Sinesio López Jiménez
KF y Kenji triunfaron en las dos guerras políticas que libraron en el año y medio de gobierno de PPK. Kenji sacó a su padre de la cárcel derrotando a su hermana y KF sacó a PPK del gobierno derrotando a los ppkausas y a Kenji con la ayuda del mismo PPK, de las izquierdas parlamentarias, de Villanueva como coordinador y del operativo mafioso de Mamani. Estos triunfos fujimoristas han dejado muertos (PPK) y heridos (los dos hermanos Fujimori y algunos exministros de PPK). Esas guerritas han costado caro al país y a los peruanos. Hemos perdido quizás el quinquenio, la estabilidad política y la posibilidad de progresar.
Estas dos guerras políticas se desarrollaron en un gobierno dividido (en el que el Ejecutivo estaba en manos de PPK y el Congreso en manos de KF) y en una forma de gobierno híbrida (presidencialismo parlamentarizado) que, a lo largo de la historia peruana, casi siempre ha terminado haciendo estallar a los gobiernos divididos (golpes parlamentarios o vacancias, autogolpes del ejecutivo, golpes militares y renuncias). Esto no sucede en los presidencialismos puros en donde existe plena autonomía de los poderes.
La guerra política del gobierno dividido y la guerra fratricida de los Fujimori no sólo produjeron una crisis de gobierno sino también sacaron a luz la podredumbre del sistema político (sistema electoral, sistema de partidos y forma de gobierno) y las incapacidades del Estado para atender las demandas de la gente.
Vizcarra y el decano de la prensa afirman que la crisis política ha concluido. Son muy optimistas y exageran. El sistema político sigue podrido y el Estado sigue siendo un desastre. Su optimismo se puede reducir quizás al fin de la crisis de gobierno. Entonces hay que preguntarse: ¿Se acabó el gobierno dividido? ¿De qué forma se acabó el gobierno dividido?. Este puede desaparecer por acuerdo de las partes (cogobierno) o por imposición de una de ellas, en este caso, del Congreso sobre el Ejecutivo.
Estamos en un gobierno impuesto por FP y KF con sus disfraces y adornos y con la mantención de algunas formalidades constitucionales. No es un gobierno de concertación que supone la mantención del gobierno dividido en el que el Ejecutivo y el Congreso coordinan manteniendo su autonomía. Es un gobierno parlamentarizado con Vizcarra como presidente, sin ministros parlamentarios, salvo el jefe de la PCM, bajo la batuta de FP y de KF. Así ha concluido la guerra política entre KF y PPK.
¿Y cómo concluirá la guerra fratricida?. Una vez conseguidos los objetivos de ambos, es probable que todo concluya en una gran reconciliación de los hermanos para curar las heridas producidas por las guerras políticas. Eso supone olvido de agravios, encubrimientos y blindajes mutuos ante las autoridades judiciales. Kenji ya comenzó y vamos a ver la respuesta de KF.
Las cosas que no tienen una salida inmediata son la crisis del sistema político y la incapacidad del Estado. Los otorongos no tienen interés en resolverlas sino más bien en agravarlas. La solución de estas crisis espera un momento constituyente.