Sinesio López Jiménez
Los rostros de todos los candidatos aparecen en la TV, sus voces se escuchan en la radio y sus fotografías aparecen en los principales diarios y revistas. Hemos vuelto al pluralismo de los medios que otorga legitimidad a la competencia electoral. Eso no implica, sin embargo, la ausencia de simpatías y de sesgos informativos. La neutralidad absoluta es una meta imposible en sociedades plurales y conflictivas. Ella es más difícil cuando, debido a la crisis de los partidos, los medios se han transformado en actores y forman parte de los poderes fácticos. En esas nuevas condiciones, ellos se vuelven competidores de los partidos. ¿Por qué ahora el pluralismo?. ¿Por qué no fueron pluralistas en las elecciones del 2006? Mi hipótesis es que se abren al pluralismo en el juego chico y se cierran en el juego grande cuando se disputa el gobierno del país. Me gustaría equivocarme y que todos los medios asumieran una posición pluralista también en elecciones generales del 2011.
En la primera vuelta de las elecciones del 2006, Lourdes fue la favorita de casi todos los medios y en la segunda la reemplazó García como el mal menor frente a Ollanta Humala. Esas elecciones no fueron realmente competitivas. Mientras Lourdes y García, cada uno en su momento, recibieron el apoyo de todos los medios, Humala fue la bete noire de éstos, de la derecha y de todos los poderes fácticos. No todos los candidatos y los ciudadanos tuvieron las mismas condiciones de acceso a los medios en el 2006. Más aún, se buscó aplastar a Humala con una montaña de desinformación. La política es hoy impensable sin los medios: la política se ha mediatizado. Salvo circunstancias excepcionales como la marcha de los cuatro suyos, la política ha abandonado hace rato la calle y la plaza pública. Los medios constituyen el escenario principal de la política. Esto no significa que los medios sean una especie de factótum de los políticos, que pueden construir candidatos o destruirlos. Significa que los ciudadanos se informan de la política a través de los medios y que los políticos tienen que acceder a ellos para hacerse conocidos y para hacer conocer sus propuestas.
La pegada y la llegada del candidato dependen de sus capacidades comunicativas, del interés de sus propuestas y de su carisma, esa aura especial que adorna a algunos políticos. No es cierto que Jaime Bayly hizo a Susana. Le abrió con cortesía, como a otros candidatos, un espacio para que fuera conocida. El resto –la aceptación ciudadana, su ascenso vigoroso y acelerado en las encuestas, etc- es obra de Susana dadas ciertas circunstancias, la principal de las cuales es la tacha de Kouri. Esta circunstancia fue aprovechada por Susana. ¿Por qué no la aprovecharon los otros candidatos si casi todos estaban en el sótano de la política como ella: menos de 4% de opción de voto. Tampoco es cierto que Bayly esté destruyendo a Lourdes con una contracampaña permanente. Ella tiene la posibilidad de contrarrestarla en el mismo programa de Bayly y en otros medios, si quiere, pero no lo hace. Es un error.
Luego de los condenables chuponeos a la candidata del PPC-UN, la pregunta clave que hay que hacerse es: ¿quien la quiere destruir políticamente?. ¿Quién ordena los chuponeos?. Ella acusa a la mafia montesinista. Es posible que así sea. Puede ser la venganza de Kouri. Pero me parece una respuesta insuficiente. En el intento de destruir a Lourdes me parece que hay cosas más grandes en juego que un mero acto de venganza o la alcaldía de Lima. Lourdes es la actual lidereza de la derecha y su probable triunfo a la alcaldía de Lima puede dar alas a Toledo en el 2011 y darle impulso a su propia candidatura en el 2016. ¿Quién apetece la jefatura de la derecha y la presidencia de la República en el 2016?. Es probable que los que la desbarrancaron del escenario grande al escenario chico sean los mismos que hoy quieren sacarla de la política.
