ménage à trois

«- Lo que me sorprende es que te veas afectada de una manera tan concreta por una situación metafísica.
– Es que se trata de algo concreto – dijo Françoise – , está en juego todo el sentido de mi vida.
– No digo que no sea algo concreto – dijo Pierre -. De todas formas es excepcional este poder que tienes de vivir con cuerpo y alma una idea.»

Simone de Beavoir, L’invitée

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Françoise tenderá, pues, la mano. Conseguirá permanecer junto a Pierre sumido en su pasión celosa por Xavière, e incluso en el momento mismo en que éste la espía, estará a su lado. Y, sin embargo, el trío fracasará. Porque, ¿qué es un trío? La empresa es extraña de verdad. Ser total es esencial al amor, ya que quien ama ama a alguien y no cualidades, y el ser amado quiere sentirse justificado en su misma existencia. La presencia de un tercero, incluso y precisamente si él también es amado, introduce una segunda intención en el amor de cada uno por el otro. El trío sólo existiría verdaderamente si no se pudieran distinguir en él dos parejas de amantes y una pareja de amigas, si cada uno amara a los otros dos con el mismo amor y sólo esperara de ellos, en retorno, no sólo el amor que le tuvieran, sino por añadidura el amor que ellos se tuvieran entre sí. Si, en una palabra, vivieran a tres en vez de vivir de dos en dos entre complicidades alternas con una reunión plenaria de cuando en cuando. Esto es imposible, no mucho más de lo que es imposible la pareja, sin embargo; ya que en la pareja cada uno está en complicidad consigo mismo, el amor que se recibe no es el mismo amor que se da. Incluso a dos, la unidad de vidas inmediatas no es posible, son las tareas, los proyectos comunes que constituyen la pareja. La pareja humana no es una realidad más natural en modo alguno que el trío; el fracaso del trío (cómo el éxito de la pareja) no puede achacarse a ninguna predisposición natural.

Maurice Merleau Ponty. La Novela y la metafísica en Sens et non-sens. Trad. De Narcís Comadira, 1977. Pag. 69

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– Un momento. Entonces un trío es un amor de a tres. ¿Cómo es eso?

– Es como Jules, Jim y Catherine… ¿has visto ese film de Truffaut?

– Nop…

– Oh no. Entonces lo debemos ver definitivamente. Es una exquisitez de film que habla del amor, de la amistad, de la confianza, de la libertad y de la poesía.

– Supongo que en todo amor – de pareja o de a tres – debe haber eso: amor, amistad, confianza, libertad y poesía.

Lo cierto es que los personajes de L’invitée están desprovistos de sentido moral. No hallan el bien y el mal en las cosas, no creen que la vida humana tenga, por sí misma, exigencias definidas ni que lleve en ella su propia regla como ocurre con los árboles o las abejas. Toman el mundo (comprendiendo en él a la sociedad y a su propio cuerpo) como una obra inacabada, según las profundas palabras de Malebranche, lo interrogan con curiosidad, lo tratan de diversas maneras… Lo que se les reprocha no son sus actos: ya que después de todo el adulterio, las perversiones, el crimen llenan todos los libros, y los críticos literarios han visto muchas más cosas. El juzgado menos importante conoce más de un ménage à trois. Pero un ménage à trois es todavía algo. ¿Pero cómo admitir que Pierre, Françoise y Xavière, ignorando aboslutamente la santa ley natural de la pareja (y encima sin sombra de complicidad sexual) prueben honestamente a formar un trío? Incluso en las sociedades más estricas, el pecador es siempre admitido porque forma parte del sistema y porque, como pecador, no pone en cuestión los principios. Lo que no se soporta en Pierre y en Françoise es un desasimiento tan ingenuo de la moral, es este aire de franqueza y de juventud, esta falta absoluta de importancia, de vértigo y de remordimientos, es, en una palabra, que piensen tal como obran y obren tal como piensan.

Maurice Merleau Ponty. La Novela y la metafísica en Sens et non-sens. Trad. De Narcís Comadira, 1977. Pag. 74

– Pero, ¿exactamente qué es un ménage à trois? Porque es una palabra en francés…

– Hum… un trío. Es un matrimonio de tres

– ¿Y eso es normal en Paris? Ahí hablan de un juzgado. ¿Es que acaso ahí casan de a tres? Yo me quiero ir a París…

– No. No. No. Es una pésima traducción. No debería decir juzgado, sino sub-prefectura. Es una suerte de región geográfica y política pequeña. (Es una negligencia esta traducción…)

– ¿Cómo una provincia constitucional?

– Menor

– Como un distrito….

– La idea es decir que incluso en el distrito menos importante se conoce más de un ménage a trois.

– Bien progresista París… me interpela.

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