Sinesio López Jiménez
Desde su fundación en la Colonia, San Marcos ha acompañado la agitada historia del Perú, unas veces como protagonista y otras, las más recientes, como víctima de las crisis que han agobiado al país. En la Reforma Universitaria de los años 20 desempeñó un papel central en la apertura a la ciencia y en la democratización de la enseñanza y la cultura. En la década del 60, San Marcos dejó de ser elitista y mesocrática para convertirse en universidad popular y de masas. En esa década se produjo en su seno un encuentro social de las élites, que aún se educaban allí, con los estudiantes de clase media y con los primeros contingentes de extracción popular que llegaban a ella.
Cuando San Marcos se masificó, el Estado dejó de darle los recursos necesarios para atender esa demanda masiva y, con ello, se produjo la mediocrización académica y la pérdida de gobernabilidad democrática. Las élites abandonaron San Marcos, los viejos profesores de prestigio se jubilaron o se fueron a otras universidades, algunos jóvenes partieron a enseñar en universidades extranjeras y pocos muy valiosos resistieron heroicamente hasta que se cansaron. En los 70 y 80 la radicalización, la irracionalidad y el sectarismo político se adueñaron de San Marcos. El movimiento estudiantil desapareció. San Marcos quedó en manos de una minoría intensa (el senderismo) que imponía el terror y de operadores corruptos que ofrecían su respaldo al mejor postor.
Pese a sus errores (como la SUNEDU) que es necesario corregir, la nueva ley universitaria abre la posibilidad de cambios profundos tanto académicos como de gobernabilidad democrática de la universidad nacional. San Marcos cuenta ya con algunas facultades (Medicina y Veterinaria) que son centros de investigación de alta calidad y puede extender esas notables experiencias a todas las facultades convirtiéndose no sólo en la mejor universidad pública sino en la mejor universidad del país. Lo público no es sinónimo de mediocridad. En Brasil las mejores universidades son públicas. Ellas son, a su vez, las mejores universidades de AL.
Todos estos cambios requieren un gran conductor que sea a la vez un destacado profesor y un acusioso investigador y un líder con capacidad y experiencia de gestión pública. Esas virtudes posee, sin duda, el doctor Nicolás Lynch, candidato al rectorado de San Marcos. Nicolás Lynch es doctor en Sociología por la New School for Social Research de Nueva York, magister en Ciencias Sociales por la FLACSO-México y licenciado en Sociología por la Universidad Nacional Mayor de San Marcos.
Es profesor principal de la Facultad de CCSS de la UNMSM y ha sido profesor e investigador invitado por diversas universidades extranjeras. Ha publicado 17 libros y numerosos artículos de su especialidad. También ha sido Decano del Colegio de Sociólogos del Perú, Coordinador del Doctorado y Director de la Unidad de Posgrado de Ciencias Sociales de la UNMSM. Como intelectual público, ha sido Ministro de Educación y embajador del Perú en la República Argentina. Invito a mis colegas y a los estudiantes a votar él. No nos defraudará.