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Archivo del Autor: Sinesio López Jiménez
EN LA RECTA FINAL
Sinesio López Jiménez
El personaje central de este proceso electoral es, sin duda, Susana Villarán. Es el fenómeno Susana. Aun no concluye la campaña, pero ya comenzaron los balances. Los medios y los analistas se comportan como si todo hubiera sido ya dicho y sólo esperan el veredicto de las urnas. No todo ha sido dicho, sin embargo. El azar existe en la historia. Es la clásica historia de la Fortuna que es difícil (sino imposible) domesticar. La historia de los hombres y de las mujeres ha entrado ya en la recta final. ¿Y la historia de la Providencia?. ¿Por quién se inclinará la Providencia?¿Será progresista o conservadora?. Después de todo, Lourdes y Susana son dos respetables creyentes, cada una a su manera por cierto. Como analista, me toca examinar sólo la historia de los hombres y de las mujeres. Con las otras historias no me meto. Las respeto, pero no me meto.
Este proceso electoral municipal tiene un conjunto de características relevantes: Limeñización, personalización, politización, polarización, mediatización y periodización en dos etapas. Todos los reflectores de los medios y de los analistas han estado concentrados en Lima. El resto del país ha sido puesto en la penumbra. Es natural que así sea. La capital representa más de un tercio del electorado y los resultados cuentan e importan mucho en la política. A eso hay que añadir la presencia en el escenario limeño de tres personajes importantes y lo que ellos y ellas representan: Lourdes Flores, a la derecha; Alex Kouri, al fujimontesinismo y Susana Villarán, a la izquierda. Lourdes, lidereza del PPC, conservadora, pero demócrata a carta cabal, fue desplazada de la cancha grande del 2011 al escenario municipal limeño por García y los poderes fácticos. Kouri se desplazó del Callao a Lima con el apoyo de García, la ultraderecha y el fujimorismo. Era su gallo de tapada en estas elecciones. Con esos apoyos, Kouri creyó que todo lo podía, incluso violar las leyes electorales. Felizmente el JNE supo cumplir su deber. Ese es su mérito.
Luego del intento de forjar un frente progresista amplio, Susana Villarán, lidereza de un pequeño partido de izquierda moderada, Fuerza Social, terminó encabezando una alianza con otros partidos de izquierda, incluido el MNI de Patria Roja, al que se ha querido satanizar, pese a que es un partido legalmente reconocido. Mérito de Susana es haber actuado con inteligencia y ponderación para crecer, primero lentamente y luego a velocidad de crucero. La politización apasionada del proceso electoral no sólo se debe a su indudable cercanía con las elecciones generales del 2011 sino también al carácter político de sus principales protagonistas. Estos juegan ahora, algunos de ellos por interpósita persona, su primer tiempo.
Este es un proceso electoral muy polarizado. La primera polarización fue definida por Lourdes en su propio beneficio entre la decencia (Lourdes) y la corrupción. La segunda fue trazada por Susana Villarán en un proceso polarizante, ma non troppo, inteligentemente calculado para no asustar a la veleidosa Lima conservadora. Estas polarizaciones definen claramente las etapas del proceso. La primera se desarrolló en el campo de la derecha, la ultraderecha, el fujimontesinismo que, con García, querían hacer de la competencia electoral una pichanguita entre amigos. La segunda confrontó a la derecha y a la izquierda. Es la confrontación temida por todas fuerzas de la derecha, especialmente por la ultraderecha intolerante, partidaria del pensamiento único. Con la caída de Kouri, los perdedores se lanzaron con todo contra Susana Villarán para aniquilarla, pero han fracasado. Desde la lona emiten sus últimos gritos desesperados para detener su avance arrollador.
Los medios han desempeñado, sin duda, un papel fundamental. Después de mucho tiempo la mayoría de ellos ha vuelto a jugar un papel pluralista. Como debe ser. La prensa de ultraderecha, en cambio, buscó destruir a Susana con una campaña torpe y calumniosa que terminó ayudándola. Volveré sobre el tema.
