Sinesio López Jiménez
El escenario electoral que se avecina es poco o nada prometedor para el porvenir del Perú. Rafael Roncagliolo y Martín Tanaka son optimistas y generosos cuando afirman que en el Perú de hoy existen partidos sin candidatos y candidatos sin partido. Estoy de acuerdo con la segunda parte de su afirmación (hay candidatos sin partido), pero no con la primera (hay partidos sin candidatos). Los llamados partidos que hoy tenemos son excrecencias morbosas de la colectividad nacional que debieran desaparecer para dar origen a nuevos partidos representativos. Las reglas obsoletas y rutinarias del sistema electoral, que los mismos muertos vivientes se obstinan en mantener, permiten esta barbaridad política. La situación se agrava porque los candidatos sin partido tienen ambiciones pero carecen de un programa.
Los candidatos que van a participar en las elecciones generales del 2021 parecen olvidar que su actuación se realizará en el año del bicentenario de la independencia del Perú. Cuando se analizan las principales coyunturas críticas del Perú republicano se repiten algunos temas de una agenda política no resuelta. He aquí algunos temas que son constantes en todas estas coyunturas críticas que debieran constituir la agenda política del bicentenario:
- La herencia colonial. Los criollos conquistaron la independencia con el apoyo externo sin abjurar de la colonia. El primer debate entre Monteagudo y Sánchez Carrión fue como mantenerla a través de la monarquía constitucional o como acabar con ella a través del republicanismo liberal. Se impuso en la política formal el republicanismo, pero se mantuvo la herencia colonial. Por eso el debate sigue abierto.
- Extroversión y/o introversión de la economía. ¿Para quién organizamos la economía?, ¿para el capital internacional, los rentistas y los ingresos fiscales fáciles para el Estado o para el empleo, los ingresos y los bienes de los peruanos? Este debate ha sido hasta ahora un dilema, pero podría no serlo.
- La fragmentación social y política de las élites. Esta fragmentación ha impedido organizar una hegemonía política, construir el Estado y forjar la nación.
- Los problemas de construcción de un “nosotros”. La expoliación y la exclusión del mundo andino y amazónico y el desconocimiento oficial de la pluriculturalidad del Perú han impedido la conformación de una comunidad nacional
- Los fracasos de la construcción de un Estado Nacional. Tenemos un estado atrofiado que no tiene capacidades para desempeñar bien las funciones que tiene y que no llega todos por igual en todo el territorio.
- La inestabilidad política permanente. Los pésimos diseños institucionales de la forma de gobierno y del régimen político y la atrofia del Estado generan una ingobernabilidad crónica y una constante inestabilidad política.
- La democratización social y política y la democracia. Hay que acabar con la discriminación, el racismo, la desigualdad y los privilegios para construir una sociedad más igualitaria y una democracia que respete los procedimientos, pero que vaya más allá de ellos para que sea capaz de resolver los problemas de la gente.