Archivo por meses: mayo 2011

Por la Memoria y la Dignidad

Fujimori Nunca Más


Pronunciamiento de la CNDDHH
frente a la Segunda Vuelta Electoral

La Coordinadora Nacional de Derechos Humanos, frente a los resultados electorales, coincide con otras instituciones y analistas en reconocer que éstos reflejan la necesidad de cambios importantes en diversos ámbitos de la economía y del sistema político, en tanto que la mayoría del electorado ha votado cuestionando la desigualdad y la exclusión, el centralismo limeño y las manifiestas deficiencias del Estado.

En ese sentido, la Coordinadora Nacional de Derechos Humanos:

1.- Reafirma su compromiso con la defensa de la vida y la democracia, incluyendo la lucha contra la impunidad, la corrupción y la pena de muerte.

2.- Recuerda que el régimen de Alberto Fujimori perpetró graves violaciones a los derechos humanos contra individuos y colectividades. Al respecto, son conocidos por todo el país los innumerables casos de tortura, secuestros, asesinatos, masacres, desapariciones, esterilizaciones forzadas, violaciones sexuales y otros delitos cometidos durante su gobierno.

3.- No olvida que este régimen avasalló a la democracia también mediante la corrupción, situándola de manera decisiva en las entrañas del régimen político (simbolizado en la imagen de Montesinos en la sala del SIN).

4.- Observa con profunda preocupación que una de las opciones a ser elegidas es la candidatura de Keiko Fujimori. Nuestra preocupación se ahonda más aún cuando esta candidata ha reivindicado sin reservas los actos del régimen que encabezó su padre, señalando que para ella ése habría sido “el mejor gobierno del Perú”. Por lo tanto, el éxito de su candidatura implicaría la reinstauración de las redes y vínculos de autoritarismo y corrupción del mencionado régimen. Leer más »

Preservar el pensamiento crítico

Reproducido de La República (15.05.2011)

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Foto tomada de Cinéfilo Bar

Por Salomón Lerner F.

Existen circunstancias en las que pueblos y personas, de modo imperceptible, tocados por los dilemas urgentes de la actualidad, transitan rápidamente del análisis racional, que brinda razones y posibilidades que no pueden ser dejadas de lado, a la dimensión anímica de lo irracional; así, abandonando la serenidad que siempre debe acompañar a la reflexión para que ella sea certera y eficaz, abrazan prontamente la que pareciera ser una solución que aparece en un comienzo como la menos perniciosa. El grave problema es que, como se ha anotado, en estas personas las movimientos del alma conducen a una defensa de la postura ya elegida, olvidando que ella ha sido asumida como una opción condicionada y crítica. El discernimiento cauteloso cede el paso, de este modo, a un embelesamiento y hasta a un fervor militante por la opción proclamada. Se produce así el anonadamiento de la distancia crítica que siempre nos debiera acompañar y se incurre en una suerte de alienación que nos lleva a distorsionar una realidad compleja e insatisfactoria que antes apreciábamos con lucidez.

Hablamos, pues, de una claudicación como la que de algún modo se está dando en las actuales circunstancias electorales que se viven en el Perú. Una conjunción de factores nos ha colocado a muchos en la triste disyuntiva de elegir entre dos opciones que, en circunstancias distintas, veríamos como inaceptables. Y sin embargo, hay que elegir. Y es ahí donde nuestro discernimiento es puesto a prueba en la medida en que ya no se trata de optar entre lo que consideramos lo mejor para cada uno y para la colectividad; por el contrario, se trata de decidir sobre lo que prevemos será menos nocivo –no solamente en términos económicos, sino para preservar la dignidad del país– y, que por tanto, nos dejará abiertas las posibilidades para seguir construyendo la democracia que queremos. Ahora bien, la validez práctica y ética de esa difícil opción depende, precisamente, de que conservemos la distancia crítica, de que no demos rienda suelta a un entusiasmo sin base, pues nuestras opciones de mejorar a partir de un mal menor dependen de que lo reconozcamos como tal y actuemos en consonancia con ello. Y sin embargo, a menudo la crítica resulta avasallada por una adhesión más pasional. Leer más »

Rehenes del Terror

Reproducido de La República (15.05.2011)

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Foto tomada de La realidad Pintada

Por Stefan Reich

Cuando las personas tenemos miedo, somos capaces de llegar a conductas extremas y que pueden sacar lo peor de nosotros.

Somos capaces de calumniar, insultar, tergiversar y demonizar al otro por temor a ser destruidos o a perder lo que tenemos.

