Dancer in the Dark de Lars von Trier es uno de los mejores film que podría considerarse como un sentido homenaje a la madre. Me recordó al amor extremo, al sacrificio y a todo lo maternal que en mi vida he podido gozar y también imaginar…
– Yo también tengo un secreto, y te lo comparto porque quiero hacerlo así
– Te escucho
– Estoy perdiendo la vista progresivamente… un día me quedaré ciega. Lo he sabido desde chiquilla. Esta enfermedad es hereditaria.
– Lo siento mucho… no sé qué decirte
– ¿Ves todo este trabajo que realizo? Las horas extras, el trabajo con las orquillas, los ahorros incansables… Todo es para él, para mi hijo. Para que él pueda ver…
– Pensé que los ahorros los mandabas a tu padre en Checoslovaquia
– No… yo nunca conocí a mi padre
– ¿Por qué tuviste al niño, si sabías que él iba a padecer lo mismo que tú?
– Porque lo amé hasta el extremo y porque tenía esperanzas… siempre las tengo
– Pero… Selma, tú ya no ves nada
– Ya lo he visto todo
♫ ¿Por qué lloras? ¿qué te apena? ¿no puedes dormir mi cielo? Ven con mamá que aquí te voy a consolar… Lalala… lalala ♪
♪ Duerme, duerme princesita… mañana saldrá un arcoiris lleno de miles de colores para ti. Verás como el sol te llenará de calor y te darás cuenta de que el cielo es una gran sábana celeste y que contiene todos tus secretitos… Duerme, duerme princesita mía… para que mañana veas el día hermoso como tus ojos ♫