Sinesio López Jiménez
La crisis del presidencialismo parlamentarizado, la forma de gobierno del Perú, ha vuelto bajo una nueva forma. La anterior, instaurada en 2016, tuvo la forma clásica de gobierno dividido (en el que el Ejecutivo estaba en manos de un partido y el Congreso era controlada por otro) que no podía coexistir dentro del presidencialismo parlamentarizado debido a que el Congreso interfería al Ejecutivo apelando a formas propias del parlamentarismo (voto de confianza, censura, etc). Esa crisis se resolvió con la disolución del Congreso anterior y con la elección de uno nuevo.
La actual crisis es la de un gobierno fragmentado (en la que el Congreso está fragmentado en un conjunto de grupos políticos sin que haya un grupo oficialista y en el que el Ejecutivo está en manos de un caudillo sin partido de gobierno) dentro del presidencialismo parlamentarizado.
Consciente de esta situación de fragmentación parlamentaria, el gabinete anterior buscó y encontró una salida para evitar una crisis de la forma de gobierno: Cuatro grupos parlamentarios (AP, AAP, PODEMOS, FREPAP) firmaron un acuerdo de gobernabilidad. UPP y FA se excluyeron del acuerdo. Entonces, ¿qué pasó?. ¿Por qué otra vez la crisis de la forma de gobierno?. Lo que explica la actual crisis es un conjunto de movidas tanto de la parte del Ejecutivo como por el lado del Congreso.
Por el lado del Ejecutivo, el Presidente se desplazó del centro a la derecha nombrando a Cateriano como nuevo jefe de la PCM y este desplazó, a su vez, a la pandemia como eje de su propuesta de gobierno para privilegiar la reactivación económica y, dentro de esta, a la minería que genera ingresos fiscales fáciles y empleo indirecto, mayoritariamente informal. Sólo el 1 por ciento de la PEA formal trabaja en la minería. La derecha no puede con su vocación colonial: organizar una economía extrovertida dejando de lado la demanda (de empleo, de ingresos y bienes) de los peruanos.
Pretextando un supuesto ninguneo de la pandemia y aprovechando que en el último año ya no puede haber disolución del Congreso, sus grupos mafiosos chantajearon al Premier y rechazaron el voto de confianza alentando el voto en contra y la abstención. ¿Qué viene ahora? Ya tenemos crisis del régimen, crisis del Estado, recesión económica y ahora crisis de la forma de gobierno. Sólo falta el estallido de la sociedad. ¿Eso quiere la derecha?. ¿Eso quieren los mafiosos del Congreso?.
Hay que acabar con el presidencialismo parlamentarizado e instaurar el presidencialismo puro a la norteamericana. Eso debiera formar parte de la reforma política.