– Tú haces buenas preguntas… muy agudas
– ¿tú crees?
– Claaaaro…
– Oh mon Dieu! Ese es de lejos el mejor piropo que me han dado en años… es más, me atrevería a decir que es el mejor piropo que me han dado en toda mi vida. Hoy no duermo.
«El piropo le llegó directamente al hipotálamo»
«¡Qué hipotálamo!… ¡te pones griego!. Al alma… el piropo me llegó directamente al alma»– Él tampoco duerme, con semejante pregunta… no te pases pues…
– Hoy yo tampoco duermo. Alguna vez pensé en llamar a mi descendencia – si algún día tengo- Sofía… ahora estoy acariciando la idea de llamarla Sol, por la unicidad en el Bien… todo muy socrático, claro
– Es que tú estás más cerca del Bien porque has estudiado matemáticas y tu pensamiento es más abstracto… te encuentras en el tercer segmento. ¿Te das cuenta?
– Más cerca del baño dirás… ¿lo notas? Además estaba pensando que, según Hegel, no estaría tan cerca del Bien. De acuerdo a lo que un pajarito me dijo, en el prólogo de la Fenomenología del Espíritu, él no se llevaba tan bien con las mátemáticas porque dedicó como casi tres páginas a “rajar” de ellas
– Él critica el método matemático…
– ¿Ves? Además te cuento, yo no he estudiado matemáticas con todo el esplendor y amor con el que debería haberlo hecho… estoy considerando seriamente estudiar nuevamente todos los cálculos. Ay… si supieras… todos estos descubrimientos hacen que mi corazón lata muy fuerte. Estoy demasiado extasiada con todo esto. Aquí reposará mi alma entonces…
«Hoy no duermo… y no culparé a la hermosa luna llena. Más bien, le agradeceré por ello»