Sinesio López Jiménez
Algunos analistas sospechan que, a causa de la movida situación actual, se están produciendo las condiciones para un autogolpe, como en los tiempos de Fujimori. ¿Un autogolpe para qué?. No es necesario porque ya se ha producido un golpe blanco. Los sectores sociales y políticos que perdieron las elecciones (y a quienes favorecería un autogolpe al estilo Fujimori) ya están gobernando. Un autogolpe sería una redundancia política. Ha sido un golpe blanco “gradual y persistente” para usar los términos gratos a la pareja presidencial.
Las derechas no han necesitado acudir a las FF.AA. Les bastó atarantar y asustar a Humala. El primer asalto al gobierno colocó a los representantes del capital en el MEF y el BCR. El segundo asalto catapultó a un simpatizante declarado del fujimorismo en la Presidencia del Consejo de Ministros y permitió consolidar los avances de la derecha económica. Asistimos, desde hace unos tres meses, al tercer asalto con la presión a fondo para copar los puestos más importantes del Estado (entre ellos las FF.AA. y el Congreso) y consolidar el dominio omnímodo de las derechas.
Lo nuevo ahora es el balbuceo de un discurso que justifica el golpe blanco. El argumento se desplaza desde la lectura novedosa de las elecciones que ellas perdieron hasta la defensa del gobierno de Humala pasando por las cuestiones programáticas y las políticas públicas. “La Gran Transformación no ganó las elecciones. Es la Hoja de Ruta la que debe estar guiando a los parlamentarios. Hay una falta de coherencia de quienes entraron y creen que pueden gobernar con la Gran Transformación por la puerta falsa. Los de la Gran Transformación, en el momento que se firmó la Hoja de Ruta, debían haber hecho dos cosas: o se plegaban o se escindían de la bancada” afirma el presidente de la Sociedad Nacional de Industrias (Caretas,N° 2235).
En aras de la verdad histórica, es necesario hacer varias precisiones a este “deslumbrante” razonamiento. Primero, las elecciones de la primera vuelta fueron ampliamente ganadas por la Gran Transformación con casi un tercio del electorado, lo que permitió a Gana Perú competir en la segunda vuelta. Humala no hubiera participado en la segunda ronda electoral sino no hubiera ganado en la primera. Segundo, los congresistas fueron elegidos con el programa de la Gran Transformación. Ellos tienen, por tanto, derecho legítimo a reivindicar ese programa. Tercero, la Hoja de Ruta no es diferente a la Gran Transformación, sino su adecuación concreta a las exigencias de la coyuntura de la segunda vuelta, en la que Gana Perú formó una coalición con el centro liberal y democrático (Toledo y Vargas Llosa).
Cuarto, el fujimorismo, por el que votaron probablemente el presidente de la SIN y todas las derechas, no formó parte de la coalición que levantó la Hoja de Ruta. No tiene sentido que reivindique ahora lo que entonces condenó hasta el delirio. Quinto, Félix Jiménez presidió tanto la comisión programática de la Gran Transformación como la de la Hoja de Ruta. En esta, además de los integrantes de la primera, participaron destacados profesionales e intelectuales democráticos y liberales que apoyaron a Humala en la segunda vuelta.
La nota cómica en toda esta historia la ponen los publicistas y columnistas de la derecha así como los medios de comunicación en los que trabajan. Los sicarios mediáticos de Humala de ayer son los turiferarios que hoy le echan incienso, lo elogian y lo defienden. Todos difunden el mismo libreto que hace sospechar que un gran director de orquesta mueve los hilos de esta operación legitimadora del asalto al gobierno por las derechas. Lo que es imposible legitimar es, sin embargo, la burla a la democracia, utilizando los recursos vedados de poder, para traicionar a la mayoría de los electores y gobernar habiendo perdido las elecciones. Estas no tienen sentido si los que pierden gobiernan y los que triunfan tienen que olvidarse de sus promesas electorales.
SICARIOS AYER Y TURIFERARIOS HOY
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Todos los problemas sociales ,economicos,reinvindicativos del Peru, estan desembalsados,si le da un trato con la fuerza, la estabilidad del gobierno estaria en riesgo,algunos buscarian el caos.
Profesor, usted sabe bien que la "democracia", como los "DD.HH" y otros conceptos, son idealismos utilizados por grupos de poder, mayoriamente, para esquilmar los bolsillos y recursos de las mayorías; basta ver lo que pasa en Libia, Afganistan y, recientemente, el reinado del FMI y BCE en Europa. Ni hablar del Perú, donde gobierna un pelele sin visión ni convicción.