Archivo por meses: marzo 2010

esa lagrimita invisible

(any time at all)

– Pero te podemos llevar a tu casa…

– No, no hay problema, el taxi tendría que darse una vuelta más y en la Javier Prado pasan combis a todas horas… (además estoy corta de monedas – proletaria encima). No es la primera vez que me regreso sola.

Me bajé del taxi y caminé escrupulosamente por el óvalo. No es tan cierto eso de que a cualquier hora pasan combis, al menos por esta ruta no pasan en todos los momentos. ¿Por qué me quedé con la creencia de que hay combis a todas horas? ¿Por qué creo que lo puedo resolver todo yo solita? Mirando el cielo azul me acordé de lo que él me dijo el otro día…

Mientras él me hablaba con el lenguaje de los ríos del universo, yo estaba expectante, mirando el cielo. Apareció una estrella y otra más y me di cuenta del arcoiris frente a nosotros. ¡Un arcoiris! – pintado en un banner – pero ¡era un arcoiris! – al fin y al cabo-.

– Tú deberías ser llevada hasta la puerta de tu casa… ¿Cómo se te ocurre que si quiera pasa por mi mente la idea de dejarte ir sola a estas horas de la noche? Diana, esto te va a sonar bastante machista de mi parte y todo lo que quieras… pero voy a correr el riesgo. Tú no debes permitir que te dejen partir sola de un lugar cuando es muy de noche, más aún si existe “un alguien” y ese “alguien” te aprecia. Diana, ¡déjate cuidar!

Y por un pequeño instante del tiempo hubo un silencio – dulce e infinito – como el minuto de silencio de Bande à part. Yo me sentía profundamente conmovida. Touché. Pero… eso no es ser machista… en todo caso, no me importa. ¡Oh, eso que dices es muy hermoso! La lagrimita corrió invisible y tímida, casi susurrando para que no le hagan daño.

¿Por qué no me dejaba cuidar? ¿Por qué me era difícil mostrarme vulnerable? ¿Para protegerme de qué? ¿De quién?

– Ya todo está dicho.

Miré el cielo nuevamente, la estrellita me guiñó un ojo. Sí… eso es guiñar un ojo muy pícaramente… la muy bandida… No respondí. El minuto de silencio pasó. Odile, Arthur y Franz comenzaron a bailar. Mi lagrimita invisible continuó su travesía por el río de mis preguntas y melancolías del antaño, del presente y del futuro.

Está bien… me dejaré cuidar. Pero necesito que me tengan paciencia para aprender a saber cómo. La respuesta se quedó en mi corazón. A él le dije gracias. El gracias más sincero. La lagrimita bandida se había ido al otro lado del río.

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La foto la tomé de aquí
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Je vous espère au Café des 2 Moulins

«si elle le retrouve et le rend heureux, elle consacrera sa vie à aider les autres, sinon, tant pis…»

«elle prend goût à des plaisirs simples comme faire craquer la crème brûlée avec une cuillère, faire des ricochets sur le canal Saint-Martin, essayer de deviner combien de couples parisiens ont un orgasme à chaque instant

– Quinze!

… et laisse libre cours à son imagination.»

– No pues… la verdad es que tú te pareces a tú. C’est tout!

– Eso es bueno… ¿Y sabes que él le decía Gillette en vez de Georgette?

– Es que César Vallejo era un capo
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Carta abierta al Sr. Presidente de la Región Amazonas del Párroco de Santa María de Nieva

Santa María de Nieva, 4 de Marzo de 2010

El día 17 de Noviembre del año 2009, recordará Usted, Sr Presidente, tuve el alto honor de compartir con su persona la mesa de presidencia y la modesta cátedra de un evento cultural sencillo preparado por la Fundación Eco Verde en la noble capital de nuestra región con motivo de la presentación de la segunda edición del libro “Cuentos de la perra cazadora” del misionero jesuita P. José María Guallart, S.J. En aquella ocasión sus palabras, que agradecí en lo que me correspondía, elogiaron la labor educativa de los PP. Misioneros de la que era una muestra el libro que se reeditaba.

