Sinesio López Jiménez
Toledo ha perdido la brújula política y está a punto de dar su propio salto al vacío. Está librando en esta coyuntura la batalla de la segunda vuelta cuando de lo que se trata ahora es de ganar la primera. Eso requiere definir con claridad las relaciones de enemistad en esta primera vuelta y desplegar las estrategias y las tácticas adecuadas a esa definición. ¿Quién es el enemigo de Toledo en esta primera vuelta?. ¿Quién le bloquea el camino de acceso a la segunda vuelta? Es evidente que quien hace peligrar su ingreso a la segunda vuelta no es Ollanta sino Kuczynski. Ahora que ha crecido el monstruo, ya no puede pararlo y, lo que es peor, ni siquiera se propone hacerlo porque no lo reconoce como su enemigo inmediato.
¿Qué es lo que debiera estar en disputa entre Kuczynski y Toledo? Principalmente dos cosas. La primera es la atracción de los indecisos que todavía constituyen un porcentaje significativo. La segunda es la fagocitación de los votantes de Castañeda que están hace rato políticamente disponibles. El ex-alcalde de Lima recién se ha percatado de este fenómeno y ha comenzado a disparar desesperadamente contra todo el mundo. ¿Qué explica la confusión política de Toledo? Supongo que quiere correr la ola de la contraofensiva feroz de los medios de la derecha contra Ollanta para llegar a la playa de la segunda vuelta. Sospecho, sin embargo, que Toledo no se ha preguntado ni ha evaluado la eficacia de la ofensiva histérica de la derecha.
Mi hipótesis, como lo señalé en la columna de la semana pasada, es que la ofensiva derechista del miedo no afecta significativamente a Ollanta y sí puede contribuir a redireccionar los votos de la derecha hacia Toledo. Pero eso requería (porque ahora ya es tarde) que el candidato de la chacana apuntara y dirigiera sus dardos contra PPK quien le arrebató a las clases altas y acomodadas y amenaza quitarle también a las clases medias. Y eso es justamente lo que no ha hecho, como sí lo hizo inteligentemente García con Lourdes Flores en el 2006. Es difícil saber lo que está pasando en la veleidosa Lima, pero sospecho que la ola ollantista de las regiones se ha potenciado con los ataques desmedidos de los medios de la derecha contra el candidato nacionalista.
La ofensiva derechista contra Ollanta no lo alcanza principalmente por dos razones. La primera es porque toda repetición (del 2006) es una ofensa, sobre todo cuando (ahora) no tiene sustento alguno. La segunda porque es torpe. Veamos a vuelo de pájaro tres ejemplos: el estatismo, la libertad de expresión y el salto al vacío. Exagerando hasta la mentira se presenta el programa de Gana Perú como estatista. Los voceros periodísticos leen con dramatismo unas proposiciones inocuas del programa para impactar. Pero no logran su objetivo porque en la cultura política del Perú hay una fuerte demanda de Estado que es mayor a medida que más se baja en la escala social. Las clases populares y pobres demandan más Estado para que éste resuelva sus problemas que el mercado no puede resolver: agua, desagüe, luz, infraestructura, educación, salud, seguridad, inclusión y reconocimiento.
La libertad de expresión es, sin duda, un derecho fundamental, pero cuando se pregunta a los peruanos cuáles son los derechos más importantes, las clases populares y pobres señalan el trabajo, la educación, la salud y otros bienes materiales. Sólo las clases medias valoran la libertad de expresión y otros bienes inmateriales. Finalmente, cuando Toledo habla de salto al vacío para cuestionar la candidatura de Ollanta, es probable que los sectores D y E se pregunten de qué vacío habla el candidato de la chacana si ya están en él y lo que esperan es salir del hoyo apostando a Ollanta. Corolario: Dos escenarios de terror para Toledo. El primero, pasa PPK y no él a la segunda vuelta y el segundo, Toledo y Kuczynski se traban y estorban, permitiendo que Fujimori se cuele por los palos y llegue a la segunda vuelta.
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Archivo del Autor: Sinesio López Jiménez
EL MIEDO A LA DEMOCRACIA
Sinesio López Jiménez
La derecha tiene miedo y pretende que todos los ciudadanos lo compartan porque Ollanta puede ganar las elecciones. La democracia electoral la asusta y quiere, por eso, limitarla creando el pánico a través de los medios que controla. Estos vuelven al manido libreto del 2006: chavista, autoritario, estatista, vendido a Venezuela, le dicen a Ollanta. Pero como Chávez no se entromete y más bien ha negado toda intromisión y el mismo Ollanta ha tomado distancia del modelo chavista, mienten, fabulan, calumnian, hacen el ridículo. Uno de ellos es tratar de arrancar a Ollanta la calificación de dictador a Chávez. Los especialistas que han estudiado el tema (Max Cameron) no se atreven a tanto, pero aquí los diletantes de siempre ya tienen la condena.
