– Para aprehender el mundo existente, debo primero sentirme existente en el acto de aprehenderlo. “No encontramos nada en la naturaleza sino lo que hemos puesto en ella”
– Pero, ¿no te parece que lo que dices es una suerte de absoluto? Es como si fueras tú el absoluto: “la certeza de mi para mi”… el «cogito inatacable»
El mundo ‘es’ antes de cualquier análisis o elucubración que yo pueda hacer del mundo. El mundo existe sin necesidad de que yo previamente lo racionalice. Él no está supeditado a “mi poder” de reflexión que yo pueda hacer entorno de él. De ser así, ¿no te parece que ignoraría contundentemente el problema del ‘Otro’?
Sería un tanto artificial e ingenuo… ¿no crees? Intuyo que el camino no va por ahí.
Él me contó, que a su vez le contó otro amigo que hay una suerte de ‘nueva visión de las cosas’. Le llama la “reflexión radical”. Y toda en sí misma es una paradoja: el «asombro» ante el mundo.
«Para comprender el mundo, debo comprenderme en el mundo. En la experiencia de mundo»
Mira tú…
Max Castro me inspira