UN LIBRO MONUMENTAL

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Sinesio López Jiménez
La Biblioteca Nacional del Perú (BNP) acaba de publicar el libro más importante que se ha escrito en nuestro país: Nueva Crónica y Buen Gobierno (NC) de Huamán Poma de Ayala (HP). “Dinamita pura” la ha llamado Pablo Macera, NC es, al mismo tiempo, la historia del mundo andino, la denuncia de la explotación por parte de encomenderos, sacerdotes, mineros y autoridades coloniales y el deseo de una nueva forma de gobierno, distinta a la opresión colonial.

John Murra escribió que el hallazgo del texto de NC en 1908 “ha sido el descubrimiento más importante del siglo para el conocimiento del mundo andino” (1980, p. XIII del Tomo I de la edición del Siglo Veintiuno XXI). Escrita entre 1583 y 1615 en quechua (y aymara), utiliza el alfabeto español para representar los sonidos quechuas, su manuscrito original es conservado en la Biblioteca Real de Copenhague. Existe una edición facsímil de Paris a cargo de Paul Rivet que es frecuentemente consultada y contrastada con la original.

HP ha sido ninguneado por la historia oficial que “desconfía de los inconformes y de su voz crítica porque ve en ellos amenazas contra el orden establecido. De ahí su empeño por opacar o disminuir esas presencias incómodas como quien cubre la vista con las manos frente a la luz fuerte que hiere los ojos…” (Aranibar, tomo 1, p.10). En sus 400 dibujos y 800 páginas hay información etnográfica acerca de la organización social, económica y política de los andes y consejos para el buen gobierno virreinal.

HP considera irreversible la presencia europea, la hegemonía religiosa, la importancia de sus innovaciones tecnológicas y culturales (el burro, el vino, el arcabuz, el azogue, la cebada), pero planteaba la necesidad de un buen gobierno dirigido por gentes e instituciones andinas. Es un indio universal que recoge las grandes contribuciones de la cultura universal de la época, pero que reivindica al mismo tiempo la soberanía del mundo andino.

Carlos Araníbar sostiene que HP mira “las cosas desde adentro, con ojos de indio y no desde fuera, con ojos de español. No es un escritor neutral con…una lista de agravios, sino una voz nativa que responde, con denuncias concretas y acusaciones descarnadas, a la dominación colonial” (Ibid. p. 15). Afirma que “el cronista desnuda y exhibe el desorden moral y social provocado por la invasión. La conquista ha desquiciado a la sociedad andina”. Niega legitimidad a la conquista y llama mitimaes a los españoles a los que califica de extranjeros sin derecho alguno (Ibid. p.16).

La edición de la BNP es más ambiciosa (y busca llegar a un público más amplio) que la del Siglo XXI editores de 1980 en 3 tomos dirigida por John Murra. Ella ha estado a cargo del Dr. Carlos Araníbar quien ha escrito una excelente y erudita Presentación en el primer tomo, además de 1832 notas de la versión modernizada del Tomo III. Carlos Araníbar es uno de los más brillantes discípulos de Porras que destaca por su erudición inigualable y por su pluma subyugante.

Esta obra y otras también importantes y necesarias para la difusión de la cultura peruana se publican gracias a la iniciativa del doctor Ramón Mujica, actual director de la BNP, y al apoyo de Luis Valera, editor de la magnífica revista Libros y Artes de la misma biblioteca. Felicitaciones a todos ellos.

LECCIONES DE LA DERROTA DEL CHAVISMO

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Sinesio López Jiménez
El triunfo de la derecha venezolana trae algunas lecciones para la política y la academia que es necesario destacar:
1. La realización pacífica de la jornada electoral del domingo 6 de diciembre, el reconocimiento del triunfo electoral de la Mesa de Unidad Democrática (MUD) por el Consejo Nacional Electoral (CNE), la aceptación de la derrota por parte de Maduro desmienten la versión de las derechas latinoamericanas que califican al chavismo y a sus gobiernos como dictaduras que buscan perpetuarse en el poder a través de elecciones fraudulentas. Los gobiernos chavistas no imitan a Gaetano Salazar (Portugal) ni a Fujimori, verdaderos autoritarismos competitivos que jugaban a las elecciones para perpetuar a sus mafias en el poder.