¿Por qué no le piden también (al estilo García) la condena a Evo y a Correa como dictadores de tal manera que, cuando Ollanta o cualquier otro sea presidente, el Perú esté perfectamente aislado en AL cuando lo que se necesita es una correlación favorable frente a Chile?. ¡Hagan la tarea completa, geniecillos irresponsables!. Algunos de los que exigen una condena a la dictadura de Chávez le hicieron ojitos a Fujimori. A propósito: ¿Qué era el régimen de Fujimori?¿Una dictadura, una democracia o un régimen autoritario?. Aunque ya es histórica, esta pregunta sí es muy pertinente para no repetir los errores del pasado.
¿Qué busca la derecha levantando el miedo y desatando la guerra sucia?. Por lo menos, dos cosas. En primer lugar, asustar a los potenciales votantes de Ollanta. Se trata de bajarle la llanta, el motor y hasta el chasís al carro electoral de Ollanta que hasta ahora va a la cabeza del pelotón. En segundo lugar, redireccionar el voto de los electores de derecha hacia el candidato de su propio campo que pueda ganarle al candidato nacionalista. El problema es que, en este caso, todos se apuntan porque cada uno se siente capaz de ganarle a Ollanta, incluso el candidato cuya limitada capacidad política ha sido inmortalizada por Carlín: “¿Qué importa que llegue quinto si les gano a todos en la segunda vuelta?”.
¿Logrará la derecha los objetivos buscados?. Sólo parcialmente. Es muy probable que fracase en el primer objetivo, pero puede tener éxito en el segundo. Gracias a los wikileacks, los ciudadanos conocen las maniobras (que hoy se repiten) montadas por la derecha para impedir el triunfo de Ollanta en el 2006. El comandante va a salir ganando en este juego y debe agradecer a la derecha por sus torpezas. Es probable también que el miedo de la derecha termine favoreciendo a Toledo y perjudicando a los otros candidatos derechistas. El chacano es menos polarizante y más abierto a recibir las adhesiones de todos los miedosos. Para Toledo el miedo es una especie de torniquete para detener la hemorragia electoral que venía sufriendo y un trasvase de sangre (¿nueva?) de los otros candidatos derechistas.
PPK y Fujimori se niegan, sin embargo, a ser desplumados y desangrados electoralmente para tonificar al cholo y ponerlo nuevamente en forma. Hay que ir a votar sin miedo, ha sostenido PPK y Fujimori ha dicho en forma lapidaria: “Ni Toledo es salvador ni Ollanta es el demonio”. ¿Podrá la derecha disciplinar a sus líderes rebeldes después de haberles dado muchas alas para que puedan volar solos?. Lo veremos en la semana que falta..¿Por qué la derecha tiene tanto miedo a la democracia?. Hay una sola razón de peso: Teme perder sus privilegios. ¿Qué alegan para justificarlos?. Que Ollanta es estatismo y atraso y que ellos son la garantía del crecimiento. ¿Es eso cierto?. De ninguna manera. El crecimiento seguirá viento en popa con Ollanta si la demanda internacional continúa. Los presidentes de derecha y sus técnicos son sólo modestos ajustatuercas del piloto automático llamado mercado internacional.
Lo que cambiará es el efecto interno del crecimiento para transformarse en desarrollo. Eso se hace con la economía nacional de mercado, la elevación de la productividad y el impulso a la industrialización. Si Ollanta llegara a la presidencia y si Porter fuera peruano debiera convocarlo como ministro de Economía.
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OLLANTA Y KUCZYNSKI
Sinesio López Jiménez
Las últimas encuestas sugieren algunos cambios fundamentales en la lógica y en la dinámica del escenario electoral. El primero es que el candidato que García y la ultraderecha creían haber liquidado goza de buena salud. Hoy ya no se discute si Ollanta pasará a la segunda vuelta. Eso es casi seguro, dada la velocidad de su crecimiento: 6 puntos (en 20 días) que lo colocan en el segundo lugar (DATUM). El problema actual es con cuál de los candidatos de la derecha va a pasar. El segundo es el crecimiento acelerado de PPK (5 puntos según DATUM) en Lima sobre todo y en algunas ciudades de la costa. El tercero es la caída de Toledo en más de 8 puntos, quien, sin embargo, sigue encabezando la lid electoral. El cuarto es la salida de Castañeda del juego grande: se va con el premio consuelo de ganador de todos en la segunda vuelta. El quinto es la polarización electoral creciente entre Ollanta y PPK que tensa la dinámica electoral hacia los polos (izquierda nacional abierta al mundo global y derecha empresarial transnacional) y debilita a la centro-derecha (Toledo) y al fujimorismo.
Si se echa un vistazo a todo el período electoral se puede distinguir tres momentos precisos en los que se produce un desplazamiento rápido de escenarios. El primero es el escenario de la ultraderecha y de García (enero-setiembre del 2010) en el que los favoritos eran Castañeda y Keiko Fujimori y los principales enemigos eran Toledo y Ollanta a los que se pretendía sacar del juego grande. El segundo es el escenario de la derecha (Octubre del 2010-Febrero del 2011) en el que Toledo entra a la cancha, coloca la agenda política y se pone a la cabeza de la disputa electoral. La ultraderecha y García se desesperan y apuestan a Castañeda como su candidato favorito para pasar a la segunda vuelta justamente cuando el ex-alcalde limeño acelera su deslizamiento por el tobogán electoral. El tercer momento es el de la polarización electoral (marzo al 10 de abril del 2011) en el que se confrontan Ollanta (la izquierda nacional abierta al mundo) y PPK (la derecha empresarial transnacional). La vacuidad política y la falta de credibilidad de la centro-derecha y de los candidatos de la ultraderecha han inducido a la polarización electoral. La centro-derecha (Toledo) se debilita y el fujimorismo sigue estancado, mientras la polarización se acelera y pasa por encima de ellos haciendo discurrir la dinámica electoral por los polos.
