Sinesio López Jiménez
A diferencia de la independencia norteamericana, la nuestra no fue conquistada por el republicanismo clásico sino por los criollos que eran partidarios del republicanismo liberal.
¿Cuál es la diferencia?. El republicanismo clásico se organiza a partir de una comunidad de ciudadanos que eligen un gobierno representativo y defienden el bien común. Hace compatibles los intereses individuales con el bien común, pero los sacrifica cuando no lo son. Es el republicanismo heroico de Máximus (Russell Crowe) en la película El gladiador y de Jefferson, quien llegó millonario al gobierno, pero salió quebrado. El republicanismo liberal, en cambio, hace coexistir la comunidad de ciudadanos con los intereses individuales y de grupo a través de un gobierno representativo, de formas parlamentarias de representación y de la justicia cuyo objetivo central es impedir que el egoísmo devore el bien común de los ciudadanos.
¿ Y cuál es su origen? El republicanismo clásico proviene de Grecia, de Roma republicana y de las diversas oleadas republicanas (pre-humanista, humanista, escolástica y renacentista) de algunas ciudades italianas. Maquiavelo es el gran teórico de la república en el Renacimiento que no solo enfrentó a la teocracia sino también al proto-liberalismo del capitalismo comercial. La revolución norteamericana de 1776 es la última revolución del republicanismo (John Pocock dixit) que dio origen, no a trece democracias, sino a trece repúblicas confederadas.
El republicanismo liberal, en cambio, proviene teóricamente del pluralismo de Montesquieu, para quien, a diferencia de Maquiavelo, el republicanismo puede coexistir con el liberalismo, e históricamente nace en EU con la reforma constitucional de 1787 (defendida por los federalistas Madison, Hamilton, Jay) cuyas preocupaciones centrales eran la defensa de la tradición republicana (haciéndola compatible con el liberalismo y con la democracia), el fortalecimiento de la unidad y el progreso de EU. Esa reforma creó “un ejecutivo vigoroso y fuerte” (el presidencialismo), hizo coexistir la representación liberal y la republicana, fortaleció la unidad y le dio gobernabilidad a la gran nación norteamericana.
Nuestros republicanos liberales se inspiraron en el republicanismo liberal norteamericano pero tuvieron resultados muy diferentes. Triunfaron en la política imponiendo una forma republicana liberal, pero fracasaron en el cambio de la estructura social colonial. El resultado fue un contradictorio régimen híbrido de carácter feudal-republicano-liberal que pretendía identificar a los siervos con los ciudadanos, haciéndolos votar, con frecuencia, por sus propios gamonales.
Nuestro republicanismo liberal ha ido evolucionando. La primera hornada (Sánchez Carrión, Luna Pizarro, Francisco Javier Mariátegui, Pérez Tudela, etc) fue republicana liberal. La segunda (Elías, los hermanos Gálvez, Pardo) fueron más liberales que republicanos. El naciente Estado Oligárquico fue defendido por liberales aristocráticos (Francisco García Calderón, el joven José de la Riva Agüero, Manuel Vicente Villarán, etc). Los neoliberales actuales son la negación de la República. Para ellos el bien común y los intereses generales no existen. Los han convertido en negocios privados.