Es más, Usted elogió y financió generosamente dicha edición y contribuyó a su difusión en las escuelas de Amazonas. El libro estaba listo para ser editado en el mes de Junio. Yo le había dedicado la mayor parte de mis horas libres en los primeros meses del año. Y usted acaso se imagine cuál ha sido la causa de que ese libro, de paz y bien para el conocimiento y el entendimiento de nuestras culturas regionales, no pudo ser editado en aquel fatídico mes de Junio. “La perra cazadora” del P. Guallart fue la ocasión de conocernos con más cercanía

Imagínese mi sorpresa al conocer el contenido de una carta suya dirigida al Presidente García con fecha 09 de Febrero del 2009 (dada a conocer en la revista virtual AIDESEP el pasado mes de Febrero un año después) en la que denunciaba a catorce destacados “personajes” (así los llama Usted despectivamente) responsables máximos de la organización del paro amazónica del 2009, los cuales pretendían, según sus perspicaces observaciones policiales, bajo los pretextos de la reivindicación del indígena y la no explotación petrolera camuflar sus egoístas pretensiones turbiamente relacionadas por Usted con el tráfico ilícito de drogas y de madera ilegal así como con el tráfico de armas. Gravísimas acusaciones que claman por una elemental prueba que las sustente.

Entre sus catorce personajes he leído, con gran pasmo, mi nombre y dos apellidos, Fermín Rodríguez Campoamor, a los que honra dedicándoles el espacio más amplio de su carta-denuncia. A nombres de líderes muy conocidos en la selva les dedica apenas dos líneas mientras que a mi persona le concede nada menos que ocho líneas para explicar al Sr. Presidente de la Nación mi importante y peligrosa actuación que camuflo, “sacrílegamente”, sirviéndome de mis celebraciones religiosas (misas) y mis “Hojas parroquiales” para agitar al pueblo indígena y llevarlo a la subversión. Y, haciendo gala de una desbocada fantasía, Usted imagina que yo he organizado “una red de colaboradores de marcado espíritu agitador y violentista que se han distribuido por las diferentes comunidades Indígenas con la finalidad de fortalecer la medida de fuerza” repartiendo mis revolucionarias hojitas por toda la selva. .

La acusación, querido Sr Presidente, es gravísima y debería sustentarla mínimamente indicando siquiera un solo nombre de uno de esos mis revoltosos colaboradores o de una sola comunidad donde se encuentre establecida mi misteriosa red revolucionaria. Toda esta información es pura fantasía absolutamente inexplicable en un hombre elegido por el pueblo para ejercer la máxima autoridad política regional que exige un mínimo de seriedad, respeto y responsabilidad a la hora de “informar” ante el Presidente de la Nación sobre sus súbditos que acaso lo han votado y que, en cualquier caso, debe Usted velar por su dignidad y buen nombre como tarea primordial de su alta función de gobierno de acuerdo con el primer artículo de la Constitución.

Finalmente, dentro de su listado de personas para Usted sospechosas e indeseables, yo soy el único extranjero, como Usted subraya, y, junto con el P. Arana, los únicos no indígenas, por lo que vengo a cumplir con el perfil oficial del autentico azuzador de los pobres indígenas. ¡Por favor! ¿Usted se imagina que un pobre cura septuagenario ya desgastado y poco a poco desmemoriándose, y que ya no sabe apenas más que leer, escribir y hablar, sea capaz de financiar y agitar no sólo a esa docena de hermanos nativos de su lista, cuya mayoría desconozco, sino a tantos otros miles que ocuparon la carretera y la Estación 6 de Petroperú? Eso no se lo cree nadie más que la especie de mentirómanos que viven y quieren sobrevivir a base de mentir y enterrar la verdad lo más hondo que puedan.

Ignoraba en absoluto el gran interés que Usted alimentaba sobre mis misas y “hojas parroquiales”. Yo sólo recuerdo haberle visto en una ocasión sentado entre los fieles de mi parroquia que no son tantos como usted se imagina y yo desearía. Además le aseguro que es mínima, y bastantes veces nula, la participación de fieles indígenas en las misas dominicales. No recuerdo si Usted se sintió agitado aquel domingo por mi predicación o, a la salida, por la hoja parroquial. Le informo que nunca pasaron de 200 los ejemplares repartidos únicamente después de las dos únicas misas que se celebran los domingos en una y otra banda de Santa María de Nieva. Y le aseguro que jamás pasó por mi mente repartir esas hojas en ninguna comunidad nativa por la sencillísima razón de que están escritas en castellano y muy pocos podrían leerlas.