2. El triunfo electoral del MUD se debe a la unidad de las derechas (incluidas las fuerzas golpistas que buscaban derrocar a Maduro a través de un golpe ciudadano y que fracasaron en el intento) que han jugado a respetar el cronograma electoral de alternancia en el gobierno. El triunfo es del MUD, pero sobre todo de Primero Justicia y de su dirigente Henrique Capriles que ha impuesto a toda la derecha venezolana una salida institucional del chavismo.

3. Pese a la derrota, el chavismo mantiene el apoyo del 41% de los venezolanos. Hay un amplio sector chavista que, descontento con Maduro y con la crisis económica, ha votado por la oposición derechista. No son leales a ella y su comportamiento futuro depende de lo que plantee y haga la oposición desde la Asamblea Legislativa y de cómo le vaya al gobierno.

4. La aparición inusitada en la TV del Ministro de Defensa, acompañado del alto mando militar en uniforme de campaña, y su pedido a los venezolanas de esperar con tranquilidad los resultados electorales significan una toma de distancia de las FF.AA. respecto del chavismo y la voluntad de mantener una cierta autonomía militar frente a las fuerzas políticas en pugna.

5. El motor de la derrota del chavismo, como de todos los gobiernos latinoamericanos independientemente de su orientación ideológica, es la grave crisis económica (fuerte recesión e inflación galopante en el caso venezolano), acentuada por el hundimiento de los precios del petróleo que pasó de 140 a 40 dólares el barril. Esto es especialmente grave en un país en el que el 95% de las exportaciones depende del petróleo.

6. El MUD tiene la correlación parlamentaria necesaria (67% vs 33%) para cambiar la Constitución y a algunas autoridades, pero no tiene la correlación social y política (56% vs 41%) para hacerlo sin desatar una fuerte polarización y de poner en riesgo el apoyo electoral del chavismo descontento que esta vez votó por la oposición derechista. El desfase entre la correlación parlamentaria y la correlación política-electoral se debe al diseño institucional de las circunscripciones electorales que antes favoreció al chavismo y ahora, a la oposición derechista.

7. El establecimiento de un gobierno dividido en Venezuela (el Ejecutivo está en manos del chavismo y el Congreso en manos de la oposición derechista) crea una situación política vidriosa y al mismo tiempo una corresponsabilidad. Lo que pase en Venezuela de ahora en adelante no dependerá sólo del chavismo sino también de la oposición derechista.

SE BUSCA BUENA PLANCHA UNICA DE IZQUIERDA

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Sinesio Lopez Jiménez
Según la última encuesta de GFK no es Keiko Fujimori la que encabeza las encuestas (32%), sino los que no tienen candidato o candidata (36%). Salvo en el ámbito rural, en el que ella obtiene el 43% de respaldo electoral, los que no tienen candidato triunfan en el ámbito urbano, en Lima y en el interior del país y en todos niveles socioeconómicos. Es cierto que estos (que no tienen candidato) se han ido reduciendo desde la mitad de los electores hasta el actual 36% que se resiste a ser seducido por los candidatos en liza y por su respectiva oferta electoral.

La mayoría se concentra en el ámbito rural (39%), en el interior del país (37%) y en los sectores pobres y muy pobres (38%). Hay dos componentes en este rubro: los que votan blanco y viciado (19%) y los que no saben por quién votar. ¿Son sumables estos dos componentes o son como papas y camotes que no se pueden sumar?. Sólo son sumables en el hecho que no tienen candidato. En todo lo demás parecen ser diferentes. Los que no saben por quién votar tienen una composición heterogénea que va desde los abstencionistas hasta los desinformados pasando por los que no les interesa la política y otros similares.