El grado de debilitamiento de la centro-derecha y del fujimorismo depende del nivel al que llegue la polarización nacional. A más polarización nacional entre Ollanta y PPK mayor debilitamiento del Toledo y de Fujimori. Los fujimoristas sostienen que ellos tienen un voto duro que les permite pasar a la segunda vuelta. ¿Voto duro? Este se presenta cuando los electores se encuadran en partidos institucionalizados o en organizaciones clientelares activas. El fujimorismo no es ni uno ni otro. Keiko Fujimori es sólo el amoroso recuerdo del clientelismo de su padre, al que quiere sacar de la prisión. Además de los rasgos ya señalados, la polarización política y electoral se caracteriza por otras dos cosas: los tiempos políticos y sociales adquieren una inusitada velocidad y “todo lo sólido se desvanece en el aire” (Marx dixit).
¿Podrá Toledo frenar su caída, retomar la iniciativa política y amainar la polarización electoral?. Esa es una tarea de titanes, difícil, pero no imposible, y requiere más tiempo cronológico y político del que dispone. Mi hipótesis es que la polarización se va a acelerar y la pugna central el 10 de abril será entre Ollanta y PPK. La polarización electoral está abriendo un amplio cauce a un conjunto de polarizaciones que estaban contenidas (social, política, económica, regional, cultural) y ella misma se potencia con esa apertura. El Perú real muestra sus rostros en el proceso electoral. Ha llegado la hora de decidir. Espero que la demografía se traduzca en democracia.
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EL ESTADO HEMIPLEJICO
Sinesio López Jiménez
Si PPK es outsider entonces las prostitutas son vírgenes. Eso es a todas luces un contrasentido. Más de un 30% de la gente cree, sin embargo, que PPK es políticamente virgen (outsider). ¿Puede ser outsider un hombre que ha estado al servicio de casi todos los gobiernos desde hace más de 30 años?. ¿Pueden alegar virginidad las mujeres de la vida alegre que han trabajado en los burdeles por más de tres décadas? La respuesta es obviamente negativa. Pero las dudas quedan toda vez que el mismo PPK se ha outoproclamado outsider. El tocamiento indebido que le hizo la modesta señora del Callao tiene quizás el sentido profundo de la búsqueda de una respuesta a ese contrasentido. Lo único cierto de todo esto es que PPK ha prostituido el sentido de la política y del discurso político (outsider, gran cambio, etc.).
¿Qué papeles ha jugado PPK en la política peruana del 80 en adelante?. Varios, entre ellos ministro de varias carteras, primer ministro, lobista y frustrado terrorista financiero. Durante el primer gobierno reformista de Belaúnde fue funcionario del BCR del que salió (huyendo del país) acusado de algunos delitos económicos en los inicios de la dictadura de Velasco. En el segundo gobierno conservador de Belaúnde fue ministro de Energía y Minas y en el gobierno de Toledo, ministro de Economía y Finanzas y Primer Ministro. ¿Quién lo nombró en los cargos de ministro y Primer Ministro?. Formalmente el presidente de la República, pero ¿por presión y a instancia de quienes?.
Para entender mejor las cosas es necesario tener en cuenta este dato fundamental: Desde 1990 hasta ahora, ningún ministro de Economía y Finanzas ha pertenecido al partido de gobierno que ganó las elecciones. Casi todos ellos provienen de las canteras de los organismos financieros internacionales, de las grandes corporaciones empresariales y de los bancos. ¿Por qué? Estos organismos quieren un operador de sus intereses en los espacios importantes de decisión política del Estado y presionan y chantajean por el nombramiento de sus gatos despenseros. Se forma entonces una vigorosa coalición política entre el Presidente la República y los poderes fácticos a través de sus operadores que ocupan esos espacios económicos. Ellos son los que gobiernan y deciden. El resto es chancay de a medio.
¿Cuáles son esos espacios estatales?. Los aparatos económicos del Estado: MEF, BCR, SBS, SUNAT, FONAFE, ministerios que manejan asuntos económicos, etc. En estos aparatos económicos los operadores con el jefe del Ejecutivo deciden las políticas económicas, los impuestos, las regalías, el canon, las exoneraciones tributarias, los convenios de estabilidad tributaria, las privatizaciones, las concesiones, los gastos sociales. En estos espacios se producen los grandes faenones, los de los tiburones, no los de los pirañitas. Estos se producen en los aparatos sociales del Estado y en otros espacios menores. Los presidentes y los operadores de los poderes fácticos han organizado un Estado Hemipléjico. Sus aparatos económicos funcionan más o menos bien, pero sus aparatos sociales (salud, educación, seguridad) son un desastre, reciben poco presupuesto y son ineficientes.
