Del reciente mensaje al país de García, me parece que es útil rescatar dos cosas para dialogar con los lectores. La primera, su voluntad de rendir cuentas a los ciudadanos que son -hay que recordárselo a cada instante- los soberanos, esto es, los titulares del poder en una democracia. La segunda, la forma sobria, didáctica, profesoral de su presentación. García dejó de lado momentáneamente el bochinche, la confrontación, la discordia que han marcado estos seis primeros meses de gobierno para asumir una cierta pose de estadista. Después de escucharlo, verlo y leerlo casi todos los días en casi todos los medios, especialmente en el canal 7 hasta el cansancio, yo había llegado a la siguiente conclusión: La máxima tranquilidad de los ciudadanos depende del silencio de García.
Lo más discutible del mensaje presidencial es, desde luego, su contenido. Es necesario discutir, uno a uno, sus objetivos y sus logros. Aquí lo haremos en sucesivas entregas. Por ahora quiero plantear tres razones generales para discutir su contenido. La primera, la intención expresa de confundir el informe de lo realizado en los seis primeros meses de gobierno con las propuestas a realizar en el año 2007. Sugiero la siguiente hipótesis para entender esta confusión voluntaria de hechos y expectativas: Ante la conciencia de la modestia de sus realizaciones en estos seis primeros meses, García decidió mezclarlas con las propuestas del año que viene en un típico juego de ilusionista para impactar a los ciudadanos. Este juego puede ser, sin embargo, contraproducente porque puede terminar falseando los hechos mismos que aparecen entonces como “recuerdos, mentiras del pasado”, mezclados con las “esperanzas, mentiras venideras”, como decía el poeta Augusto Salaverry (si no mal recuerdo).
La segunda razón que induce a discutir el mensaje presidencial es la cuestión de los créditos de lo que García juzga como el logro más importante y que es, además, el primer objetivo de su gobierno: el crecimiento económico. Este aparece como un logro exclusivamente suyo y eso, obviamente, no es así. Todos sabemos que la economía experimentó una fase recesiva entre 1997 y el 2000 y que la reactivación comenzó en el 2001 y se ha mantenido ininterrumpida y crecientemente hasta ahora. García nada tuvo que ver en 5 años de crecimiento continuo. Este es, en todo caso, un mérito del gobierno de Toledo al que acompañaron circunstancias internacionales favorables que, generosamente, siguen acompañando también a García. ¿Cómo explicar esta creencia, a lo mejor sincera, de García que lo induce a sentirse el exclusivo autor de este, según él, logro mayor? Sugiero la siguiente hipótesis: Todas las personas que se sienten grandes protagonistas tienden a confundir su biografía con la historia del país en el que viven e ingenuamente creen que ella (la historia) comienza con ellos. Alexis de Tocqueville, destacado sociólogo y politólogo francés del siglo XIX, sugirió esta hipótesis para explicar tanto el predominio de las continuidades sobre las rupturas en la historia de Francia como las creencias y actitudes de los revolucionarios franceses de fines del siglo XVIII, pero yo pienso modestamente que ella puede extenderse a todos los que se sienten grandes protagonistas de la historia, lo sean o no efectivamente y sean o no revolucionarios.
Una tercera razón que nos lleva a discutir el contenido de su mensaje es el silencio de hechos (ataques contra las ONGs) y propuestas (pena de muerte para terrorista y violadores de niños) que García formuló y que llevaron al país a opinar a favor o en contra de las iniciativas presidenciales durante varios días de los seis primeros meses de gobierno alanista. Los silencios son algunas veces más elocuentes que las palabras. ¿Significa el silencio sobre estos hechos que reconoce los errores, pero que no se atreve a hacerlo en público?. ¿O el manto actual de silencio que cubre sus propuestas polémicas ha sido desplegado sólo para la ocasión de un mensaje que pretende ser consensual?. ¿O significa que algunas de sus propuestas no eran otra cosa que maniobras diversionistas para distraer a las oposiciones?.
Finalmente, ¿el Perú avanza como lo reitera machaconamente el mensaje de García?. Depende. Avanza ahora y es probable que avance en el futuro hasta cierto límite por el camino del crecimiento económico, no por García, sino por inercia que viene de atrás y porque Dios es peruano. En lo que el Perú no avanza y no va a avanzar es en la ruta democrática. En este caso es posible, por el contrario, que el Perú, como el cangrejo, retroceda a las cavernas autoritarias, sobre todo si se aplican las recetas de García silenciadas en el mensaje. El Perú tampoco va a avanzar en la ruta de la justicia social. Independientemente de lo que pase con la pobreza, incluso si disminuyera, la desigualdad social se va a profundizar, como ha sucedido en Chile, el país en donde ha tenido más éxito el modelo neoliberal. Pese a todo, el Perú avanza gracias al punche sostenido y admirable de los de abajo. Rengueando, ziczagueando, jadeando, protestando y esperando, el Perú avanza. A pesar de García.
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