Acto N° 1
Dos seres humanos – dicen ser – conversando:
– ¿Por qué lloras?
– Porque me duele mucho… me duele el alma y no sé como encontrar consuelo.
Acto N° 2
Los mismos dos seres humanos – que dicen ser – conversando:
– Pero es lógico y racional: Si A entonces B y B entonces C; luego A entonces C. ¡Acéptalo!
– Es que me duele en el alma, se me ha desgarrado el corazón.
Acto N° 3
Aquellos dos sujetos anteriores – que creen ser seres humanos – conversando:
– Pero las cosas son simples.
– No lo sé… mi intuición me dice que no. Hay algunas cosas en la vida que te exigen que las pienses más. Que las vivas más profunda e intensamente… y en cierta forma, a sufrirlas o a disfrutarlas más, dependiendo del caso. Ahora, en este momento… yo estoy que me muero por dentro y no puedo dejar de dolerme por ello.
– ¡Tan complicado!
¿Cómo se llamó el chiste?
Título alternativo N° 1: «tu sensibilidad especial»
Título alternativo N° 2: «No te juntes con emos»
Título alternativo N° 3: «Simple y complicado no son el nombre de un combo de café con leche en el Starbucks de la esquina de tu casa»
Título alternativo N° 4: «¿Es cuestión de egos?»
– Ey, pero ese no es un título, sino una pregunta
– ¡Cierto! Pero no negarás que deja abierta la posibilidad de interpretación y de apertura al diálogo, a encontrar nuevas formas de ver las cosas… de ver el chiste, literalmente…
– ¡Sonamos! … (Literalmente)