Archivo por meses: noviembre 2013

LOS BELLACOS

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                                   Sinesio López Jiménez

Bedoya dice lo que piensa en forma clara y directa. Sin remilgos ni alambicamientos. Ha llamado a los promotores de la revocatoria de Susana Villarán bellacos que no tuvieron éxito en sus propósitos, pero que nos impusieron unas elecciones a las que hemos acudido arrastrando los pies. Y lo que es peor: los bellacos no se presentaron a competir. Para decirlo en castizo lenguaje criollo: Nos hicieron una pendejada. Ha pedido, además, una sanción para ellos. Debieran pagar los más de 200 millones de soles que  han costado los dos procesos electorales perjudiciales para la ciudad de Lima. Eso no va a pasar, pero es probable que los bellacos paguen la sanción que demanda el viejo líder del PPC en las elecciones del 2014.

¿Qué buscaban los promotores de la revocatoria jalados de la nariz por la DBA?. Varias cosas a la vez. Primera, mostrar que la gestión de Susana era un fracaso. No había cumplido ni medio año, tiempo en el que generalmente los gestores estatales calientan el asiento, y ya la DBA y la mafia hablaban de mal desempeño o fracaso. Segunda, tratar de convencer a la opinión pública que la izquierda no sirve para gobernar ni siquiera una ciudad como Lima, menos al país. Tercera, desaparecer a la izquierda del escenario político. Para la DBA, el Perú será un paraíso cuando ya no exista la izquierda, esto es, cuando los de abajo acepten pasivamente la opresión de los de arriba. La DBA es facistoide.  Cuarta, hacer sentir culpables a los electores que eligieron a Susana y a la izquierda. Escarmentarlos.

¿Han logrado los objetivos buscados? Sólo parcialmente. En las elecciones revocatorias la DBA y las mafias no lograron convencer a toda la derecha (el PPC se resistió) ni al centro para que las acompañaran en su aventura, tampoco pudieron desbarrancar a Susana, pero le arrebataron sus mejores cuadros. En estas últimas elecciones, su triunfo es también parcial. La izquierda ha perdido, pero ha obtenido mejores resultados de los que muchos (analistas, izquierdistas y derechistas) esperaban. La izquierda existe y seguirá existiendo mientras existan la derecha y las injusticias contra las cuales está llamada a luchar. Su crecimiento dependerá de su inteligencia política y de su capacidad estratégica para responder creativamente a los desafíos del Perú globalizado.

La derecha democrática, el PPC, y el centro derecha, Somos Perú, han triunfado sin duda. Para mí la sorpresa es Somos Perú. Alberto Andrade gana o casi gana batallas después de muerto. Los votos obtenidos constituyen un homenaje de los limeños a uno de sus mejores acaldes. Sumados los votos de los otros grupos políticos suman una posición de centro nada desdeñable, políticamente relevante. ¿Qué viene ahora en la MLM? Hay varios escenarios posibles. Por lo que se lee en la prensa cuasi-monopólica, comenzando por el papelote del  decano, la derecha reaccionaria está empujando al PPC a que haga la tarea sucia que ella no puede hacer: convertir al municipio de LM en una olla de grillos al costo de producir la ingobernabilidad democrática y de sumergirla en el caos.

El mejor escenario es, desde luego, el gobierno de Susana Villarán dentro de un plan concertado con la participación de todas las fuerzas que en ella operan para dar a los limeños la gobernabilidad democrática que esperan. Suerte y prudencia aristotélica para todos. Las necesitan.

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AUDACIA ES EL JUEGO

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Sinesio López Jiménez

Dejando de lado el tema de la Haya, la política interna de este año ha girado en torno a cinco problemas centrales: el desaceleramiento de la economía y la amenaza de la crisis, la gestión y eficacia de las políticas sociales, el indulto de Fujimori, la corrupción de los ex -presidentes y sus entornos y la inseguridad de los ciudadanos.  Los actores centrales  que se han confrontado en torno a estos temas han sido Humala, García, el fujimorismo (incluido Montesinos) y el toledismo. Cada uno tiene su propia estrategia que se va redefiniendo en el proceso de la lucha política. Humala quiere que su gobierno tenga éxito  para continuar en el poder a través de Nadine (sueño que ya se evaporó) o para volver el 2021. La estrategia de García y Toledo es volver al gobierno en el 2016, pero están viendo que las acusaciones de corrupción desvanecen sus acariciadas aspiraciones. Fujimori también quiere  volver el 2016. Por eso buscaba el indulto y, cuando éste falla, dramatiza para obtener la prisión domiciliaria.