¿Para quienes funcionan bien los aparatos económicos del Estado?. ¿A quienes favorecen las decisiones y políticas que se toman en esos aparatos?. A las grandes corporaciones empresariales, a los bancos, a los ricos en general. Todos sabemos que en el neoliberalismo las políticas económicas son para los ricos y las políticas sociales, las migajas, para los pobres. En sus funciones públicas y fuera de ellas PPK ha sido siempre un lobista de las grandes corporaciones y, cuando los intereses de éstas corrían peligro (con las candidaturas de Ollanta en el 2006 y de Susana Villarán en el 2010), jugaba al terrorismo económico imaginando, diseñando y gestionando pánicos en los mercados financieros. Ahora dice muy suelto de huesos que puede resolver todos los males del Perú.¿ Por qué no lo hizo cuando tuvo un enorme poder en el Estado?.
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EL CORAZONCITO DE LOS MEDIOS
Sinesio López Jiménez
Los medios juegan su propio partido en la actual campaña electoral. Más allá de su aparente pluralismo, cada uno de ellos tiene su propio corazoncito. Eso es así aquí, en China y en Cochinchina. La neutralidad absoluta no existe en los medios, ni en sus directorios, ni en sus periodistas. Ellos, como todos los mortales, son movidos por intereses, ideologías, enemistades, simpatías y antipatías. Pero son al mismo tiempo profesionales de la información y, como tales, les interesa mantener una cierta credibilidad y mostrar una cierta dosis de pluralidad y de objetividad para no matar la gallina de los huevos de oro. Todo eso genera una difícil tensión que los cuerpos directivos tienden a manejar con prudencia y sabiduría.
¿Cómo se ubican los medios con respecto a los candidatos que cuentan en el actual escenario electoral?. La respuesta precisa es difícil porque el espectro mediático es amplio y diverso, pero puede echarse un rápido vistazo sobre los más importantes. Es más fácil detectar contra quien que a favor de quien están. Los diarios de la ultraderecha (Correo, Expreso, La Razón), por ejemplo, destilan en todas sus páginas odios y antipatías viscerales contra Toledo y Ollanta. Como todas las ultraderechas que se precian de tales, no cuidan las formas porque, por encima de todo, les interesa la eficacia en el asesinato moral de sus enemigos. En esa prensa campean los sicarios mediáticos, algunos por afición y otros a sueldo. Su tarea es más de destrucción que de construcción. Su lenguaje achorado, casi procaz, tiene sus fans en ciertos estratos sociales (de arriba y de abajo) que lo celebran. Su corazoncito (también lo tienen) late desesperadamente por Castañeda y Fujimori y, de vez en cuando, por PPK. En el polo opuesto, no existe una prensa de ultraizquierda que sirva de contrapeso.
Existe, en cambio, una prensa “militante” de cierto impacto que abre sus páginas a los otros candidatos para combatirlos sin cuartel, pero que trata profesionalmente otros temas. Es el caso de La Primera, abiertamente pro Ollanta, y de Diario 16, expresamente pro Toledo. Perú 21 es un caso especial. Milita rabiosamente contra Castañeda y contra Ollanta y apapacha en sus páginas a Keiko Fujimori y a PPK y trata a Toledo con cierta objetividad. ¿Veleidades y añoranzas del director?, ¿el libelo en el que el grupo El Comercio descarga sus antipatías y sus miedos?. Puede ser un mix de ambas cosas. El Comercio es el diario de los matices, de los claroscuros, al menos hasta ahora. Después, veremos. Presenta a todos los candidatos que políticamente cuentan, pero no puede disimular su rechazo a Ollanta y a Fujimori, su disgusto con Castañeda, su simpatía por Toledo y su entusiasmo por PPK. Como apunta Mirko Lauer, este aparece en todos los medios como si fuera puntero en las encuestas.
Frente a un diario de derechas como El Comercio se ubica La República que aparece como su contrapeso informativo desde el espacio de centro-izquierda. Fiel a los ideales democráticos y socialistas de su fundador, La República libra una batalla sin cuartel contra el fujimorismo, la corrupción, la injusticia y apuesta por el cambio democrático (de centro-derecha y de izquierda). Eso explica, a mi juicio, su rechazo a la candidatura de Keiko Fujimori, su oposición a Castañeda y a PPK y sus simpatías matizadas por Toledo y Ollanta. La pantalla boba y la radio requieren un análisis especial por su enorme influencia en la política y en los procesos electorales. Volveremos sobre ellos.
Más allá de las amistades y las enemistades políticas, de las simpatías y las antipatías, de las apuestas y los rechazos, sería deseable que los medios, especialmente la radio y la TV (tomada literalmente por la derecha y la ultraderecha), mantengan el pluralismo informativo sobre todos los candidatos que cuentan en esta campaña electoral. Sin pluralismo de los medios, no hay verdadera competitividad electoral y, por eso mismo, la legitimidad de la elección del Presidente y del Congreso estaría en cuestión.
