Sinesio López J
La captura de Ollanta, como la de Atahualpa, se produjo en Cajamarca, coincidentemente en el mes de noviembre, pero con la friolera de 479 años de diferencia. Sus captores no han sido, desde luego, las huestes de Pizarro (reforzadas por Almagro) sino sus descendientes: los Velarde, los Castilla, con el refuerzo posterior de los Benavides y compañía. El rescate no ha sido un modesto cuarto dos veces lleno de plata y una de oro sino la codiciada mina de La Conga y sus lagunas atiborradas del metal precioso.
A diferencia de Atahualpa, Ollanta no ha sido felizmente condenado a la horca porque no arrojó la Biblia de los nuevos conquistadores (el catecismo neoliberal) sino que la ha hecho suya, la ha estrechado contra su pecho y todos ellos han quedado satisfechos. Hasta le han hecho creer que sigue gobernando el Perú desde el cautiverio. Como broche de oro, una encuesta, muy objetiva, científica y oportuna, ha mostrado que todos los peruanos de los diversos estratos sociales están felices con la captura, el cautiverio, el rescate y la continuidad de su gobierno.
Más allá de las semejanzas y las diferencias, constato que la historia se repite, pero no voy a apelar a Vico o a Marx para explicar esa aburrida repetición. Me parece más fundada la idea del path dependence de los politólogos serios, (no de los figuretis que gustan tanto a la derecha), según la cual un hecho importante y decisivo de la historia de un país marca su camino y condiciona lo que viene después. Las instituciones, que encarnan trayectorias y punto de inflexión, son configuradas por la historia y los actores pueden elegir una alternativa entre diversos cursos de acción dentro de los marcos institucionales establecidos, pero no pueden elegir las circunstancias en las que ellos actúan.
La conquista y colonia han marcado la historia del Perú y los diversos esfuerzos por revertirlas han fracasado. El intento más serio fue el de Túpac Amaru en 1780, pero fue derrotado por los españoles con el alto costo de más de 100 mil muertos. La independencia del Perú fue una revolución ambigua, según el historiador inglés John Lynch. Los criollos querían la independencia sin abjurar de la colonia. Pablo Macera se ha preguntado cómo era el Perú al día siguiente de la independencia y se ha respondido: el mismo de antes. En los años 30 del siglo XX, Haya de la Torre y Mariátegui, cada uno dentro de sus propios cauces, pretendieron construir el Estado-nación, pero sus organizaciones y propuestas fueron cooptadas (Apra) o derrotadas (el PS y luego el PC) por la oligarquía.
Las reformas de Velasco y de los militares en los 70 fueron las que más lejos llegaron en el intento de revertir la conquista y la colonia, acabando con la oligarquía y el gamonalismo, pero los diversos errores del gobierno y de sus líderes y las adversas circunstancias nacionales e internacionales impidieron que el Estado-nación fuera impuesto desde arriba. Otro esfuerzo frustrado en los 80 fue la Izquierda Unida (IU). Muchos peruanos y peruanas esperábamos que Ollanta abriera el camino democrático de la gran transformación, impulsara un conjunto de reformas que acabaran con el capitalismo salvaje del neoliberalismo, instalara un capitalismo democrático en una primera etapa y avanzara luego hacia un desarrollo nacional inclusivo. Esperábamos que, a pesar de algunos recodos en el camino, se superaran las deficiencias de 1821, se construyera el Estado nacional republicano y se contribuyera a celebrar en grande el bicentenario de la independencia del Perú.
La captura de Ollanta acabó con estos sueños. Pienso que Ollanta se resistió a ser capturado en un primer momento e intentó organizar un gobierno legítimo y viable sobre la base del triunfo electoral de la segunda vuelta. Su voluntad política no fue, sin embargo, muy vigorosa ni su imaginación muy fecunda para movilizar y organizar el apoyo popular que lo sustentara, que le permitiera cambiar la relación política de fuerzas y que bloqueara la ofensiva de la derecha económica, política y mediática y los susurros de sus asesores brasileros. Pocos días antes de la toma de mando, cedió a las presiones y cantos de sirena e invitó a Velarde y Castilla a que, en representación de los grandes grupos económicos y financieros, siguieran con la captura del Estado.
