mesa y la presidente de mesa todavía no firmaba las cédulas electorales. El primer voto ciudadano recién se emitió a las 11. 45 am. Me di cuenta que el rápido avance de una cola de votación depende en gran medida del grado de pericia, criterio, y capacitación de los miembros de Mesa… y he de decir que ese día vi enormes colas al por mayor.
Otra perla para compartir, es en el momento del escrutinio de votos. Luego de que se ha realizado el conteo respectivo y se anota en el acta los votos por cada partido, los votos nulos y blancos, etc. los miembros de mesa deben llenar otras 16 actas iguales más aprox., para las distintas instancias: ONPE, ODPE, JEE, JNE, personeros, etc. Para este momento, ya eran aproximadamente las 7.30 pm, y nuestros cuerpos y espíritus estaban agotados. Todos estábamos en la mesa luego del conteo de las cédulas y de su respectiva destrucción, entonces en un último suspiro de auxilio, el presidente de mesa pidió ayuda a los personeros para que, en base al acta patrón, llenaramos las demás actas.
Me di cuenta de que algo no estaba bien del todo porque si esas eran las actas que serían lacradas y enviadas a las otras instituciones, entonces los personeros – dada su naturaleza de parcialidad por defender su partido – no deberían tocar esas actas, porque podrían alterarlas, es algo obvio. Pero esta posibilidad no estaba interiorizada en los miembros de mesa ni tampoco en los personeros, al parecer.
Probablemente sea una cuestión de criterio de las personas que salen sorteadas como miembros de mesa, quizás de suerte… pero ahí hizo mucha falta, capacitación previa para todos. Al parecer no basta con que el sorteo de la ONPE escoja a “personas instruidas”.
A mí me sirvió mucho el documento llamado “Consideraciones de los Personeros de Fuerza Social”: «La misión de los personeros es defender el voto de FS, esto significa respetar el voto de todo vecino. Impugnar votos contrarios sin fundamento va contra la ciudadanía. (…) No veas en el militante de la competencia a un enemigo. Es alguien que no comparte tu opinión, nada más. Nos jugamos una oportunidad para servir, otros se están jugando la vida.» Afortunadamente, yo no tuve ningún inconveniente con los personeros de los otros partidos presentes: PPC y Somos Perú. Ellos eran mayoría frente a mi, ya que yo estaba de personera en dos mesas mientras que había un personero de cada partido en cada una de las otras mesas. He de reconocer la falta de malicia de los demás personeros (que eran muy mayores que yo: una era una adorable señora que parecía mi abuelita y la otra era una madre de familia). También sé, que no siempre será así, que en la vida, existen los personeros-cucos, especialmente en las elecciones donde participa el Apra y tiene un favorito; y también en las presidenciales.
Finalmente, creo que compartir intensamente 13 horas seguidas de tu tiempo con perfectos desconocidos en un inicio, hace que luego de todas esas vivencias, descubras grandes similitudes con ellos. La primera mesa terminó relativamente pronto y se fue a las 7.45pm mientras que en la otra mesa, las otras miembros dejaron a la presidenta sola. Me quedé a ayudarla, mientras esperábamos que el responsable de mesa de ONPE revisara los sobres para enviar a la ONPE, JEE, JNE, etc. Me disculpé con ella, diciéndole que me hubiera gustado ser más servicial al principio, pero que mis funciones de personera no me permitían eso. Es más, yo hasta ahora no sé si un personero puede tocar esos materiales y sellarlos con los stickers, tal como lo hice, delante de la presidenta, del chico de la ONPE y de los otros personeros – de muy avanzada edad -. La verdad es que a esas alturas de la vida, y luego de 13 horas, lo que más queriamos todos era que el proceso electoral terminara rápido.
Acabé hecha trapo, pero feliz… ¿será un signo de mi vida?