EL PRIMER TIEMPO
Sinesio López Jiménez
El primer tiempo del partido de fondo del 2011 se está jugando ya en el 2010. Los resultados de las actuales elecciones municipales y regionales van a prefigurar el escenario de las elecciones generales del 2011. Eso explica en gran medida el alto nivel de politización y las pasiones desatadas en la actual competencia electoral. Eso explica también la presencia activa de los principales actores políticos en el escenario municipal y regional y el despliegue de sus diversos juegos de poder. Como partido organizado es el Apra el que ha lanzado un mayor número de candidatos a las elecciones municipales y regionales mientras que el fujimorismo y el nacionalismo se presentan aliados con líderes locales o con frentes regionales respectivamente.
Descartada la candidatura de Kouri por el JNE, la ultraderecha, el fujimorismo y García se han quedado sin candidato, pero mantienen un juego político y electoral. En la nueva polarización derecha-centroizquierda van a optar, sin duda, por Lourdes, para ellos el mal menor. A García, sin embargo, no le conviene el triunfo de Lourdes: Lo descoloca para el soñado 2016. Forma parte de esa movida el intento de separar a Toledo de la candidata del PPC-UN para evitar que el posible triunfo de Lourdes fortalezca la candidatura del ex -Presidente. Un elemento central de su juego político es el despliegue agresivo de la guerra sucia contra Susana Villarán en el más puro estilo de la prensa chicha del fujimontesinismo. El último descubrimiento científico por el que puede recibir el Nobel uno de los voceros de la ultraderecha es que la sangre determina el voto de los ciudadanos y que la degeneración genética determina el voto por la izquierda. La desesperación política profundiza, sin duda, la estupidez. Otro componente adicional de su juego político es el boicot abierto al referéndum sobre el FONAVI afirmando irresponsablemente que el triunfo del sí traería consigo el incremento del IGV.
El Apra tampoco tiene candidato a alcalde y presidente de la región de Lima, pero eso no significa que carezca de un juego político. Es probable que un porcentaje del alto nivel de indefinición provenga del Apra. ¿Cuál es su juego como partido?.Mi hipótesis es que el juego del Apra como partido es distinto al de García y es distinta también su ubicación en el espectro político y que la tradicional disciplina aprista está en cuestión. Mientras García se ubica en la derecha del espectro político, las bases del Apra ocupan un espacio de la centro-izquierda. En esa medida, las bases apristas (independientemente del macartismo de sus líderes) podrían terminar votando por Susana Villarán. Abona esa apuesta una vieja cercanía sociológica entre el Apra y la izquierda.
El nacionalismo tampoco tiene candidato en Lima y en Callao ¿Cuál es juego de Ollanta Humala en las elecciones de Lima? ¿Por quién votarán los nacionalistas?. Una forma de responder esta pregunta es analizando las cercanías ideológicas y sociológicas de los electores, la misma que puede ser observada a través de los vasos comunicantes que ellos establecen entre sus candidatos. Hay vasos comunicantes entre los electores de Ollanta y de Keiko Fujimori por identidad sociológica, pero como Keiko se quedó sin candidato es probable que funcione la cercanía ideológica con la izquierda y que los nacionalistas terminen votando por Susana. Según la encuesta última de Imasen, hay también vasos comunicantes entre Keiko y Castañeda y entre Castañeda y Toledo. Es probable que en estos dos últimos casos, los votos vayan hacia Lourdes. No es desdeñable el probable trasvase de votos entre Toledo y Humala. Cualesquiera sean los resultados, la votación por Susana complica el panorama político del nacionalismo. A Ollanta le conviene, en ese contexto, que gane Susana. Un modesto consejo a Susana y a Fuerza Social: No hagan caso a los loquitos fascistas de la ultraderecha. Los interlocutores válidos son las fuerzas de la derecha democrática y pluralista.
