2019: VICTORIAS POLITICAS DESAPROVECHADAS

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Sinesio López Jiménez

Para el Perú, el 2019 ha sido un año turbulento con avances y retrocesos. Hemos tenido algunos avances en el campo político, estancamiento en la economía e inmovilismo en la estructura social. Los avances políticos pudieron ser mayores, pero fallaron los actores políticos institucionales.

En la lucha contra la corrupción y contra el obstruccionismo fujiaprista,  el país obtuvo grandes victorias (el triunfo en el referéndum, el voto de confianza para la reforma política y la disolución constitucional del Congreso), pero no logró consolidarlas dándoles una forma institucional duradera. Se perdió la batalla del adelanto de las elecciones generales (para que se vayan todos), por falta de visión y de capacidad política de Vizcarra.

Los grandes protagonistas de estos cambios políticos han sido el Presidente Vizcarra, un pequeño y excepcional grupo de fiscales y jueces, las izquierdas parlamentarias  y la calle o el poder en movimiento como la llama Sydney Tarrow. El actor central ha sido, sin duda, Vizcarra que rompió el yugo de sometimiento a KF para enfrentar la corrupción e impulsar la reforma política con audacia. Falló en algunos cálculos (para que se vayan todos), pero sobre todo ha fallado en administrar las victorias (que le hubieran permitido fortalecerse como actor político) y en transformarlas en resultados institucionales.

Las izquierdas han jugado un papel importante en el impulso y el desarrollo de los cambios políticos. Luego de algunos malentendidos en la caída de PPK, han actuado bien, en forma unitaria, con claridad estratégica (postulando los cambios necesarios del sistema político, del régimen y del Estado) y con energía en la coyuntura. La calle ha sido decisiva en las luchas contra la corrupción y por la reforma política. Serían impensables las victorias políticas sin la presencia vigorosa de la calle cuando fallan sus representantes elegidos y las instituciones a las que rechaza y quiere cambiar. En ese contexto, la beatería institucional de la derecha es una estupidez.

¿Se pudo avanzar más? Sí, si Vizcarra hubiera ido más allá de la lucha anti-corrupción y de la reforma del sistema político para impulsar los cambios del régimen político y del Estado que es un desastre (adelantándose a lo que va a hacer Chile)  y si las izquierdas se hubieran coaligado superando su nefasta fragmentación. Los únicos cambios que quedan son la disolución constitucional del Congreso y la evaporación de la sobre-representada mayoría fuji-aprista. En todo lo demás reina la aburrida continuidad.

 

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