Se organizó entonces el gobierno de concertación integrado por Ollanta y sus amigos, la derecha económica y la izquierda. Con la salida posterior de ésta del gobierno y con el consiguiente fortalecimiento de la derecha económica y del entorno militar, se crearon las condiciones políticas para pasar de la captura del Estado a la captura de Ollanta.
LA CAPTURA DE OLLANTA
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El Perú sigue siendo ancho y ajeno para los peruanos. Mudos y la prensa habla por ellos. Desorientados moralmente y Ciprini castiga a los pecadores.
Muy acertado…!!!
Ahora nos toca luchar por la independencia que libere al pueblo de la explotación y nos devuelva nuestros recursos para lograr el buen vivir, pero eso no se hace "colgándose" de un candidato improvisado sino organizándonos desde abajo en las luchas concretas que nos reunen para poder construir una verdadera alternativa popular.Creo que la Marcha por el AGUA puede ser un buen inicio para ir forjando enlas innumerables actividades que seguirán el verdadero movimiento que nos aglutine,forme conciencias y nos haga avanzar a la verdadera transformación.
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Y aunque nuestra historia y las situaciones son recurrentes en sensaciones, tengo la impresión que estoy viviendo un deja vú. El artículo ha traído a mi memoria, uno de los trabajos de Alberto Flores Galindo, en Tiempo de Plagas, recuerdo: "Los caballos de los conquistadores, otra vez". Que cercanos parecen ahora los ochenta, cuando la propuesta neoliberal se ofrecía como la panacea a los países latinoamericanos, Hernando de Soto nos mostraba El otro sendero, el fujimorismo estaba adportas de gobernarnos y como siempre, se recurría a la trillada propuesta de las exportaciones como medio de alcanzar el desarrollo (Perú país minero), mero productor de materias primas, sin dosis de industrialización, es decir, apuesta pura por el mercantilismo, nuestra herencia colonial. Casi 3 décadas después, vuelvo a releer a Alberto Flores Galindo, solo para empezar a recordar lo que seguirá en la telenovela que significa nuestro país.
Sera la captura del gobierno por parte de la derecha que apoyo al fujimorismo.
La historia se repite,pero ya estamos preparados,conocemos mas la realidad politica,economica,social y tiene que cambiar con nosotros,sino de que sirve la historia.
Ollanta Humala no solo ha traicionado a ese 31% que lo reslpaldó en la primera vuelta, sino que está consolidando las bases del continuismo neoliberal al estilo Fujimori. Intuyo que su formación militar será el peor de sus enemigos al momento de enfrentar la inminente movilización de las clases media y oprimidas.
El Perú fácilmente puede inscribirse en el conexto de una época donde los movimientos de reivindicación o de indignados ha puesto en jaque a más de un gobierno. Ver a personajes oscuros como el premier Valdés despachandose a su antojo en temas tan sensibles como las conclusiones a las que arribaron los integrantes de la CVR en torno al conflicto que vivió el país entre 1980 y 2000 son avisos de que se vienen tiempos peores.
En tanto intelectuales comprometidos del nivel de Carlos Tapia, Sinesio Lopez, Felix Jimenez, Manuel Dammert, Manuel Rodriguez Cuadros y Javier Diez Canseco den batalla y trabajen de la mano con los sectores más progresistas del país, la esperanza en la construcción de una patria justa, culta e industrializada siempre seguirá en pie.
Esta "captura" refleja una vez más el ESPIRITU SERVIL que la "independencia" no ha logrado superar aún, y en tal sentido; esas "coincidencias" históricas tiene que ver más, entre otros aspectos, con la aptitud FELIPILLEZCA(Pumacahua, Bermudez, Montesinos,…), que es parte de nuestra idiosincracia y que busca congraciarse con los ricos y poderosos de turno.
Me ha llegado este texto por casualidad, por esas cosas que tiene la esta aldea informática, y solo puedo leer entre líneas un resentimiento de alguien que se quedo sin empleo, por tener ideas caducas de los años 70.
Señor Lopez evolucione, han pasado mas 40 años de una dictadura culpable del atraso de mi país.
Muy Interesante, me pregunto? tendremos algún día un gobierno que Ame al Perú? que no se deje capturar y se imponga con propuestas tales como el de recuperar nuestros recursos Naturales, Reforma constitucional y que sean capaces de no claudicar ante opresores.