LA ULTRADERECHA SE DESESPERA
Sinesio López Jiménez
Siguiendo las indicaciones de las encuestas, la ultraderecha y García han decidido apoyar a Castañeda y sacrificar a Fujimori para enfrentar la segunda vuelta con Toledo en mejores condiciones. Para ganar mañana, sin embargo, Castañeda tiene que triunfar ahora. En esto radica el problema que desespera a García y a la ultraderecha. ¿Podrá Castañeda enfrentar este enorme desafío?. ¿Logrará García, el gran estratega de la campaña del ex–alcalde de Lima, superar la racha de derrotas políticas que ha venido sufriendo en estos últimos tiempos?. Mi hipótesis es que Castañeda va a fracasar y que García nuevamente será derrotado. El capitán ha perdido la brújula y navega con viento en contra.
Lo nuevo de las últimas encuestas es el avance de Ollanta. En eso coinciden todas ellas, incluidas las encargadas y pagadas por la ultraderecha (que no puede ver a Ollanta ni en pintura). Las encuestas revelan también un estancamiento de Toledo (quien sigue ocupando el primer lugar con el 28%, aunque baja seis puntos en Lima), de Fujimori (en el segundo lugar con el 21%) y de Kuczynci (en el límite de la valla electoral) y el desmoronamiento de Castañeda (con el 17%, aunque CPI le da el 20.2%). La fuerza de Toledo es más rural (39%) que urbana (27%), pero es pareja en todas las regiones y en todas las clases sociales. Es un candidato pluriclasista, lo que lo hace aparecer como un candidato de todos los peruanos, a pesar de su programa de centro-derecha.
La fuerza de Fujimori es también homogénea en el ámbito urbano (21%) y rural (22%), en las regiones (con alrededor del 24%), salvo en la región sur que es su talón de Aquiles (15%), pero su voto duro está en los sectores populares y pobres. Castañeda es un candidato limeño (22%) y urbano (16%), pero tiene varios puntos débiles: el campo (11%) y todas las regiones (alrededor del 14%). Sus bases sociales son mesocráticas y populares urbanas. Su llegada a los pobres (16%) y muy pobres (9%) es poca y deleznable. La fuerza actual de Ollanta (a diferencia del 2006) es pareja en el ámbito urbano (15%) y rural (14%), pero es desigual en las regiones y en las clases sociales. Su bastión regional es el sur y sus bases sociales son las clases populares, pobres y muy pobres, con un tímido avance en las clases medias. Kuczynski es el candidato de los ricos que viven en Lima y en Eisha.
¿Podrá superar Ollanta a Castañeda y disputarle a Fujimori su pase a la segunda vuelta?. Mi hipótesis es que, ahora que escribo este pequeño comentario, Castañeda está sintiendo un viento ollantista que pasa de largo por su costado y Keiko va a sentir pronto un amenazante soplo en la nuca. Según las últimas encuestas, Ollanta ya lo pasó en varias regiones. Se está configurando ya el escenario de confrontación entre la derecha y la izquierda. ¿Qué van a hacer García y la ultraderecha cuando Castañeda no dé más y tire la toalla o sus potenciales electores lo abandonen?. Muchas cosas desesperadas, entre ellas volver a Fujimori, impulsarla con todas sus fuerzas, desplegar una dura contraofensiva contra Ollanta, volver a la guerra sucia del 2006 y, si no logran sostener a Fujimori para que pase a la segunda vuelta, respaldar a Toledo arrastrando los pies en la segunda vuelta.
¿Qué explica el ascenso lento pero sostenido de Ollanta?. Varias cosas. La primera, Ollanta está cosechando la reivindicación nacional frente al cipayismo, al entreguismo y a la guerra sucia de la derecha, la ultraderecha y los poderes fácticos para impedir su acceso al poder en el 2006. La segunda, Ollanta está ahora desplegando una campaña inteligente en los medios y en la calle que llega a la gente. Sus ofertas electorales comienzan a engarzarse con las demandas de los ciudadanos de las clases populares y medias. La tercera, Ollanta ha logrado combinar una cierta racionalidad con la ira de los ciudadanos. En el no tan cálido clima electoral, Ollanta es el que más pasiones despierta en los de abajo.
LO NACIONAL Y LO IMPERIAL
Sinesio López Jiménez
Más allá de los dimes y diretes, de los chismes que suscitan y de las informaciones que revelan los Wikileacks, hay un tema central que se oculta y no se quiere discutir: el papel de los poderes internacionales en los procesos políticos internos y la actitud de las élites políticas locales frente a esos poderes. Las idas y venidas de la derecha a la embajada norteamericana para pedir protección y ayuda es un rito conocido y repetido a lo largo de la historia del Perú del siglo XIX, XX y XXI. Pero esto no pasa ni ha pasado sólo en la derecha. También la izquierda ortodoxa tenía (antes de la caída del muro) sus propias embajadas como referencia política: Moscú y Pekin.
