Sinesio López Jiménez
El dato de ex-presidentes latinoamericanos que cobran miles de dólares por conferencias a las que son invitados; de ex -ministros de economía y finanzas que, terminada su función estatal, pasan a ser funcionarios de los organismos financieros internacionales y de ex- funcionarios estatales de menor rango, que se convierten en empleados de empresas a las que favorecieron desde el gobierno, revela una fluida relación entre el poder político y el poder económico en tiempos neoliberales, para decirlo en términos casi de encubrimiento.
Muchas de estas costosas conferencias no son promovidas por el mundo académico sino por organizaciones empresariales. Las universidades de prestigio no valoran tanto a este tipo de conferencias y de conferencistas, salvo excepciones. Fernando Henrique Cardoso, por ejemplo, es el intelectual público más brillante de América Latina y tenía ya un prestigio bien ganado en el ambiente académico mundial antes de ser presidente de Brasil. Hasta donde se sabe, a Cardoso los anfitriones de sus conferencias le pagan la misma tarifa que a Clinton. Este no es caso, desde luego, de la mayoría de los presidentes de América Latina.
¿Qué valoran los empresarios de las conferencias de los ex-presidentes latinoamericanos que invitan?. Hay que constatar que todos los invitados son los ex-presidentes que impulsaron o avalaron el modelo neoliberal cuyo elemental catecismo los empresarios pueden repetir de paporreta. Es probable, por consiguiente, que los que financian estas conferencias pagan no tanto las novedosas y creativas ideas y propuestas de los invitados sino los servicios que prestaron a los negocios cuando fueron presidentes. Para decirlo en términos benévolos, se trata de un intercambio de favores. Dicho francamente, esto es una forma corrupción.
¿El alto costo de las conferencias es lo único que cobran los ex –presidentes neoliberales por los servicios prestados al gran capital?. Me temo que no en muchos casos. Es probable que el pago de estas conferencias sea una forma de encubrimiento de la corrupción que es mayor y que se produce en grande en las concesiones, en las privatizaciones, en la política fiscal, en las licitaciones, etc. Estos son probablemente los caminos frecuentes a través de los cuales la plata llega sola en grandes cantidades, frente a las cuales el costo de las conferencias es una modesta propina.
El caso de García es muy peculiar. Además de las costosas conferencias internacionales a las que es invitado, García se cobija en una universidad-empresa que fue anteriormente una asociación civil sin fines de lucro. García nombra ministro a uno de los “dueños” de esa universidad y este nombra director de la Escuela de gobierno al ex –presidente. Un típico intercambio de favores político-económicos, disfrazado de relaciones académicas. La dupla García-Chang es un caso especial que bien merece una investigación a fondo. El monto del sueldo que recibe (que se acerca al escandaloso sueldo de los rectores de algunas universidades privadas) es una de las fuentes de ingresos que justifica sus actuales adquisiciones inmobiliarias.