♫ Pero no cambia mi amoooor… ♪
– ¿ah no?
– ¡no!
– bueno, supongo que sí, desde una determinada dimensión es así
– Yo lo creo así y así es. ¡He dicho!
– ¿el énfasis con que lo dices es para convencerte a ti?
– ¿será que alguna vez podremos hablar sin preguntas de por medio?
– Err… te diría que probablemente… pero, ya sabes, me encantan las preguntas
– pobre tu signo de interrogación…
♫ Cambia el rumbo, el caminante, aunque esto le cause daño. Y así como todo cambia… que yo cambie no es extraño.
Cambia lo superficial… cambia también lo profundo. Cambia el modo de pensar, cambia todo en este mundo ♪
– Es en este preciso momento, en este preciso lugar, es en esta precisa situación que yo digo que mi amor no cambia. No cambia.
– ¿Y mañana?
– Yo… no lo sé.
– Ah…
– ¿Sabes algo curioso? que en cierta forma la filosofía también se va formando y que tampoco ella misma no debe tenerse por adquirida en lo que haya dicho de verdadero, sino que es una experiencia siempre en renovación de su propio comienzo… una exhortación a principiar permanentemente a describir siempre y constantemente todo…
– Sabes que me perturbas… de pronto me metes a la filosofía… eres evasiva ¿sabes?
– Podría ser… sería una interpretación de cómo me ves…
– Será, será el sereno imberbe.
– Toma tu sopa nomás
– Mafalda