Los que votan blanco y viciado son un grupo más homogéneo cuyo común denominador parece ser el rechazo a las actuales candidaturas. Ellos van desde los anti-políticos (que no les interesa o que rechazan la política) hasta los anti-sistema pasando por los que aún no encuentran un candidato de su confianza. Se concentran en el nivel urbano (21%) y en el rural (24%), en el interior del país (20%), en la clase media acomodada (20%) y en los sectores pobres y muy pobres (20%). Ellos son los desencantados de la política por muchas razones, las más importantes de las cuales son la corrupción, las promesas incumplidas y la traición de los políticos que fueron elegidos para cambiar el país pero terminaron sirviendo al establisment neoliberal.

Para salir del estancamiento en el que se encuentran, los candidatos del establishment (que son casi todos) solo pueden arrancharse los votos entre ellos y disputar el 17% que no sabe por quién votar. Están incapacitados para atraer el voto blanco y viciado que se dirige precisamente contra ellos. La izquierda, en cambio, está en mejores condiciones para atraer no sólo a los que no saben por quién votar sino también y sobre todo a los que votan blanco y viciado. Para lograrlo tiene que presentar una buena candidatura única combativa y creíble que supere la falsa polarización entre las derechas para recolocarla entre la derecha y la izquierda. Hic Rodhas, hic salta izquierda.

Esto exige plantear los problemas de fondo del país como ejes centrales del programa único de la izquierda: el modelo de desarrollo económico, la refundación del estado, la desigualdad, la descentralización, la informalidad social, la consolidación de la democracia y de sus instituciones, la globalización y sus desafíos, la multiculturalidad y la corrupción. Este es un enorme y complejo desafío porque, además de atraer a los desencantados con la política y a los desinformados, la izquierda tiene que ganar al centro para disputar con éxito las elecciones del 2016.

EN BUSCA DEL TIEMPO PERDIDO

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Sinesio López Jiménez
La izquierda la tiene difícil, pero no todo está perdido. Aún puede recuperar el tiempo perdido en el sentido de corregir los errores del pasado que la están conduciendo a la irrelevancia política. Sólo en ese sentido (de corregir los errores) porque el tiempo político, a diferencia de los tiempos económicos y sociales, no se puede recuperar. Las coyunturas políticas pasadas, que ofrecieron a las izquierdas oportunidades para actuar con éxito, ya no pueden volver.

Ante la podredumbre moral de los líderes de la derecha y ante la ceguera estúpida de los líderes de la izquierda, avanza un iletrado que ha hecho de la educación un pingue negocio. Viene de abajo, pero es lo mismo que los de arriba. Para recuperar el tiempo perdido y avanzar en la jungla electoral, la izquierda tendría que realizar algunas tareas como las que siguen:

1. Concretar un acuerdo electoral para tener una plancha única, un solo programa y una sola estrategia electoral. La izquierda necesita una candidatura única, combativa, popular y creíble en la que se reconozcan todos los descontentos con el establisment neoliberal. La izquierda no puede darse el lujo de la fragmentación como las derechas que tienen recursos abundantes, líderes conocidos y todo el apoyo de los medios concentrados.

2. Establecer la polarización política derecha-izquierda planteando los problemas de fondo del país: el modelo de desarrollo, la refundación del Estado, la desigualdad, la informalidad social, la consolidación de la democracia y de sus instituciones, la globalización y sus desafíos, la multiculturalidad y la corrupción. Hay que traer a la conciencia y experiencia de la gente y a la superficie política estos problemas de fondo para disipar la falsa polarización política entre las derechas.

3. Reavivar la polarización social entre los poderes fácticos y los movimientos sociales contestatarios. El modelo neoliberal fue impuesto por los poderes fácticos nacionales e internacionales (con la anuencia del poder oficial) y ha sido resistido con eficacia por el veto de los movimientos populares y socio-ambientales (el arequipazo, el baguazo, el congazo, el de Tía María, etc). Hay que pasar de la protesta a la propuesta de un desarrollo alternativo viable.

4. Ocupar el espacio sociopolítico de centro-izquierda para evitar su colonización por las derechas y por el arribismo sin banderas. Eso requiere una buena candidatura única y creíble, un programa alternativo al de las derechas, una campaña electoral imaginativa y eficaz que conecte a la izquierda con las masas contestarías del país.

