«¿Cómo haces para vivir tanto, sufrir y amar tan intensamente, y conservar tu corazón noble?»
¿A donde pertenezco? ¿de donde soy? ¿Y si te digo que nunca sentí que perteneciera a este lugar? ¿y si te digo que he estado sobreviviendo con la esperanza de regresar al verde – azul de la selva?
Te me pareces al señor zapatero de un cuentito de Tolstoi. Te me pareces al niño que coloreaba el paisaje mientras cantaba el himno de la alegría. Te me pareces a aquella mujer que se quedaba mirando el cielo porque creía que ahí se reían todos los colores del mundo de la vida… Te me pareces a mi, me te pareces a ti.
Te quiero.