¿Qué explica la subordinación persistente de las elites locales a los poderes internacionales?. La explicación hay que buscarla en la incapacidad de estas élites para enfrentar y resolver los problemas políticos que ellas juzgan fundamentales. En el fondo, es su incapacidad para hacerse cargo del país, de su historia y de su destino. Necesitan apoyarse en los poderes imperiales para imponer y mantener su dominación interna. Eso hicieron en las elecciones del 2006, parcialmente en la transición democrática del 2000, en la imposición del modelo neoliberal en el 1990. En las coyunturas críticas en las que se presentan desafíos inevitables para resolver problemas nacionales de fondo y que exigen, por eso mismo, capacidad política, imaginación y audacia, las élites tiemblan, trastabillan y demandan el auxilio del imperio.
Estas conductas de las élites tienen profundas raíces históricas que hasta ahora no hemos podido superar: el hecho colonial. En las ciencias sociales se estudian ciertos hechos que marcan gruesamente el camino y la historia que transitan los países. Se trata del path dependence. El hecho militar de la conquista española y el proceso colonial que lo siguió han marcado nuestra historia desde el siglo XVI hasta nuestros días. Pese a los esfuerzos y a las luchas de diversos contingentes sociales, no hemos podido romper las cadenas de esa pesada historia. Los movimientos de resistencia indígena, el más importante de los cuales fue la revolución de Túpac Amaru, fracasaron en su intento de acabar con la opresión colonial. La independencia, pese a los esfuerzos de las clases medias criollas, tampoco acabó con la colonia. La aristocracia criolla quería proclamar la independencia sin abjurar de la colonia, de acuerdo a la expresión lapidaria del historiador inglés John Lynch.
En los años 30 del siglo XX José Carlos Mariátegui y Víctor Raúl Haya de la Torre buscaron abrir una ruta nacional a la solución de los problemas estructurales del país dentro de sus propias perspectivas: socialista el primero, nacional-popular el segundo. En ambos casos, la ruta nacional no significaba enclaustramiento sino apertura al mundo internacional desde los intereses de las clases populares y de las peculiaridades del país. Ya sabemos en qué acabaron esas interesantes apuestas: Mariátegui, combatido y distorsionado por la III Internacional y Haya de la Torre, perseguido, derrotado y aliado de la oligarquía y del imperio.
En los sesenta reaparecen las banderas de los 30, pero empuñadas por otros protagonistas: la nueva izquierda y el velazquismo. Este acabó con la oligarquía y el gamonalismo y puso límites a la dominación imperial. La derecha pasó un largo período en hibernación sin hallar el camino a la embajada para buscar protección. La nueva izquierda con la vieja izquierda impulsaron el clasismo igualitarista. Pese a ser una dictadura, Velazco impuso un amplio proceso de democratización y de inclusión. Luego de la derrota del clasismo y del velazquismo, retornó la derecha del brazo de los poderes imperiales en los 90. En el 2006 la derecha se asusta con la aparición de Ollanta Humala (quien trata de abrir un cauce nacional y popular a los cambios estructurales del país) y busca nuevamente la embajada. Lo demás es historia reciente y conocida.
ESCENARIOS POSIBLES
Sinesio López Jiménez
García y la ultraderecha acaban de sufrir una nueva derrota. El operativo montado para hundir a Toledo y relanzar a Castañeda y Fujimori ha fracasado estrepitosamente. La aparatosa y falsa denuncia de los vínculos del toledismo con el narcotráfico buscaba recomponer el escenario electoral recolocando a Castañeda y Fujimori a la cabeza, como hace cuatro meses atrás. La grotesca falsedad de la denuncia ha terminado favoreciendo a Toledo y hundiendo a García y a su entorno. El soñado escenario electoral de la ultraderecha y de García ya fue.
En estas dos semanas que vienen se van a definir otros dos escenarios posibles: el escenario de derecha y el escenario de la confrontación entre la derecha y la izquierda. En el escenario de derecha se confrontan Toledo (la centroderecha) con uno de los candidatos preferidos de la ultraderecha (Castañeda y Fujimori) y en el segundo escenario se confrontarían Toledo y Ollanta. Los escenarios electorales no caen del cielo ni llegan solos. Ellos se construyen. ¿Quienes los construyen? En un contexto de ausencia de partidos y de estabilidad política, los escenarios son construidos por los candidatos y sus campañas, por los poderes fácticos, por los medios que respaldan a sus candidatos y por el gobierno de turno. ¿Y las encuestas?. Si están bien hechas, son herramientas que pueden servir a todos los actores y a los ciudadanos. Con frecuencia intervienen el tiempo y las circunstancias que son cambiantes. El éxito de los candidatos depende de su adecuación a esos cambios posibles.