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POLARIZAR MA NON TROPPO
Sinesio López Jiménez
Más allá de los dimes y diretes entre Lourdes y Kouri, a la derecha y a la ultraderecha no les disgustaba que la polarización política se diera en su propia cancha. Con ella Alex Kouri y Lourdes Flores habían logrado que las elecciones municipales y regionales de Lima fueran una pichanguita de amigos temporalmente enfrentados por el fenómeno de la corrupción. Con la caída de la candidatura de Kouri y la disparada de Susana Villarán, el juego político ha cambiado, la cancha se ha ensanchado y los protagonistas son ahora antagonistas en serio. La polarización anterior (que se daba en el campo de la derecha) se está desplazando aceleradamente hacia una polarización entre la derecha y la centro- izquierda. La ultraderecha cavernaria, miope, torpe y pavloviana como siempre, ha ayudado a Susana en esta tarea. La candidata de Fuerza Social debiera darle las gracias.
¿Le interesa a Susana polarizar el escenario electoral?. Mi hipótesis es que la polarización la favorece. A ella le conviene que la dinámica política y electoral discurra por los polos de la derecha y de la centro-izquierda. Susana debe polarizar ma non troppo por varias razones. En primer lugar, porque esta no es una situación de (aguda) crisis social y política que tiende a desaparecer al centro y a tensar la política en los polos. Ahora existe un abultado centro que no va a desaparecer. En segundo lugar, la polarización calculadamente graduada no puede poner en riesgo el alto nivel de apoyo que ahora tiene en los sectores sociales A y B. Este es un capital político importante que debe conservar y que le da credibilidad. En tercer lugar, la polarización tiene que graduarse con mucha imaginación en el campo ideológico. La centro-izquierda, como aconsejaba Norberto Bobbio, tiene que combinar adecuadamente la demanda de igualdad con la exigencia de libertad. Es un socialismo democrático y liberal.
En cuarto lugar, es necesario desplegar la habilidad necesaria para graduar la polarización política en una ciudad conservadora como Lima. La brutal crisis económica y social del primer gobierno de García, el terror de los 80, el autoritarismo de los 90, el alto grado de integración al mercado de la última década y los privilegios centralistas de siempre han ido cincelando poco a poco el carácter conservador de Lima de hoy. La cosa es distinta en la provincia, sobre todo en las zonas rurales de la sierra y de la selva, en donde existe una ira contenida, combinada con una esperanza de cambio y de mejora. Susana debe tener en cuenta la polarización social que existe en la capital y tiene que atraer a los sectores C, D y E que cobijan al electorado que le puede dar el triunfo. ¿Qué hacer?. Mi hipótesis es que la necesidad de ganar a estos sectores induce a Susana a ensanchar los temas de la polarización. Ya no basta el tema de la corrupción. Es necesario plantear con firmeza la igualdad de oportunidades para los sectores C, D y E.
Los candidatos limeños no sólo postulan a la alcaldía de Lima sino también a la presidencia de la región de Lima. En esa medida, ellos tienen una ingerencia importante en los campos de la educación y la salud públicas. La tarea de Susana en estos campos es hacer que esos servicios públicos sean verdaderos mecanismos de igualación de oportunidades para los sectores C, D y E. Eso significa que ellos tengan una alta calidad y lleguen a todos los sectores sociales. Actualmente las políticas de educación y de salud públicas han institucionalizado la discriminación social, étnica y racial. A ellos acuden los pobres y los cholos. Sólo excepcionalmente un egresado de la educación pública puede competir exitosamente con los egresados de los mejores centros de educación privada en donde se educan los hijos de las clases medias y altas. La velocidad del desplazamiento de la polarización puede ayudar a Susana a superar la distancia que la separa de Lourdes. Alea jacta est.
