Sinesio López Jiménez
La derecha tiene miedo y pretende que todos los ciudadanos lo compartan porque Ollanta puede ganar las elecciones. La democracia electoral la asusta y quiere, por eso, limitarla creando el pánico a través de los medios que controla. Estos vuelven al manido libreto del 2006: chavista, autoritario, estatista, vendido a Venezuela, le dicen a Ollanta. Pero como Chávez no se entromete y más bien ha negado toda intromisión y el mismo Ollanta ha tomado distancia del modelo chavista, mienten, fabulan, calumnian, hacen el ridículo. Uno de ellos es tratar de arrancar a Ollanta la calificación de dictador a Chávez. Los especialistas que han estudiado el tema (Max Cameron) no se atreven a tanto, pero aquí los diletantes de siempre ya tienen la condena.
¿Por qué no le piden también (al estilo García) la condena a Evo y a Correa como dictadores de tal manera que, cuando Ollanta o cualquier otro sea presidente, el Perú esté perfectamente aislado en AL cuando lo que se necesita es una correlación favorable frente a Chile?. ¡Hagan la tarea completa, geniecillos irresponsables!. Algunos de los que exigen una condena a la dictadura de Chávez le hicieron ojitos a Fujimori. A propósito: ¿Qué era el régimen de Fujimori?¿Una dictadura, una democracia o un régimen autoritario?. Aunque ya es histórica, esta pregunta sí es muy pertinente para no repetir los errores del pasado.
¿Qué busca la derecha levantando el miedo y desatando la guerra sucia?. Por lo menos, dos cosas. En primer lugar, asustar a los potenciales votantes de Ollanta. Se trata de bajarle la llanta, el motor y hasta el chasís al carro electoral de Ollanta que hasta ahora va a la cabeza del pelotón. En segundo lugar, redireccionar el voto de los electores de derecha hacia el candidato de su propio campo que pueda ganarle al candidato nacionalista. El problema es que, en este caso, todos se apuntan porque cada uno se siente capaz de ganarle a Ollanta, incluso el candidato cuya limitada capacidad política ha sido inmortalizada por Carlín: “¿Qué importa que llegue quinto si les gano a todos en la segunda vuelta?”.
¿Logrará la derecha los objetivos buscados?. Sólo parcialmente. Es muy probable que fracase en el primer objetivo, pero puede tener éxito en el segundo. Gracias a los wikileacks, los ciudadanos conocen las maniobras (que hoy se repiten) montadas por la derecha para impedir el triunfo de Ollanta en el 2006. El comandante va a salir ganando en este juego y debe agradecer a la derecha por sus torpezas. Es probable también que el miedo de la derecha termine favoreciendo a Toledo y perjudicando a los otros candidatos derechistas. El chacano es menos polarizante y más abierto a recibir las adhesiones de todos los miedosos. Para Toledo el miedo es una especie de torniquete para detener la hemorragia electoral que venía sufriendo y un trasvase de sangre (¿nueva?) de los otros candidatos derechistas.
PPK y Fujimori se niegan, sin embargo, a ser desplumados y desangrados electoralmente para tonificar al cholo y ponerlo nuevamente en forma. Hay que ir a votar sin miedo, ha sostenido PPK y Fujimori ha dicho en forma lapidaria: “Ni Toledo es salvador ni Ollanta es el demonio”. ¿Podrá la derecha disciplinar a sus líderes rebeldes después de haberles dado muchas alas para que puedan volar solos?. Lo veremos en la semana que falta..¿Por qué la derecha tiene tanto miedo a la democracia?. Hay una sola razón de peso: Teme perder sus privilegios. ¿Qué alegan para justificarlos?. Que Ollanta es estatismo y atraso y que ellos son la garantía del crecimiento. ¿Es eso cierto?. De ninguna manera. El crecimiento seguirá viento en popa con Ollanta si la demanda internacional continúa. Los presidentes de derecha y sus técnicos son sólo modestos ajustatuercas del piloto automático llamado mercado internacional.
Lo que cambiará es el efecto interno del crecimiento para transformarse en desarrollo. Eso se hace con la economía nacional de mercado, la elevación de la productividad y el impulso a la industrialización. Si Ollanta llegara a la presidencia y si Porter fuera peruano debiera convocarlo como ministro de Economía.