¿Cómo los actores construyen los escenarios electorales? A través de diversos juegos de poder en el que se definen los enemigos y los aliados, las estrategias y las tácticas, las propuestas programáticas, se despliegan las campañas electorales, se proveen de los recursos económicos necesarios y se proyectan los candidatos en el escenario público. Más allá de las normas establecidas de neutralidad, un actor que juega fuerte es el gobierno de turno. García ha venido trabajando desde hace mucho tiempo para construir el escenario ideal de la ultraderecha que se acaba de desmoronar e interviene constantemente en favor de sus candidatos favoritos y en contra de Toledo y Ollanta. Las revelaciones de Wikileaks muestran que Toledo jugó contra Ollanta y a favor de García en las elecciones generales del 2006. García triunfó ajustadamente gracias a esas intervenciones y a otras como el financiamiento de grupos acusados de blanqueo de dinero a los que acaba de devolver el monto otorgado. Bien vistas las cosas, sin embargo, García debiera devolver la Presidencia de la República que obtuvo por malas artes.
En la definición del escenario de derecha el problema central es decidir cuál de los candidatos de la ultraderecha (Castañeda o Fujimori) pasa a la segunda vuelta para enfrentar a Toledo. La ultraderecha (García incluido) tiene que resolver el siguiente dilema: apoyar a Castañeda que está cayendo pero que, según las encuestas, es el candidato que podría disputarle el poder con cierto éxito a Toledo en la segunda vuelta o respaldar a Fujimori que se mantiene segunda pero que, según las encuestas, pierde si enfrenta a Toledo en la segunda vuelta. Se reproduce en el campo de la ultraderecha el dilema que tuvo la derecha en su conjunto en el 2006: García o Lourdes Flores para ganarle a Ollanta. Hay, sin embargo, una diferencia abismal: la calidad de los candidatos. Es probable, como ya lo han señalado algunos analistas, que la ultraderecha sacrifique a Fujimori de la misma manera que la derecha sacrificó a Lourdes en el 2006. En los próximos días asistiremos al viacrucis de Fujimori.
El escenario de confrontación de la derecha (Toledo) con la izquierda (Ollanta) es difícil, pero no imposible. Ollanta está subiendo lentamente en las encuestas y si en los próximos 15 días llega al 16% o al 17%, entonces cualquier cosa puede pasar: desmoronamiento de los candidatos de la ultraderecha y polarización política y electoral.
EL MODELO NEOLIBERAL EN EL CANDELERO
Sinesio López Jiménez
La campaña recién empieza, pero García ya canta una victoria anticipada del modelo neoliberal y de sus defensores en las elecciones generales: “Se acabó el peligro, cualquiera de los que aparentemente tiene ventaja podrá y deberá mantener lo sustantivo del modelo exportador, descentralista, democrático y de la inversión de nuestro país. Creo que pocos piensan en que alguien podría contradecir la voluntad del pueblo peruano”. ¿Cuáles son los que aparentemente tienen ventaja?. En defensa de la continuidad del modelo neoliberal García no sólo incluye a sus engreídos Castañeda y Fujimori sino que extiende su reconocimiento (es el sapo que tiene que tragarse) a Toledo. García tiene razón en este punto. En efecto, más allá de las diferencias secundarias que presentan los candidatos de derecha, ellos coinciden en el tema fundamental de la continuidad del modelo neoliberal.
Muy orondo García concluye: “Ya no hay un riesgo anti-sistema como hace apenas cinco años se presentaba en el horizonte”. Sorprende que alguien que cree saberlo todo tenga una grave confusión conceptual. ¿Quien es el anti-sistema? ¿Ollanta que quiere cambiar el modelo económico neoliberal extremo o García que amenaza con un golpe de estado si el líder nacionalista triunfa en las elecciones? Si apelamos a la tradición académica sobre este tema, el anti-sistema es, sin duda, García. ¿Y cuál es la voluntad del pueblo peruano?. Una de las formas de saberlo es revisando lo que la gente expresa en las encuestas. ¿Y qué dicen las encuestas?. En la encuesta de IMASEN los que quieren la continuidad del modelo neoliberal y de sus políticas económicas llegan al 25.1% en todo el país. En Lima se encuentra el mayor porcentaje de los continuistas: el 43.6%. En la encuesta del IOP de la PUCP estos se reducen al 12.9% en el país y a 17.4% en Lima.
La mayoría del país quiere, por el contrario, un cambio del modelo neoliberal y de sus políticas económicas: el 73.9% en la encuesta de IMASEN y el 77.7% en la de la PUCP. De ellos el 37. 4% (IMASEN) o el 39.7% (PUCP) quiere cambios parciales y el 36.5% (IMASEN) o el 38.0% (PUCP) pide cambios radicales. Algunos “analistas” (¿o encubridores de la desagradable realidad?) suman, sin embargo, papas con camotes. El 62.5% (IMASEN) o el 52.6% (PUCP), dicen sin ruborizarse, quiere la continuidad o cambios moderados del modelo económico. ¡Eso no se puede hacer, peluches engreídos de la extrema derecha, sin falsear la realidad!. Una cosa es la continuidad y otra cosa es el cambio del modelo. Este puede ser moderado o radical, pero es un cambio.
