EL TRIUNFO DEL CAOS Y LA CORRUPCION

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                                               Sinesio López Jiménez

La suerte está echada. Si nos atenemos a las últimas encuestas, el SI gana y decapita al municipio de Lima y los votos nulos y blancos triunfan sobre el SI y el NO en todo el cuerpo de regidores y lo expulsa para instalar la nada política. Para efectos prácticos, el caos triunfa sobre un cierto orden y cualquier cosa puede pasar en Lima en los próximos dos años. Detrás del caos viene la voracidad de los corruptos y mafiosos de siempre. En las filas del SI, como en las filas del NO, hay que distinguir los promotores o dirigentes, los operadores y los electores.

Los dirigentes políticos del SI, aunque han mantenido un perfil bajo, son García y Castañeda cuyo CV político, de acuerdo a las acusaciones que todos conocen, se aproxima a un prontuario. Para ellos la revocatoria es una forma de recuperar el poder perdido para volver a las andadas que todos los limeños (y peruanos) conocen. Los operadores, muchos de ellos de buena fe, buscan la chambita perdida en el Estado (el municipio en este caso). Otros, como Marco Tulio Gutiérrez, por propia confesión, han hecho de la revocatoria un lucrativo negocio personal. Estos (como MTG) han perdido todo sentido de dignidad y no tienen ningún problema en mostrarse como son: zafios, vulgares, mentirosos. Hay mucho de farsa desenfada en ellos.

Los electores del SI provienen en su mayoría de los sectores populares y pobres (D y E). Esta opción política de los pobres constituye una gran requisitoria contra el gobierno municipal que se autoproclama de izquierda. Ellos constituyen una franja social que, independientemente de la orientación ideológica y política de los que triunfan en las elecciones, siempre han perdido en el proceso político. Susana y sus regidores estaban (y están) llamados a devolverles la esperanza (largamente frustrada) a través de políticas sociales agresivas promovidas por el Municipio de Lima. Su obligación era (y es) mayor si se tiene en cuenta que  estos sectores fueron una fuerza central en su acceso al gobierno municipal.

Los electores populares y pobres tienen una bronca sorda y contenida contra Susana Villarán que los promotores acusados de corrupción y los operadores mafiosos están explotando y canalizando a su favor. Es obvio que los sectores populares y pobres no son mafiosos ni asaltantes del fisco. A lo máximo, su situación de pobreza y miseria los lleva a relativizar la ética y a desarrollar una cultura política permisiva con la corrupción: No importa que (el gobierno) robe con tal que haga obra. Algo de esta (obra) puede aliviar su situación muchas veces desesperada. Del lobo un pelo. Es probable que esta cultura éticamente permisiva sea el vínculo de los elementos que integran el SI.

¿Es posible revertir la posible derrota del NO a estas alturas de la historia? La campaña por el NO ha mostrado sus potencialidades y sus límites. Pasar de la relación 70%-30% a la relación 55%-45% es un logro significativo. Ahora le toca (siempre le tocó) a la política combatiendo a los promotores corruptos y a los operadores mafiosos e impulsando una política social agresiva a favor de los sectores populares y pobres con Susana y todos los líderes políticos que apoyan el NO a la cabeza. Con audacia, virtud y fortuna. La prudencia nada grande ha producido en la historia. 

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