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UN PAIS CORRUPTO
Sinesio López Jiménez
Donde se pone el dedo brota pus. El lapidario diagnóstico del Perú que González Prada hizo un siglo atrás sigue en pie. Según diversas encuestas sobre la corrupción, el gobierno, el Estado y el país, todos ellos son corruptos. El 80% de la gente piensa que el Perú es un país corrupto. Casi nada ni nadie se salvan. Esta es, sin duda, una visión desmoralizada y desmoralizante de los ciudadanos. Ella transmite la sensación de derrota. Da la impresión que la corrupción es un mal incurable frente al cual casi todos han tirado la toalla. ¿Este diagnóstico es realista o pesimista?. Si la corrupción es generalizada, ¿quiénes y a través de qué medios pueden combatirla con eficacia?.
Antes de sugerir algunas propuestas de lucha contra la corrupción, quiero analizar primero el realismo o el pesimismo del diagnóstico. Creo que la percepción de la gente es exagerada, justificada quizá por la persistencia del fenómeno y por el poco o nulo interés de los gobiernos (salvo el breve gobierno de Paniagua), las instituciones estatales, los partidos políticos y las organizaciones sociales para combatirlo. En términos objetivos, la corrupción del fujimorismo (que alcanzó dimensiones siderales) no ha sido superada. Los gobiernos que lo sucedieron han sido menos corruptos, sin duda. Pero ninguno de ellos ha sido capaz de proponer y desarrollar una política pública coherente y eficaz de lucha contra la corrupción. Todo lo contrario, han imaginado políticas para evadirla.
García, por ejemplo, se afanó por buscar un contralor amigo de su gobierno, inventó incluso una contralora a su medida dentro del Ejecutivo, ha copado algunas instituciones de control horizontal (instancias del poder judicial, Fiscalía, CNM, TC), ha buscado neutralizar el control social (persecución contra las ONGs y pretensión de debilitar a algunos medios de comunicación incómodos), trata de evadir el control vertical (no presentando candidatos al municipio y a la presidencia de la república para evitar la sanción ciudadana) y ha gobernado con el fujimorismo (sus dos vicepresidentes y el apoyo fujimorista en el Congreso). Todo esto encubierto con un discurso demagógico anticorrupción que, obviamente, nadie cree. Esta es la razón por la cual los ciudadanos piensan que los gobiernos y las instituciones estatales son crecientemente corruptos.
Como es natural, la gente habla del Estado visible (poderes del Estado, burocracia civil y militar, sistema legal y judicial, distribución del poder estatal en el territorio), pero se le escapa lo que yo he llamado el Estado invisible: los poderes fácticos que han capturado los aparatos económicos del Estado y que, junto con la cúpula de los gobiernos, deciden políticas económicas y se reparten el botín. Es allí (los aparatos económicos) donde se produce la gran corrupción. Es el Estado clepto-patrimonialista. Es hora de comenzar a iluminar estos espacios oscuros e invisibles del Estado para ir más allá de la corruptela y comprender la corrupción en grande.
¿Qué hacer?. En primer lugar, es necesario dejar operar con autonomía a todas las organizaciones e instituciones de control horizontal, social y vertical. En segundo lugar, todas estas instituciones de control deben formular y desplegar en forma coordinada una propuesta coherente y eficaz de política anti-corrupción. En tercer lugar, cada uno debe hacer lo suyo (su especialización) en esa propuesta coordinada. Todos controlan y fiscalizan, pero los ciudadanos (control vertical) sancionan a los políticos corruptos no eligiéndolos, la sociedad civil y la esfera pública (control social) vigilan, denuncian e iluminan permanentemente los actos de corrupción del Estado y del gobierno y las instituciones estatales de control horizontal sancionan legalmente. Los ciudadanos bien podrían comenzar ya en las próximas elecciones (2010 y 2011) que se avecinan. De ese modo acabarían también con los sueños de volver el 2016.