5. Recuperar la calle como espacio político del pueblo y de la izquierda y producir acontecimientos políticos que los medios concentrados no puedan silenciar.

6. Enviar a todos los cuadros de la izquierda a los barrios populares, al campo y a las universidades a hacer campaña electoral. Si se suman todos los cuadros dispersos de las izquierdas forman un ejército de combate nada desdeñable para la campaña electoral.

7. Buscar los recursos económicos necesarios para la campaña electoral y para hacerse presente también en los grandes medios.

8. Organizar redes con las radios de regiones y provincias y con la prensa popular y progresista.

9. Organizar un equipo tecnopolítico de las izquierdas y del progresismo para concretar el programa general y para el debate público con los equipos de las derechas neoliberales.

UN PLEITO DE BLANCOS

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Sinesio Lopez Jiménez
Hasta ahora la pugna electoral es un pleito de blancos. La llegada de Acuña a la cancha grande no cambia el color de la escena. Los principales protagonistas son los líderes de la derecha que ya han gobernado el país. Los líderes de centro y de izquierda están jugando en cancha chica, pese a que su escenario social es muy ancho, y están permitiendo que este espacio sea colonizado por las derechas. Sin embargo, más del 30% de los ciudadanos sigue resistiendo a las candidaturas de la derecha. Existe una contradicción evidente entre el escenario político de derecha y un escenario social de centro-izquierda que no encuentra aún al candidato que lo represente.

Eso explica el esfuerzo de los candidatos de las derechas por presentarse con un ropaje de izquierda o progresista. Keiko quiere cambiar de piel, tomar distancia de su padre y ponerse el disfraz de caviar. García reivindica experiencia, liderazgo y promete resolver los ancestrales problemas del país con “nuevas propuestas” como si nunca hubiera gobernado y fracasado. PPK, un hombre que ha participado en varios gobiernos del pasado y es un operador del establisment financiero nacional e internacional, quiere aparecer hoy como un hombre progresista. Eso explica también los jales que están haciendo las derechas de algunos líderes que en algún momento de su vida política pasaron por la izquierda. Keiko, PPK y Acuña son los más empeñosos en cooptar a algunos personajes que vienen de la izquierda para darle un color rosado a su opción política conservadora.

La polarización política y electoral se desarrolla entre las derechas y no entre estas y las izquierdas. Esto la hace falaz y superficial porque no se discuten los problemas de fondo (el modelo de desarrollo, la refundación del Estado, la desigualdad, la consolidación de la democracia y de sus instituciones, la globalización y sus desafíos, la multiculturalidad, la corrupción). En estos temas las derechas están de acuerdo en la forma de enfrentarlos y resolverlos. Su polarización se organización en torno a temas de segundo orden o banales como el supuesto chavismo in pectore de Humala o la exageración de las diferencias con las políticas económicas del gobierno cuando, en la práctica, son las mismas, o las famosas agendas de Nadine.

La polarización es sólo política y no llega a ser social, pese a los problemas de empleo, de ingresos, de financiamiento de las políticas sociales, de recentralización política y fiscal. La emergencia de una polarización social podría dar vida y base material a la polarización entre la izquierda y la derecha. Si la desaceleración económica se profundiza y se acelera, ella podría impulsar la polarización social, redefinir la polarización política y tener un impacto importante en el escenario electoral.

El escenario de derecha, sin centro y casi sin izquierda (hasta ahora) ha sido trabajado a pulso por las derechas políticas y, especialmente, por los medios concentrados con la colaboración inconsciente (consciente según Carlos Bedoya) de algunos líderes de centro y de la izquierda. ¿Podrán los líderes de la izquierda (y del centro) frenar sus ambiciones desmedidas, superar su miopía intelectual y recuperar la racionalidad política para llegar a un acuerdo electoral que les permita tener una buena candidatura unitaria con un programa único?. Aunque el tiempo juega en contra, este es el urgente desafío que tienen que enfrentar y resolver.

