Sinesio López Jiménez
El Estado Neoliberal no viene del cielo ni es eterno, como parecen creerlo los neoliberales. Los estados y las formas que ellos asumen son construidos por actores que tienen un proyecto político y económico y organizan una correlación de fuerzas que los apoyan en ciertas condiciones estructurales y en un determinado timing.
Los estados son más o menos duraderos, pero sus formas son más cambiantes. El Perú del siglo XIX no tuvo estado (real) porque el intento liberal de construirlo entre 1845-1880 fracasó. En el siglo XX y en lo que del siglo XXI hemos tenido tres formas de Estado: El Estado Oligárquico, el Estado Velasquista (nacional-popular) y el Estado Neoliberal.
El Estado Oligárquico fue construido por élites políticas (la alianza pierolista-civilista) comerciales, terratenientes (modernizantes y gamonales) que, además de construir el estado, se propusieron impulsar la modernización de la agricultura en la costa, de las minas y del petróleo (bajo la batuta del capital extranjero), manteniendo el gamonalismo y la servidumbre.
Las fuerzas nacional populares del 30 (Apra) y de los 50 y 60 (AP,DC,SP) fracasaron en el intento de construir el Estado nacional-popular autónomo y de promover una modernización urbano-industrial y de crecimiento del mercado interno dentro de una integración continental, eliminando al gamonalismo y a la servidumbre. Las FFAA (bajo la dirección de Velasco y de una dictadura militar anti-oligárquica) concretaron los sueños de las fracasadas fuerzas políticas nacional-populares. El Estado nacional popular fue legitimado por la constitución de 1979.
El Estado neoliberal fue construido por las FFAA (que se habían transformado de velasquistas en conservadoras debido al terrorismo de SL y del MRTA y a la hiperinflación producida por el populismo desbocado de García en 1989-1990) en alianza con el fujimorismo y los tecnócratas neoliberales vinculados a los organismos internacionales. Su propuesta económica fue la reprimerización de la economía peruana. El Estado Neoliberal se legitimó con la constitución de 1993 y el boom exportador (1904-1914).
Todas las formas de estado se desgastan y se destruyen. El Estado neoliberal, por ejemplo, ha sido desgastado por la resistencia de fuerzas antineoliberales y por la corrupción sistemática de los gobernantes y de las elites empresariales y ha sido destruido por un modesto, pero agresivo virus: el COVID-19.