Cada actor tiene sus propios recursos de poder. Humala tiene aparentemente más recursos que todos porque controla el gobierno y el estado, pero estos son estructuras  débiles.  Las FFAA. llevan más de 20 años en el VRAE y no logran derrotar a la alianza narcoterrorista. Humala y las fuerzas policiales son desbordados por el crimen organizado. Además, Ollanta mismo se disparó a los pies “regalando” el manejo de la economía a Castilla y su equipo que, en la práctica, gobiernan. Humala no tiene partido que lo respalde, ha perdido influencia en la opinión pública y su equipo político es inexperto, poco afiatado, carente de liderazgo y no sabe qué hacer ante el ataque despiadado de las derechas.

García es el viejo lobo de la política peruana. Tiene una larga experiencia política y de gobierno, desastroso el primero y “exitoso” el segundo. Ha perdido el carisma, pero mantiene sus habilidades políticas y siguen siendo ágiles sus reflejos políticos para responder a  las situaciones adversas. Su partido se ha debilitado mucho, pero conserva la lealtad de  viejos  cuadros partidarios, hábiles, algunos; corruptos, otros.  La gente lo ve a él y a Fujimori como los políticos más corruptos, pero los medios de derecha lo siguen apapachando. Influye, además, en los aparatos de control y de fiscalización del Estado (PJ, Fiscalías, TC, Contraloría, etc).

Fujimori está preso, pero cuenta con muchos recursos de poder, además de las dramatizaciones en la que es experto.  El más importante es el fujimorismo como partido y como segunda fuerza parlamentaria que es, además, muy disciplinada. Le disputa al Apra, por un lado, la influencia en los organismos de control y en algunos casos la comparten (Contraloría por ejemplo) y, por otro, el respaldo de los medios de derecha que lo entrevistan como si fuera la cosa más normal del mundo. Ante el fracaso del indulto, desplegó una política más agresiva, exigió la prisión domiciliaria, desplazó a Keiko, relanzó a viejos cuadros (Martha Chávez), declaró a los medios y volvió a las andadas con el montesinismo que mantiene, por lo visto en estos días, vigentes y operativas sus redes en las FF.AA., en la Policía Nacional y en el gobierno.

Las ambiciones inmobiliarias de Toledo, las acusaciones de corrupción, sus contradicciones flagrantes han liquidado su capital político. Su actual recurso de poder es darle mayoría y sostener al gobierno. No es poca cosa. La ofensiva de García y de Fujimori ha generado la crisis política actual para obligar a Humala a anular la Megacomisión que investiga al primero y conceder la prisión domiciliaria al segundo. Audacia es el juego.

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¿… Y QUE HAY DE NUEVO?

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Sinesio López Jiménez

En el mundo globalizado las modas intelectuales son inevitables. Todos los que trabajan en el campo de las ideas conocen más o menos lo último (dicho a veces como quien cuenta un chisme) que se discute en las universidades más prestigiosas y más innovadoras del mundo. Gracias a la revolución de las comunicaciones la novedad se difunde rápidamente y se transforma en moda intelectual que, por definición, no dura mucho. Esas modas intelectuales hacen generalmente que las ideas se adelanten mucho a la realidad en la que ellas son discutidas.

Eso no está mal si las ideas de moda abren paso a una realidad nueva.  Cuando eso sucede, surge un debate intelectual (a veces muy ideologizado) sobre la conveniencia, la orientación, la calidad y el impacto de tales ideas. En ese momento comienza el tránsito de la historia de las ideas a la historia social. Lo novedoso es que este proceso se desarrolla ahora con una velocidad inusitada gracias a la comunicación virtual. Esto contrasta radicalmente con el pasado (antes de 1980) en el que todo parecía desarrollarse en cámara lenta. Todo tenía su tiempo relativamente largo: el surgimiento de las ideas nuevas, el debate intelectual, la conversión de lo intelectual en político, la transformación de la historia de las ideas políticas en historia social. Para entender mejor la diferencia pensemos en la distancia de más de un siglo que existe entre la ilustración y  la revolución francesa.

El problema de las modas intelectuales se produce cuando las ideas de moda tienen poco que ver con la realidad. Es lo que sucede, a mi juicio, con el concepto de calidad de la democracia. Este concepto surge en otros países luego de la transición y de la consolidación democrática. Ese no es caso peruano. En Perú hemos entrado a discutir la calidad de la democracia sin haber discutido la consolidación democrática  (más allá de la crítica del sentido teleológico del concepto) porque la discusión sobre la transición peculiar e incompleta (que Perú tuvo con la fuga de Fujimori y con el gobierno de Paniagua) “se comió” el tiempo del debate intelectual y político sobre la consolidación. Esta no ha tenido un tiempo intelectual de debate.