ACUÑA

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Sinesio López Jménez
En el avance electoral de Acuña hay algo de justicia divina. Es David que vuelve a derrotar a Goliat. Parece que la misión de Acuña es hacer llorar a García. Ya lo hizo cuando fue elegido alcalde de Trujillo, el histórico bastión del Apra. El propio líder aprista lo ha declarado en público. Por eso la primicia de las encuestas no es tanto que Acuña avanza del quinto al tercer lugar en la carrera electoral como que ha desplazado a García.

Acuña ha construido su propia leyenda. Se presenta como alguien que emerge de la pobreza rural, de un padre con poco nivel de educación y de una madre analfabeta, pero que ha triunfado gracias a la educación. Se cuida de decir que en esta pequeña historia alude, no a la calidad de la educación que ha enriquecido su espíritu, sino a la educación como negocio que le ha permitido tener “plata como cancha”.

Como todo migrante exitoso, Acuña es un personaje complejo. Tiene un lado claro y otro oscuro. En un país de cachueleros, Acuña aparece como el informal exitoso en el que el 75% de los peruanos informales quisiera verse reflejado. En un país centralista, Acuña representa la reivindicación de la provincia olvidada frente a Lima. Como migrante exitoso ha logrado superar muchas dificultades y adversidades.

Acuña tiene también su lado turbio. La educación para él no es una forma de cultivar la mente de la gente sino un buen negocio. Acuña no presta atención a la mente sino al bolsillo de la gente. Sus universidades no son dechados de virtudes académicas, sino todo lo contrario. No tienen una planta de profesores a tiempo completo de alta calidad (doctores) como exige la ley universitaria. No cuenta con laboratorios, bibliotecas y un equipamiento logístico necesario para impartir una buena educación. Sorprenden, sin embargo, sus buenos locales que están en contradicción con la falta calidad educativa de las mismas. Ellas, sin embargo, satisfacen el acariciado sueño del cartón profesional y el arribismo de la clase media emergente.

Sus universidades son la plataforma de sus apuestas políticas. ¿En qué consisten estas?. No las sabemos, pero las podemos adivinar: un nuevo negocio. Gracias a la plata como cancha, Acuña despliega una agresiva política clientelista: coopta cuadros independientes o de otros “partidos”, financia campañas, compra votos. Tiene muchos recursos con los que puede financiar una costosa campaña electoral.

Hay varias preguntas que formular a propósito del avance electoral de Acuña: ¿Es consistente este avance o es un pequeño hipo que se va a evaporar?. ¿Es capaz Acuña para mantener el ascenso en forma sostenida?. ¿Tiene capacidad política para sostenerlo?. ¿Logrará representar a casi la mitad de los peruanos que no se sienten representados por los candidatos del establisment?.

Mi hipótesis es que Acuña carece de las capacidades para mantener el avance y para ir por PPK y por Keiko Fujimori. Por lo que ha hecho hasta ahora y por lo sabemos, Acuña no se diferencia sustantivamente de los candidatos de la derecha. En términos programáticos es más de lo mismo. Es probable que el avance de Acuña abra las puertas a un nuevo escenario electoral y a un nuevo candidato (que no es él) que acabe con la tranquilidad del establisment.

ACLARANDO EL PANORAMA

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Sinesio López Jiménez
Es una ironía de la historia que los herederos de la derecha oligárquica y de la actual derecha neoliberal se autoproclamen demócratas y se autoerijan en aduaneros del pensamiento democrático y en un jurado severo que califica quien es demócrata y quien no lo es. No tienen pergaminos para eso, pero lo hacen. Para ir más allá del anatema y para iniciar una discusión basada en fundamentos teóricos de las tradiciones democráticas, sugiero algunas ideas iniciales sobre el tema.