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Archivo por meses: marzo 2011
OLLANTA Y KUCZYNSKI
Sinesio López Jiménez
Las últimas encuestas sugieren algunos cambios fundamentales en la lógica y en la dinámica del escenario electoral. El primero es que el candidato que García y la ultraderecha creían haber liquidado goza de buena salud. Hoy ya no se discute si Ollanta pasará a la segunda vuelta. Eso es casi seguro, dada la velocidad de su crecimiento: 6 puntos (en 20 días) que lo colocan en el segundo lugar (DATUM). El problema actual es con cuál de los candidatos de la derecha va a pasar. El segundo es el crecimiento acelerado de PPK (5 puntos según DATUM) en Lima sobre todo y en algunas ciudades de la costa. El tercero es la caída de Toledo en más de 8 puntos, quien, sin embargo, sigue encabezando la lid electoral. El cuarto es la salida de Castañeda del juego grande: se va con el premio consuelo de ganador de todos en la segunda vuelta. El quinto es la polarización electoral creciente entre Ollanta y PPK que tensa la dinámica electoral hacia los polos (izquierda nacional abierta al mundo global y derecha empresarial transnacional) y debilita a la centro-derecha (Toledo) y al fujimorismo.
Si se echa un vistazo a todo el período electoral se puede distinguir tres momentos precisos en los que se produce un desplazamiento rápido de escenarios. El primero es el escenario de la ultraderecha y de García (enero-setiembre del 2010) en el que los favoritos eran Castañeda y Keiko Fujimori y los principales enemigos eran Toledo y Ollanta a los que se pretendía sacar del juego grande. El segundo es el escenario de la derecha (Octubre del 2010-Febrero del 2011) en el que Toledo entra a la cancha, coloca la agenda política y se pone a la cabeza de la disputa electoral. La ultraderecha y García se desesperan y apuestan a Castañeda como su candidato favorito para pasar a la segunda vuelta justamente cuando el ex-alcalde limeño acelera su deslizamiento por el tobogán electoral. El tercer momento es el de la polarización electoral (marzo al 10 de abril del 2011) en el que se confrontan Ollanta (la izquierda nacional abierta al mundo) y PPK (la derecha empresarial transnacional). La vacuidad política y la falta de credibilidad de la centro-derecha y de los candidatos de la ultraderecha han inducido a la polarización electoral. La centro-derecha (Toledo) se debilita y el fujimorismo sigue estancado, mientras la polarización se acelera y pasa por encima de ellos haciendo discurrir la dinámica electoral por los polos.
El grado de debilitamiento de la centro-derecha y del fujimorismo depende del nivel al que llegue la polarización nacional. A más polarización nacional entre Ollanta y PPK mayor debilitamiento del Toledo y de Fujimori. Los fujimoristas sostienen que ellos tienen un voto duro que les permite pasar a la segunda vuelta. ¿Voto duro? Este se presenta cuando los electores se encuadran en partidos institucionalizados o en organizaciones clientelares activas. El fujimorismo no es ni uno ni otro. Keiko Fujimori es sólo el amoroso recuerdo del clientelismo de su padre, al que quiere sacar de la prisión. Además de los rasgos ya señalados, la polarización política y electoral se caracteriza por otras dos cosas: los tiempos políticos y sociales adquieren una inusitada velocidad y “todo lo sólido se desvanece en el aire” (Marx dixit).
¿Podrá Toledo frenar su caída, retomar la iniciativa política y amainar la polarización electoral?. Esa es una tarea de titanes, difícil, pero no imposible, y requiere más tiempo cronológico y político del que dispone. Mi hipótesis es que la polarización se va a acelerar y la pugna central el 10 de abril será entre Ollanta y PPK. La polarización electoral está abriendo un amplio cauce a un conjunto de polarizaciones que estaban contenidas (social, política, económica, regional, cultural) y ella misma se potencia con esa apertura. El Perú real muestra sus rostros en el proceso electoral. Ha llegado la hora de decidir. Espero que la demografía se traduzca en democracia.
