No puedo negar que me encanta el papel del amor y erotismo que prioriza Alfred Hitchcock en su trabajo, específicamente en Notorious, 1946 (Encadenados). Francois Truffaut le dijo “que no sólo era un especialista del suspense, sino también un especialista del amor físico en el cine”. (¿Se nota que Truffaut a-do-ra-ba a Hitchcock?)
Véalo en castellano aquí Hitchcock comenta con desenfado que lo que él buscaba era hacer participar al público de un beso de a dos… que los espectadores pudieran besar a la vez a Ingrid y a Cary mientras ellos se besaban, una suerte de “matrimonio triangular temporal”. Un trío. ¿Y de dónde se le ocurrió a Alfred Hitchcock hacer una escena que muestre el profundo e intenso deseo de Cary Grant e Ingrid Bergman para estar juntos y no separarse nunca?
Viajaba en un tren que iba de Boulgone a París y atravesábamos Etaples con bastante lentitud. Era domingo por la tarde, veía por el cristal una gran fábrica con un edificio de ladrillos rojos y, pegada a la pared, había una pareja de jóvenes; el chico y la chica estaban completamente abrazados y el muchacho orinaba contra la pared; la chica no dejó nunca de abrazarle; miraba lo que él hacía, contemplaba el tren pasar, luego miraba de nuevo al muchacho… Pensé que ahí tenía de verdad, el verdadero amor «en faena», el verdadero amor que «funciona».
“cuando dos personas se aman, no se separan”
… mira tú.
Creo que la cereza del pastel de la escena es que mientras se besan el uno al otro, hablan de cualquier otra cosa fuera del lenguaje del amor. El contrapunto oportuno y propicio que Alfred Hitchcock pensó minuciosamente. Se podría hablar, del clima, de los goles que metió Forlán en el Mundial, o incluso del pollo asado y de quién lavará los platos luego de comerlo, como realmente sucedió en la escena. Touché.
Fuente de los textos citados: TRUFFAUT, François. El cine según Hitchcock. Ed. Cine y comunicación. Alianza Editorial. Madrid, 2004