Desde una perspectiva procedimental la democracia es un conjunto de reglas y procedimientos tanto para acceder al gobierno como para dirigirlo y gestionarlo en su relación con la sociedad y los ciudadanos. Las reglas para acceder al gobierno se expresan en el sistema electoral que, para resumirlo, se condensa en el acto del sufragio y en el proceso electoral. El debate actual se centra, no en el primero, sino en el segundo, en su institucionalidad, equidad y competitividad, esto es, en el carácter justo o injusto del proceso electoral. La dificultad proviene del hecho que ni la academia ni la política han logrado establecer el nivel de injusticia a partir del cual un proceso electoral injusto puede ser considerado ilegítimo y no otorga, por consiguiente, el derecho a gobernar.

Las reglas y procedimientos de dirección y gestión del gobierno y del Estado dependen de la forma de gobierno (presidencialismo, parlamentarismo, semipresidencialismo). El presidencialismo parlamentarizado del Perú tiene un presidente que es jefe de Estado y jefe de gobierno, cuenta con una división de poderes enturbiada por interferencias parlamentarias que afectan la gobernabilidad, se somete al dominio de la ley en el que enmarca sus decisiones y sus acciones para que sean legítimas, reconoce y respeta los derechos de los ciudadanos como legítimos titulares del poder. Pese a todo esto, es frecuente en AL elegir presidentes democráticos para que nos gobiernen dictadores bajo un ropaje democrático.

Fue el gran sociólogo alemán Max Weber el que definió la democracia como un procedimiento o un método para elegir a los gobernantes y convirtió al ciudadano en un mero elector. Pero fue Schumpeter el que extremó la democracia procedimental al definirla como “libre competición por un voto libre” y como un método a través del cual las élites se hacen elegir por los ciudadanos convirtiendo a éstos, no en electores, sino en meros votos.

La democracia procedimental es, sin embargo, insuficiente para las clases populares y para la izquierda que demandan, no sólo procedimientos, sino también bienestar, igualdad, equidad e inclusión, esto es, una democracia procedimental y sustantiva. Los procedimientos que nada tienen que ver con el bienestar de las mayorías genera en éstas desafección con la democracia. Robert Dahl, un destacado teórico del pluralismo que nada tuvo que ver con la izquierda, sostuvo que el proceso y la sustancia de la democracia no pueden estar realmente separados: “el proceso democrático no sólo es esencial para el derecho de la gente a gobernarse a sí misma sino que es en sí mismo un rico conjunto de bienes sustantivos”. Es quizás por esta razón que Dahl, cuando aborda los casos de la vida real, prefiere referirse, no a “democracias” ideales, sino a las “poliarquías”. Estamos frente a la democracia procesal.

ESCENARIOS POSIBLES

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Sinesio López Jiménez
La crisis política actual tiene varios desenlaces posibles que dependen de la correlación social y política de fuerzas entre los actores centrales del conflicto, de los cambios en el contexto y de la intervención de nuevos actores. El golpe, la confrontación exacerbada y el juego moderato ma non troppo parecen ser los posibles escenarios en los que ella puede desembocar. Mi hipótesis es que la coyuntura electoral se va a mover entre la confrontación exacerbada y el juego moderato ma non troppo, descartando el golpe.

El escenario del golpe (autogolpe de Humala o golpe del Congreso) supondría una elevación máxima de la confrontación política entre el gobierno y García (y el Apra); el seguidismo de las consignas de García por todas las derechas, especialmente del fujimorismo; la elevación de la temperatura política por los medios concentrados que echan más leña al fuego; el agravamiento de la desaceleración económica y de sus secuelas económicas, sociales y políticas; y el debilitamiento de la influencia de la CONFIEP y de los EEUU en la coyuntura de crisis. Este es un escenario exagerado porque ni los ascensos militares preparan un autogolpe ni los potenciados escándalos de corrupción llevan a la vacancia presidencial por incapacidad moral. García y el Apra prefieren este escenario porque él les permite salir de su incómoda situación política actual y recolocarse mejor en el escenario post-golpe.