En el Perú existen razones históricas importantes para vivir eternamente con miedo y para pensar que lo que hemos logrado a punta de esfuerzo y sacrificio se puede desvanecer por una aventura populista y anacrónica. Para muchos, el experimento fallido de Velasco, la catástrofe económica de los 80, así como la debacle que viven muchos de nuestros vecinos latinoamericanos, son hechos que alimentan nuestro pavor al momento de elegir por quién votar.

Hoy por hoy, el miedo ha hecho que nos enfoquemos en lo que “realmente” importa: que pensemos con el bolsillo, que tomemos decisiones “racionales” ante la posibilidad de tener un gobierno chavista y que hagamos que el modelo se mantenga. Así que optamos por lo que creemos seguro: nos convencemos a nosotros mismos de que Keiko al menos no tocará nuestra riqueza y el crecimiento económico está asegurado.

La tristeza e impotencia que siento es inmensa cuando pienso que hemos claudicado ante el miedo en lugar de dar el gran paso que este país necesita para alcanzar una madurez social. Ante el miedo, hemos renunciado a cualquier ejercicio racional por entender que lo único seguro en esta vida es que la gente cambia, pero negamos que el Sr. Humala tenga derecho a cambiar.  Leer más »

¿Qué les diremos?

Reproducido del semanario Hildebrandt en sus trece que cada viernes está en circulación. (05.05.2011)

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Por César Hildebrandt

A mí lo que me preocupa es qué les vamos a decir a los jóvenes inteligentes e ilustrados (claro que los hay) si Keiko Fujimori, como parece que podría suceder, llega a la presidencia.

– ¿No es esta señora la hija de un señor que está condenado a la cárcel por asesino y por ladrón?- preguntará el joven.

Sí -le diremos. Pero los hijos no heredan los defectos de sus padres. Tú, por ejemplo, eres más inteligente que tu padre.

-Ya sé que los niños no heredan los defectos de los padres. ¿Pero no es cierto que la señora Keiko ha dicho que el de su padre fue el mejor gobierno de la historia del Perú? ¿No pidió para su padre, el otro día, “un aplauso tan fuerte que se escuche hasta la DIROES”? -preguntará el joven.

-Sí, pero eso lo hace por amor filial -disimularemos.

-¿Y no es cierto que el 90 por ciento de la gente que acompaña a la señora Keiko es la misma gente que acompañó, entre robos y crímenes de lesa humanidad, a su papá?

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La vieja indecencia

Reproducido del semanario Hildebrandt en sus trece que cada viernes está en circulación. (29.04.2011)

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El único mérito que puedo concederme en esta vida moteada de algunos éxitos y muchos fracasos, en esta carrera ingrata que me eligió, en este oficio artesanal de tratar de encontrar la verdad que a pocos importa y las mentiras que ya no escandalizan, el único mérito que me concedo, digo, es no haber cedido a la tentación del medio: resígnate, así es el Perú, tolera lo que todos, créeles a los idiotas de la derecha, a los que hacen negocios turbios y a la vez editorializan en relación con “los valores de la democracia” (cuando la verdad es que se zurran en ella y en lo que significa).

Naces en este país hermoso y complicado y la primera sugerencia que te asalta es la del estoicismo: quédate quieto, tranquilo hermano, así es esta vaina, esto no lo arregla ni el sillau. Y se te puede pasar la vida haciéndote el de la vista gorda, haciéndote el loco y asistiendo con cara de palo a las grandes mecidas.

–Nada puedes hacer, esas son las reglas– susurra el aire tóxico de Lima.

–Esto no lo ha cambiado nadie– remacha una sombra, la sombra de lo que pudiste ser.

Me van a perdonar pero yo jamás creí en eso. Jamás hice el muertito en el mar de los sargazos de las voluntades, quebradas o roídas. ¿Por qué? Porque siempre creí que en el país de las cabezas gachas había que mirar lo más lejos que se pudiera. Porque viendo a las hormigas a uno le dan ganas de volar. Porque hay belleza en la rebeldía y una flácida fealdad en el conformismo. Leer más »

Mirada de desprecio real

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– Y al final… nunca limpiaste los inodoros. Ahí están la lejía y los guantes para que queden bien desinfectados. También está el desatorador… Ah, ¡y el moho! No te olvides de eliminar el moho.

– ¡Las reinas no limpian! ¡Las limpian! Estoy con mi corona real, además…

– Tú eres la reina… de los inodoros.

(Se nota que por aquí no pasó la intelectualidad femenina ni la intensidad feminista. Nada puede contra la interpelación del desinfectante de baño. Es una fuerza omnipotente) Leer más »