OTRO GOBIERNO

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Sinesio López Jiménez

Es aún el mismo Presidente de la República, pero es ya otro gobierno. El Perú ha vivido dos terremotos políticos en el lapso de 4 días. El primero, que amenazaba acabar con el gobierno democrático, sólo produjo una grieta profunda en el edificio fujimorista y grietas menores en las otras organizaciones políticas que operan en el Congreso. El segundo, de mayor impacto, ha reordenado todo el escenario político y está dando lugar a un nuevo gobierno.

El primer impacto de este segundo terremoto –el indulto- ha producido la reubicación política de los ppkausas. PPK ha abandonado el campo del antifujimorismo que le permitió ganar en la segunda vuelta electoral y que le ayudó a salvar el pellejo de la vacancia impulsada por el fuji-alanismo y por el Frente Amplio para terminar entregándose a los brazos del fujimorismo, traicionando a sus electores y a sus aliados anti-fujimoristas.

El segundo impacto tiene que ver con los cambios que se van a producir en el fujimorismo bajo la presencia gravitante de AF.  Una de las primeras movidas que hará es reconciliar a sus vástagos –KF y Kenyi- que disputan su herencia política patrimonial. Un probable desenlace es la reunificación de FP, moderando sus ambiciones para dar un poco de oxígeno al gobierno de PPK. Otro desenlace posible es la recomposición unitaria de FP manteniendo dos alas –una más exigente y otra más moderada- bajo su arbitraje. Es probable que el ala de Kenyi salga fortalecida con la presencia de 25 congresistas. Es difícil que se produzca una ruptura en el fujimorismo, salvo que AF pierda su capacidad de arbitraje.

El tercer impacto es la recomposición de las coaliciones sociales para dar origen a un nuevo gobierno. El fujimorismo sin alas o con las alas pasa a formar parte del gobierno. Aunque no es seguro, pero es probable que el alanismo los acompañe. El grupo parlamentario de Peruanos por el Kambio queda diezmado. Sus mejores cuadros han renunciado y van a seguir renunciando. PPK pierde el apoyo de los sectores democráticos, liberales y de izquierda para formar un gobierno integrado por las derechas y apoyado por todas las derechas. Ya han renunciado algunos ministros progresistas y van seguir renunciado probablemente otros, entre ellos Jorge Nieto, ministro de Defensa.

El cuarto impacto es la reorganización de fuerzas en el campo de la oposición abandonado por el fujimorismo. Las oposiciones estarán integradas por organizaciones y partidos de centro y de izquierda. Por ahora aparecen fragmentadas, pero la oposición al nuevo gobierno fuji-PPK-alanista puede unificarlas en torno a ciertas demandas concretas, como la lucha contra la corrupción, contra el indulto y contra impunidad. Si la economía sigue estancada es probable que el modelo neoliberal sea puesto en cuestión.

El quinto impacto de indudable importancia política es el despertar de la sociedad civil y el vigoroso movimiento de los jóvenes contra el indulto. Si se generaliza en todo el país y se masifica puede tener un fuerte impacto en la política y en el gobierno obligándolo a retroceder en medidas como el indulto y el encubrimiento de la corrupción por el nuevo gobierno.

 

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