El juego moderato ma non troppo supone el aislamiento de García dando cauce a las acusaciones constitucionales en su contra para mantenerlo a raya; la iniciativa de las derechas, especialmente del fujimorismo, de moderar el partido y dejar de lado el aventurerismo de García; el abandono de las pretensiones de Nadine de encabezar la lista parlamentaria del nacionalismo por Lima y la consolidación de la candidatura neoliberal de Von Hesse; la moderación política, informativa y editorial de los medios concentrados; y el mantenimiento en el actual nivel de la desaceleración de la economía. A Keiko, que está a la cabeza de las encuestas, le favorece este escenario. Supone la despolarización y el repliegue o la derrota de Nadine y de García.

El escenario de la confrontación exacerbada supone llevar la actual polarización política hasta el límite del abismo sin caer en él. Keiko se suma a García y a la polarización contra el gobierno poniendo límites a sus objetivos y estrategias desestabilizadoras. Nadine insiste en seguir como presidenta de Gana Perú y en encabezar la lista parlamentaria por Lima. Los medios concentrados siguen echando más leña al fuego. Esta polarización exacerbada entre el gobierno, García y Fujimori puede dar pie a una campaña violenta, mezclada con legítimos movimientos sociales de protesta y puede llegar a cansar a la gente y abrir un mayor espacio a los otros candidatos, especialmente a PPK, a Acuña o a Toledo o al outsider que algunos esperan.

Y ¿cuál es el papel de las izquierdas en estos escenarios?. Ninguno mientras sigan fragmentadas. Sólo un acuerdo electoral que les permita presentar una buena candidatura unitaria y un programa atractivo para las mayorías los puede sacar de la irrelevancia política actual. Si la buena voluntad y la racionalidad política fracasan, sólo que queda un milagro.

LA CRISIS POLITICA

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Sinesio López Jiménez
La crisis política actual es quizás la más grave del gobierno de Humala. Ella consiste en el enfrentamiento del Ejecutivo con los otros poderes del Estado. Un gobierno débil e inexperto, sin partido de gobierno, sin mayoría parlamentaria y sin respaldo ciudadano es acosado por el Congreso, el Poder Judicial (la Fiscalía principalmente) y el Tribunal Constitucional (TC), no sabe cómo defenderse y, para salir de las cuerdas, comete una serie de torpezas que echan más leña al fuego. Los principales actores del drama son la pareja presidencial, García y los medios de derecha, principalmente los medios concentrados.

El contexto en el que se desarrolla la crisis política es definido por los deficientes resultados económicos (debido al shock internacional y al mal desempeño del gobierno) y la entrada de lleno al escenario electoral. Si la tasa de crecimiento del 2011 y 2012 se hubiera mantenido, la ofensiva de García y de los medios concentrados se hubiera diluido y las torpezas de Humala y Nadine no se habrían percibido. El escenario electoral pone luna de aumento a los malos resultados económicos, al mal desempeño del gobierno y potencia la ofensiva política y mediática de la derecha.

La crisis política actual tiene una pequeña historia. Ella comienza con la investigación de las corruptelas del gobierno de García. Este responde con el cuento de la voluntad de perpetuación en el poder del humalismo. La prensa concentrada le pone megáfonos al cuento de García mientras la pareja presidencial ningunea la denuncia o, cuando responde, repite tontamente “no está en agenda” en lugar de negarlo y responder políticamente a las acusación de García y la derecha.

Sigue luego la negativa del indulto a Fujimori por parte de Humala. El fujimorismo se convierte entonces en tropa de García en una serie de denuncias contra el gobierno, algunas de ellas francamente irrelevantes como el caso de López Meneses. Viene luego la acusación de los narcoindultos del gobierno aprista. García se defiende, acusa al humalismo de quererlo sacar del juego electoral del 2016 y abre temprano la cancha electoral en la que quiere ser protagonista. Mientras tanto los fiscales y los jueces apristas y filoapristas lo limpian y lo blindan y la prensa concentrada lo respalda.

Ante el agravamiento de los narco-indultos y ante los destrozos que estos producen en el partido de la estrella, García responde con las mal habidas famosas agendas de Nadine que los medios de derecha, especialmente la prensa concentrada, levantan hasta el nivel del escándalo y atosigan a la opinión pública desde hace cuatro meses. En vez de dar una respuesta política clara, Nadine las niega, se enreda en declaraciones contradictorias, apela a subterfugios y a blindajes legales, despide a una honesta Procuradora y pierde en el TC.