En el comportamiento político de la gente cuentan también sus percepciones de la realidad económica. Ellas son un nivel de realidad de la política. Si la mayoría de la gente cree que a Toledo le fue mejor que a García en lo que se refiere a la situación económica de las familias, la inflación, el empleo y la pobreza así es (mas allá de las cifras del INEI de García) y esa creencia se va a expresar en la política. Sólo el 17% de los peruanos cree que la situación económica de las familias ha mejorado; la mayoría (40.2%) afirma que ha empeorado y el 39.5% piensa que sigue igual. Las regiones más descontentas son el sur, el centro y el oriente. Es aplastante la percepción de mayor inflación durante el presente gobierno que en el pasado de Toledo. La mayoría cree que hay menos empleo (48.6%) y más pobreza (48.2%). Estas últimas cifras explican, en parte, las preferencias por Toledo. Pero la exigencia mayoritaria de cambio del modelo neoliberal puede terminar afectándolo.
Después de veinte años de vigencia, el modelo neoliberal es desaprobado por la mayoría de país que demanda su cambio. Pero la mayoría apuesta por los candidatos que quieren la continuidad del modelo desaprobado. ¿Qué está pasando?. Una temporal disonancia cognitiva y política que la campaña electoral puede corregir. A través de una campaña inteligente Ollanta tiene la oportunidad de mostrar la diferencia.
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UN ESCENARIO MOVEDIZO
Sinesio López Jiménez
Todas las encuestas revelan un crecimiento acelerado de Toledo, una lenta caída de Castañeda, un estancamiento de Fujimori y de Ollanta y el no despegue de Kuczynski. Esto significa que Toledo ha crecido a costa de Castañeda y de Ollanta y ha bloqueado el crecimiento de Fujimori y Kuczynski. Ha consolidado su influencia en sectores importantes de las clases medias y altas, ha conquistado el apoyo de la mayoría de las clases populares y está logrando el respaldo también de los sectores pobres urbanos y rurales. Para lograr este respaldo multiclasista el hombre de la chakana se ha movido con éxito de la derecha al centro derecha y ha invadido el espacio de centro izquierda. Ese es su posesionamiento actual.
Todos los otros candidatos no han hecho los movimientos adecuados. Castañeda en lugar de consolidar su espacio ganado durante ocho años de gobierno municipal -Lima y algunas ciudades de la costa- se desplazó a la sierra y al campo sin brújula y sin destino claro y está a punto de perder incluso su bastión inexpugnable (Lima). Ha perdido terreno en el espacio de centro derecha y sólo la extrema derecha le es fiel. Ollanta se ha desplazado (en los inicios de la primera vuelta) al centro sin éxito y está perdiendo los sectores radicales y las bases sociales populares y pobres de las regiones (minadas de antemano por la presencia de Fujimori en ellas) que fueron el sustento de su candidatura en el 2006.
El sancochado de Kuczynski ha resultado algo indigesto para la mayoría del país. ¿Dónde están las huestes del PPC?, ¿dónde las de Acuña y compañía?. ¿y dónde los fieles de Lay?. Todo indica que ellas (en su mayoría) han desertado para acompañar a Toledo y en menor medida para consolidar la candidatura de Castañeda. Al parecer, sólo las clases altas limeñas lo acompañan. Los otros candidatos no existen políticamente hasta ahora. ¿Podría surgir de ellos el outsider que reordene la escena electoral? Pienso que no. El porcentaje de los que no han decidido su voto es muy bajo. Los pitufos no juegan a la política sino a la lotería. Mi hipótesis es que en el juego político grande van a seguir sólo los cinco candidatos que figuran en las encuestas. ¿Significa eso que el actual escenario se va a mantener hasta la fecha de las elecciones? No. La última encuesta de IMASEN revela que casi la mitad del electorado podría cambiar su voto.
¿Podría consolidarse el escenario actual?. Depende lo que hagan los candidatos. Me parece que Toledo está llegando a su techo. Que suba o que baje depende más de sus errores que de sus enemigos. ¿Podrá recuperar Castañeda el espacio de centro derecha?.¿Podrán salir de su parálisis Fujimori y Kuczynski?. ¿Podrá Ollanta recuperar el terreno perdido en el espacio radical y en el de las clases populares y pobres de la ciudad y del campo?. Todos los competidores de Toledo tienen dificultades para recuperar el espacio perdido o para despegar (en el caso de Kuczynski). Los límites de Castañeda no sólo tienen que ver con el espacio disputado y tugurizado que ocupa sino también con sus debilidades como candidato. Fujimori no puede avanzar por los lastres del pasado y por sus incapacidades del presente. Kuczynski es un hombre intelectual y técnicamente capaz, pero políticamente nulo. Su identidad social y nacional lo anulan.
En ese contexto, Ollanta es el que está en mejores condiciones de reconquistar lo que está perdiendo para pasar a la primera vuelta. Le basta ponerse a tono con lo que dicen las encuestas: más del 70% quiere cambios en la economía y el 36% los quiere radicales. Las demandas económicas de la gente están más cerca de las propuestas de Ollanta que las de los otros candidatos. Ollanta es, en realidad, el único candidato del cambio tal como lo demanda la gente. Eso requiere no sólo retomar las posiciones radicales sino también desplegar algunas acciones y gestos espectaculares de impacto que reordenen el actual escenario. Un lucumbazo simbólico. La lucha por ganar el centro es un asunto de la segunda vuelta.
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