De todas maneras, si Usted sigue teniendo interés por conocer personalmente mis homilías y todas mis hojas parroquiales de los años 2008 y 2009, le puedo obsequiar con un cuaderno espiralado de fotocopias donde, a petición de un profesor de Nieva, he recogido todos esos peligrosos papeles que él, por el contrario, considera como un material útil para investigar con los alumnos la historia local de Santa María de Nieva.

Por otra parte tengo que agradecerle el efecto bumerán de su denuncia que se ha convertido en una publicidad gratuita de mis “hojas parroquiales”, si yo pretendiese editarlas en alguna ocasión. La lectura directa del texto –y no la escucha de comentarios ajenos- le ayudaría a descubrir que el tema de los derechos de los pueblos indígenas ocupa una presencia notable en las hojas parroquiales que revela una solicitud y preocupación por la solución de los graves problemas que plantea a nuestros hermanos indigenas la defensa de su tierra, su cultura y sus derechos. Preocupación hoy común a toda la Iglesia, especialmente a la Iglesia Latinoamericana como se ha manifestado en la gran Asamblea del Episcopado latinoamericano de Aparecida que utiliza la palabra acompañar para expresar su actitud pastoral ante los pueblos indígenas: “como discípulos y misioneros al servicio de la vida, acompañamos a los pueblos indígenas y originarios en el fortalecimiento de sus identidades y organizaciones propias, la defensa del territorio, una educación intercultural bilingüe y la defensa de sus derechos”(530). Este acompañamiento está muy lejos de poder confundirse con cualquier clase de agitación y violencia, conceptos totalmente ajenos a nuestras hojas parroquiales y nuestras eucaristías. Es simplemente una total calumnia atribuirnos un espíritu “agitador y violentista”.

Si Usted considera que esta tarea de acompañamiento de los pueblos indígenas en la defensa de sus derechos es impropia de la Iglesia y se opone a un auténtico evangelio, puede convocar a todos los Obispos de América Latina y el Caribe más al propio Papa Benedicto XVI para regañarles severamente y encauzarlos por el buen camino de la sumisión, la resignación y la paz de todo el pueblo bien educado y de las grandes empresas modernas internacionales y los gobiernos que las sirven o se sirven de ellas.

Si me permite, concluiría mi carta entrecomillando algunas de las últimas palabras de la suya: “sería conveniente que por su intermedio se canalice la acción necesaria para hacer prevalecer el orden constitucional” que nos obliga a respetar los derechos humanos de las personas y los pueblos, “y no someter el Estado a caprichos mezquinos” con informaciones fantasiosas que en lugar de dar a conocer la verdad de los hechos los desfiguran para encubrir a los verdaderos responsables de unas acciones que todos lamentamos y nadie quiere que vuelvan a repetirse.

Me hubiera gustado no tener que escribir esta carta, pero pienso que el silencio ante su carta sería la peor respuesta. Doy por supuesta la autenticidad de la carta avalada por su firma y sus sellos, pero siempre queda la posibilidad de impugnarla como una falsificación lo cual tendría que ser probado con razones muy convincentes.

La publicación de esta carta daña mucho más la reputación y el buen nombre de su autor que los de sus catorce inculpados. Por mi parte, discrepo totalmente del contenido de este escrito panfletario impropio de la autoridad de quien lo firma y sella.

Sin embargo, insistiendo en mi abierta discordancia con la carta, no me cierro al diálogo y al respeto amigable iniciado con Usted el citado 17 de Noviembre en torno a la simpatía común suscitada por la entrañable “Perra cazadora” del P. Guallart cuya reedición aquí en nuestra Amazonas pluricultural siempre estuvo alentada por la voluntad de “conocernos mejor, para amarnos, para unirnos y respetarnos más” (prólogo de los cuentos)

Fermín.


*Fuente: mi correo electrónico
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Bien mujer

«Yo soy bien cocinerita… yo soy bien mujercita»

– ¿Y tú, mamita? ¿Tú niña Catita? Muy inteligente, con muchos libros en la cabeza, con muchos pensamientos, con muchas matemáticas… ¿ya les has cocinado algo?