Comparadas con los Vladivideos y los narcoindultos y con la corrupción de Fujimori y de García, las agendas de Nadine son, sin embargo, chancay de a medio. En ellas no se muestra un saqueo del Estado sino el financiamiento chavista de la campaña del 2006 y del 2011. Otros candidatos hacen lo mismo con otros financiamientos externos, además de coimas y asaltos al Fisco (que no es el caso de las agendas). Todo el escándalo ha convertido a Nadine en la mujer más corrupta y a Keiko en la virgen inmaculada. Una pérdida total del sentido de las proporciones.

UNA PLANCHA DE LUJO

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Sinesio López Jiménez
Si no fuera por la división, las elecciones primarias de las izquierdas serían ejemplares en el contexto peruano. Compiten varios pre-candidatos (7 en el FA y tres en la nueva alianza de Democracia Directa, Bloque Nacional Popular y Unete), son abiertas y masivas: cerca de 30 mil en el FA. No se sabe el número de votantes en el otro agrupamiento izquierdista, pero sus dirigentes más optimistas calculan no menos de 100 mil. Pago por ver.

Las elecciones de los partidos de derecha y de centro, en cambio, no son competitivas, ni abiertas ni masivas (salvo quizás la del Apra). Ellas se hacen para confirmar al dueño del partido y de la pelota como pre-candidato único (con excepción quizá de AP) y la mayoría de los “partidos” derechistas va a recurrir a la fórmula más fácil que les permite la ley: la nominación del candidato por delegados.

La división lastra las elecciones más o menos ejemplares de las izquierdas. La mayoría de la gente de a pie no entiende la división y tiene razón. No tienen diferencias programáticas ni estratégicas. Sólo los diferencia el tamaño de sus ambiciones y de los prejuicios de unos con respecto a otros. Los elegidos de cada agrupamiento creen que reciben un mandato irrenunciable de sus bases para representarlas, se encapsulan en su propia candidatura y marchan juntos al abismo.

Los frentes de izquierda protagonizan una doble competencia: una, entre ellos y dos, la de cada uno de ellos con las derechas. Los núcleos duros de los frentes creen que los electores escogerán al mejor (al propio) para enfrente las futuras batallas con la derecha. Temo que no habrá futuro porque, ante la división, los electores los van a abandonar por otros candidatos o anularán su voto. La fragmentación de las izquierdas es lamentable porque tiene buenos candidatos que tendrían un importante respaldo ciudadano si marcharan juntos.

Verónica Mendoza, por ejemplo, es una muy buena candidata que recibe el respaldo de un buen sector de la izquierda y de un progresismo plural. Carismática, honesta, combativa y, pese a su juventud, cuenta ya con una experiencia política ganada en buenas lides y tiene ideas claras sobre el Perú, sus problemas y sus posibilidades. Gonzalo García y Sergio Tejada del otro agrupamiento izquierdista son también buenos candidatos. Los tres serían una plancha de lujo.

Toda organización política (partido o frente) tiene un núcleo duro (los militantes), otro, más grande, de seguidores; y, finalmente, uno, mucho más vasto, de simpatizantes periféricos. Mi hipótesis es que el FA tiene un 10% de núcleo duro (unos tres mil militantes de todos los partidos), un 30% de seguidores (9 mil) y el 60% de simpatizantes periféricos (izquierdistas y progresistas). Eso explica que Verónica Mendoza, dirigente de un pequeño partido (Sembrar) gane las primarias del FA, mientras la mayoría del núcleo duro y de los seguidores votaron por Arana.

Ante la incapacidad de constituir un sujeto político único y ante la inminente debacle que los amenaza, la izquierda tiene una tabla de salvación: la constitución de un frente electoral con un programa común y una plancha presidencial unitaria para enfrentar a la derecha neoliberal. Que la virtud y la fortuna los acompañen.