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EL ESCENARIO MUNICIPAL
Sinesio López Jiménez
Analistas y políticos han discutido siempre el carácter de las elecciones municipales. Ellos se preguntan si éstas tienen un carácter puramente vecinal o asumen también un sentido político. Es necesario distinguir dos aspectos: Uno objetivo y otro subjetivo. Desde una perspectiva objetiva, las elecciones municipales son siempre políticas toda vez que en ellas se eligen a las autoridades que administran los poderes locales (que constituyen uno de los niveles del poder del Estado). Desde el punto de vista subjetivo, esto es, del sentido que los ciudadanos les otorgan a las elecciones municipales, el carácter político o vecinal de estas depende del nivel de institucionalización del sistema de partidos. Si éste tiene un alto nivel de institucionalización, las elecciones municipales tienden a ser a ser políticas en todos los niveles; pero si ese sistema tiene un bajo nivel de institucionalización, estas tienden a ser vecinales en los distritos, pero tienden a ser políticas en las provincias. Las primeras se orientan por relaciones cara a cara y por criterios de eficiencia, de prestigio, de clientela de los candidatos mientras las segundas (que implican relaciones a distancia) involucran algún criterio político (corrupción, vinculación u oposición al gobierno, relación con grupos políticos, caudillismo político).
En el caso de Lima Metropolitana las elecciones municipales son políticas al ciento por ciento. Sus características más saltantes provienen de su sentido político: la fragmentación electoral, la polarización entre Lourdes y Kouri, el despunte muy claro de la candidata de UN-PPC, el repliegue del Apra y sus conflictos internos, el despegue de Susana Villarán. En primer lugar, la fragmentación se explica por la inexistencia de un sistema de partidos. En segundo lugar, el parteaguas de la polarización entre Lourdes y Kouri es la corrupción. ¿Se mantendrá hasta el final esta polarización que se da en el campo de la derecha? Todo indica que el criterio (la corrupción) y el campo (derecha) de polarización pueden amenguar, pero se van a mantener. En tercer lugar, en esa polarización, Lourdes saca una notable ventaja. Ella, a diferencia de Kouri, tiene una identidad y una organización política que ha sabido cultivar y que ha obtenido un alto nivel de aceptación en el electorado limeño relativamente conservador que valora mayoritariamente, sin embargo, la honestidad en el manejo de los asuntos públicos. De no mediar garrafales metidas de pata ni denuncias explosivas contra ella, Lourdes se va mantener en la punta hasta el final.
En cuarto lugar, esta polarización ha suscitado dos tipos de respuesta política. La primera, la del Apra, particularmente de García y de su dirección política, que la acepta y se acomoda a ella, retirando a su candidato y aprestándose a respaldar a Kouri. No sorprende esta apuesta si se tiene en cuenta que los vicepresidentes de García son dos connotados fujimoristas y que ha recibido el apoyo permanente del fujimorismo en el Congreso. Este respaldo a Kouri ahora anuncia también el respaldo a Keiko en las elecciones del 2011. Esa apuesta de la dirección aprista abona las aspiraciones de retorno García en el 2016 y choca frontalmente con Carlos Roca, candidato democráticamente elegido, y las bases apristas que lo respaldan. Roca ha levantado las banderas de la centro-izquierda, de la honestidad y de la democracia en el partido. Habría que preguntarse si el candidato aprista tiene la fuerza política suficiente para defender y desarrollar sus puntos de vista. Porque voluntad y calidad tiene y son indiscutibles.
La segunda respuesta a la polarización temprana entre Lourdes y Kouri proviene de Susana Villarán y su deseo de sacarla del campo de la derecha para colocarla entre la derecha y la izquierda moderada combinando eficiencia, honestidad y democracia. Si se congela la polarización en los niveles actuales, Susana puede avanzar como ya señalan las encuestas.
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