– Venga niña Catita… mira, yo antes tenía mucho temor de que la comida se me sale, pero hay un secreto. Aproximadamente se utiliza una cuchara de sal al ras para un kilo…. ves? Así. Luego vamos a sellar las presas, así. Mientras tanto, en la licuadora le echas el ají amarillo, con el choclito, perejil y culantro… para que salga jugoso todo. A la mamita, le preparamos algo aparte porque ella no puede comer tan aderezadas las cosas… ay niña Catita, lo que es envejecer….

– Yo no soy tan inútil, saben… yo sé cocinar, sólo que creo que todavía no me he visto en la necesidad de hacerlo. No tengo para quién cocinar… todavía…

– Ah… es que tus caminos por la vida han sido otros. No tuviste hijos a tan temprana edad. El peso de lo cotidiano de la vida no te agobiaba… pudiste estudiar. Tu cabecita está llenecita de pensamientos, pero le falta la magia de la cocina. La mamita Lica no, ella no terminó la primaria… ni tampoco las demás mamitas. Las mujeres de nuestra familia, de aquellas épocas no pudieron estudiar porque tenían que trabajar, ya sea en la chacra, ya sea en el comercio… para poder vivir hijita, para poder llevar un pan a la boca de los hijos. Porque no vas a depender del hombre…. y si te golpea? Y si te maltrata? Y si te toca un mal hombre? No puedes fiarte hijita… tú debías de cuidar de los hijos, que tuvieran qué comer, que pudieran estudiar. Esos fueron otros tiempos… pero siempre hay que saber valerse por una misma, hijita… por los hijos…

– Mire niña Catita… yo no terminé la primaria. No pude hacerlo porque la mamita Manuelita murió de muy jovencita y yo me tuve que hacer cargo de tu mamita Hilda y de la mamita Carmen y de todos los demás… Pero esta anciana ha aprendido de la vida, no sé mucho de letras ni de números, pero creo que algo sé… ¡yo sé cocinar! Alimentar a mi gente, sacar comida de donde no hay, prevenir para los tiempos difíciles, dosificar los alimentos en épocas de vacas gordas, compartir cuando venían las visitas… – echar más papa al caldo dicen, es cierto niña Catita – porque hemos pasado épocas difíciles. ¿Y los hombres? Bueno niña Catita, siempre me preparé como si ellos no estuvieran.

«Ella es la que sabe servir… siempre sabe servir. Cuenta cuántos somos, cuánta comida hay, quién necesita más y qué se puede partir. Siempre cuidó de todos… ella siempre sabe servir.»

«Ella tiene el secreto del mundo de la vida»

Así hemos sobrevivido… así son las mujeres de mi historia. Seres que aprendieron a amar en el camino, que aprendieron a partir el pan con los suyos y a servir… siempre servir. Y si en estos momentos de mi vida, tengo un libro en vez de una olla de barro; un cuaderno en vez de un mortero con ajos; pensamientos sobre la reivindicación femenina en vez de preocupaciones por el almuerzo del día y que la comida alcance para todos; no seré tan inescrupulosamente ingenua de creer que un estado es mejor que el otro, porque simplemente ambas situaciones son diferentes y las épocas fueron distintas. Confieso que encuentro profunda belleza y dulzura en cocinar para los tuyos… cocinar es una forma de amar, de hacer poesía, de decirles que los amas con intensidad y pasión, claro que la cotidianidad tiene una belleza más humilde, menos extravagante… más sincera.

¡Feliz día de la Mujer!

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Esa paradoja

«Comment est-il possible par exemple de se comporter, d’un côté comme si rien au monde n’avait plus d’importance que la littérature, alors que de l’autre il est impossible de ne pas voir alentour que les gens luttent contre la faim et sont obligés de considérer que le plus important pour eux, c’est ce qu’ils gagnent à la fin du mois ? Car il (l’écrivain) bute sur un nouveau paradoxe : lui qui ne voulait écrire que pour ceux qui ont faim découvre que seuls ceux qui ont assez à manger ont loisir de s’apercevoir de son existence.»

