[196] «Mi corazón es joyero de oro de tu beso, dijo la nube de ocaso al sol»
[191] «El arco dice bajito a la flecha, al despedirla: Tu libertad es mía»
– Entonces yo no sé si la edición que adquirí es buena para leerlo… Me conmoví sobremanera en toda el alma cuando te oí referirte al “Banquete”. Ni te imaginas… el corazón se me aceleró. Luego de meditarlo corrí a Amazonas a buscar el libro.
– ¿Tu versión te ha venido numerada? Como las publicaciones de Editorial Gredos
– No… creo que no…
– Leer a Platón es como leer la Biblia: debes encontrar la versión donde lo puedas citar exactamente, si quieres leerlo con rigurosidad… claro.
[190] «¡Quieto, corazón mío, no levantes polvo; que el mundo encuentre tu camino!»
Luego mientras caminaba mirando el cielo estrellado, me pregunté si Rabindranath Tagore también se debía citar. – Cítame porque te amo, porque me amas, porque nos amamos.
[194] «Dios ama la luz de las lamparitas de los hombres más que sus grandes estrellas»
Voilá, la vie… c’est la vie!
Te cito: Rabindranath Tagore, Pájaros Perdidos de. Ed. Losada, S.A Buenos Aires, 1948