La discusión sobre la transición ha sido muy confusa y se ha prolongado más de lo necesario. Es un error sostener que la transición es inconclusa porque no culminó en la dación de una nueva constitución. Es incompleta, pero no inconclusa. La transición concluye con las elecciones generales en las que gana Toledo en el 2001. Las elecciones generales constituyen una nueva legitimidad y acaban con la situación de ilegitimidad del pasado. Todas las cosas pendientes son herencias autoritarias que la consolidación tiene que resolver.

La consolidación tiene que ver con la institucionalización y la rutinización de las reglas de juego (Schmitter) de la democracia tanto en el acceso al gobierno como en el manejo del Estado. Este es el tiempo del Estado de derecho o del dominio de la ley. Ella puede pasar por tres niveles: la consolidación básica que se reduce a la alternancia democrática en el gobierno y que sólo es democracia electoral; la institucional que,  además de la democracia electoral, desarrolla el sistema de partidos, el estado de derecho, la legitimidad del Congreso, el funcionamiento eficaz de las instituciones; y la amplia que implica, además de todo lo anterior,  el desarrollo de un sistema hegemónico en el sentido gramsciano. El Perú sigue estancado en la consolidación básica.

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EL CINISMO EN ACCION

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Sinesio López Jiménez

La coordinación de un grupo de trabajo sobre los derechos humanos en el Congreso por la defensora de los asesinos del grupo Colina ha suscitado diversas reacciones y ha sido leído desde diversos ángulos. La noticia  produjo agresivas protestas y también tímidas defensas en nombre de la tolerancia en las redes sociales. La prensa que se ubica en el centro-izquierda cuestionó la medida. La prensa cuasi-monopólica de derecha la defiende en nombre de la reconciliación (¡!) y contra el supuesto monopolio de defensa de los derechos humanos que postula la izquierda (¿?). Pese a las protestas, la Chávez ha sido ratificada con el voto de 6 fujimoristas y un aprista (Mulder).

El acontecimiento político tiene, sin duda, muchos sentidos desde los cuales puede ser leído. Algunos analistas ven que la designación de la Chávez embarra la imagen de distanciamiento de los crímenes y la corrupción del padre que pretende transmitir Keiko. El tema presenta muchas aristas de discusión. ¿La imagen de Keiko es sólo para tapar los crímenes de su padre?. ¿Es otro proyecto político?. ¿En qué consiste el nuevo proyecto?. ¿El fujimorismo está dividido?. Los votos compactos en la Comisión de Justicia del Congreso desmienten esa supuesta división.

La designación y la reconfirmación de la Chávez significan también que en el Congreso, el escenario en donde antaño se hicieron las más importantes denuncias de la violación de los derechos humanos,  ya no hay congresistas ni fuerzas políticas que los defiendan. Los derechos humanos no han sido ni son sólo una bandera de la izquierda sino también la reivindicación de un amplio espectro de fuerzas progresistas (e incluso de algunas fuerzas de derecha) que hoy están debilitadas o ausentes del Congreso. En este escenario oficial el péndulo de la política se ha desplazado desde el lado progresivo de la transición democrática del 2000 hacia el lado conservador y hasta reaccionario de hoy.

Pero hay un sentido peor en todo esto. El hecho que una defensora de criminales, sin haber cambiado un ápice su posición política y sin haberse autocriticado de nada, comande un equipo de trabajo de derechos humanos en el Congreso y el hecho de que los congresistas fujimoristas, defensores del ex-presidente más corrupto de la historia, pretendan dirigir la Comisión de Etica del Congreso, revelan que ellos (o sus sectores más recalcitrantes) tienen un proyecto perverso para envilecer la política y convertir al Congreso en un albañal. Pretenden borrar los linderos entre el bien y el mal y eliminar los criterios que permiten diferenciarlos. El cinismo en acción.

Es necesario preguntarse si lo que sucede en el Congreso es una resonancia de lo que pasa políticamente en el país. Me parece que el Congreso expresa una situación extrema y que la situación política en el país presenta más matices. Una rápida mirada a lo que pasa en los partidos, en los medios, en el campo de los intelectuales, en las encuestas de opinión permite percibir un debilitamiento de la izquierda y del progresismo y un cierto fortalecimiento de las derechas y sobretodo el crecimiento de un abultado centro que mira con interés a la derecha.  Las redes sociales y los débiles movimientos sociales, en cambio, son un espacio de libertad y de protesta que podrían enrumbarse hacia el progresismo y cuestionar el establisment neoliberal y autoritario.

 

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