J.M.G. Le Clézio, Dans la forêt des paradoxes

Me siento en el bosque de las paradojas del que habla Le Clézio, pero no me limitaría a un conflicto que sólo involucra a la literatura, sino también a las demás ciencias del mundo de la vida. ¿Cómo es posible sobrellevar el peso de lo cotidiano, la premura de llevar un pan a la boca para ti y para los tuyos y a la vez poder concentrarte en encontrar profundidad y belleza en un escrito que te conmueve, digamos, en un poema de Baudelaire?

Creo vislumbrar alguna luz en la cocina… cosas bellas del mundo de la vida, bien sûr! Leer más »

Btms, mMamd

– Y con esa frase me quiero referir a lo que dijo MP

– mamamía… no puede ser…

– Y haciendo el recuento sería…. averaveraver… el cielo de noche, las estrellas que aparecen poquito a poquito, las Tres Marías, el cielo de día con nubes, el cielo de día sin nubes, cómo el viento mueve las hojas de los árboles, la casaca de color azul, el helado de lúcuma, el yogurt de lúcuma, el café que parece que tuviera leche pero que no tiene, la mazamorra morada fría, volver al Futuro, Michael J. Fox, Iniesta, el agua en el vasito durante el verano, y la lágrima final… sí, eso creo que sería.

– Esta historia es torrejonesca

– continuom Leer más »

Tu asepsia ahora… (con lejía)


[El ser humano es muy frágil… cree que él tiene su vida, pero, no es así. Y puede ser frustrante saberlo. Los terremotos me recuerdan la fragilidad del ser humano…]

– ¿qué chola? Nooooo…. no me digas que regresaste a ese estado

– Ese estado…

Miré de nuevo la luna grande, redonda y más grande aún. ¡Qué maravilla, las estrellas! Me pregunto si las personas se percatarán de que cuando miran el cielo con detenimiento, las estrellas aparecen poco a poco, como si develaran un secreto con mucho cuidado, con gran hermosura y a la vez con mucho recato de tal forma que no las puedan lastimar… algunas veces me siento como estrella que tímidamente se devela, casi sin querer, pero queriendo. Y mientras más miras el cielo con mayor atención, más estrellas puedes ver. Y la luna… ¡qué hermosa luna! Recuerdo cuando estaba en El Milagro y me quedaba embelesada mirando el cielo, yo estaba segura de que me podía comunicar con el cielo, de que el universo me ayudaría a enviar mis mensajes y de que también enviaría mi silencio… me pregunto si el cielo todavía puede comprender mis silencios.

– ¿Sabías que en determinadas culturas la luna no es femenino sino masculino?

– ¿En cuales?

– Me contaron un cuento Awuajún donde la Luna era una entidad masculina que antes vivía aquí en la tierra, que amaba mucho a su mujer, pero que esta señora no era tan buena sino muy egoísta. Un día Luna entra a su casa y ve a su mujer con otro hombre… Luna profundamente dolido, simplemente se alejó y se fue al cielo para ya no ver nunca más a la que fue su esposa. Ella fue tras Luna, pero él cortó el hilo que los unía y que también lo unía a la tierra. Su mujer cayó en tierra y se convirtió en el pajarito ayaymama… y Luna se fue arriba.

– Pobre Luna

– Pobres los dos… diría yo…

Miré de nuevo el cielo, es una de las cosas más hermosas que puedes hacer. Y la luna estaba brillando, grande, hermosa… como si me hablara de la vida, de la soledad, de la alegría…. ¡de todo!

– ¿Sabías que en el idioma alemán, Luna es masculino… pero en francés y en español, Luna es femenino?

– Es que en francés, Luna tenía que ser femenino… tenía que ser así.

– Sí, probablemente… lo curioso es que “vida” en alemán es neutro. Ni masculino ni femenino…. y eso es muy sabio.

¿Acaso regresé a ese estado? ¿Será que quizás nunca salí, sino que estaba escondido muy quedito para que no me diera cuenta de que estaba ahí? ¿será que ese estado no quiere salir de mi mundo? ¿por qué se quiere quedar?

– Noooooo choooolaaaa nooooo…. ya no con ese estado

– Es que ni siquiera sé de que estado hablo…

♫ Este amor que nos falta a los dos
fue la causa de nuestro final
pero pasó.
Tu asepsia ahora

Enjuague bucal
Pasta dental
Naftalina…. ♪

Pero yo necesito lejía, para hacer esta asepsia. ¡Con lejía he dicho! ¡Con lejía! Leer más »