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EL ESTADO HEMIPLEJICO
Sinesio López Jiménez
Si PPK es outsider entonces las prostitutas son vírgenes. Eso es a todas luces un contrasentido. Más de un 30% de la gente cree, sin embargo, que PPK es políticamente virgen (outsider). ¿Puede ser outsider un hombre que ha estado al servicio de casi todos los gobiernos desde hace más de 30 años?. ¿Pueden alegar virginidad las mujeres de la vida alegre que han trabajado en los burdeles por más de tres décadas? La respuesta es obviamente negativa. Pero las dudas quedan toda vez que el mismo PPK se ha outoproclamado outsider. El tocamiento indebido que le hizo la modesta señora del Callao tiene quizás el sentido profundo de la búsqueda de una respuesta a ese contrasentido. Lo único cierto de todo esto es que PPK ha prostituido el sentido de la política y del discurso político (outsider, gran cambio, etc.).
¿Qué papeles ha jugado PPK en la política peruana del 80 en adelante?. Varios, entre ellos ministro de varias carteras, primer ministro, lobista y frustrado terrorista financiero. Durante el primer gobierno reformista de Belaúnde fue funcionario del BCR del que salió (huyendo del país) acusado de algunos delitos económicos en los inicios de la dictadura de Velasco. En el segundo gobierno conservador de Belaúnde fue ministro de Energía y Minas y en el gobierno de Toledo, ministro de Economía y Finanzas y Primer Ministro. ¿Quién lo nombró en los cargos de ministro y Primer Ministro?. Formalmente el presidente de la República, pero ¿por presión y a instancia de quienes?.
Para entender mejor las cosas es necesario tener en cuenta este dato fundamental: Desde 1990 hasta ahora, ningún ministro de Economía y Finanzas ha pertenecido al partido de gobierno que ganó las elecciones. Casi todos ellos provienen de las canteras de los organismos financieros internacionales, de las grandes corporaciones empresariales y de los bancos. ¿Por qué? Estos organismos quieren un operador de sus intereses en los espacios importantes de decisión política del Estado y presionan y chantajean por el nombramiento de sus gatos despenseros. Se forma entonces una vigorosa coalición política entre el Presidente la República y los poderes fácticos a través de sus operadores que ocupan esos espacios económicos. Ellos son los que gobiernan y deciden. El resto es chancay de a medio.
¿Cuáles son esos espacios estatales?. Los aparatos económicos del Estado: MEF, BCR, SBS, SUNAT, FONAFE, ministerios que manejan asuntos económicos, etc. En estos aparatos económicos los operadores con el jefe del Ejecutivo deciden las políticas económicas, los impuestos, las regalías, el canon, las exoneraciones tributarias, los convenios de estabilidad tributaria, las privatizaciones, las concesiones, los gastos sociales. En estos espacios se producen los grandes faenones, los de los tiburones, no los de los pirañitas. Estos se producen en los aparatos sociales del Estado y en otros espacios menores. Los presidentes y los operadores de los poderes fácticos han organizado un Estado Hemipléjico. Sus aparatos económicos funcionan más o menos bien, pero sus aparatos sociales (salud, educación, seguridad) son un desastre, reciben poco presupuesto y son ineficientes.
¿Para quienes funcionan bien los aparatos económicos del Estado?. ¿A quienes favorecen las decisiones y políticas que se toman en esos aparatos?. A las grandes corporaciones empresariales, a los bancos, a los ricos en general. Todos sabemos que en el neoliberalismo las políticas económicas son para los ricos y las políticas sociales, las migajas, para los pobres. En sus funciones públicas y fuera de ellas PPK ha sido siempre un lobista de las grandes corporaciones y, cuando los intereses de éstas corrían peligro (con las candidaturas de Ollanta en el 2006 y de Susana Villarán en el 2010), jugaba al terrorismo económico imaginando, diseñando y gestionando pánicos en los mercados financieros. Ahora dice muy suelto de huesos que puede resolver todos los males del Perú.¿ Por qué no lo hizo cuando tuvo un enorme poder en el Estado?.
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EL CORAZONCITO DE LOS MEDIOS
Sinesio López Jiménez
Los medios juegan su propio partido en la actual campaña electoral. Más allá de su aparente pluralismo, cada uno de ellos tiene su propio corazoncito. Eso es así aquí, en China y en Cochinchina. La neutralidad absoluta no existe en los medios, ni en sus directorios, ni en sus periodistas. Ellos, como todos los mortales, son movidos por intereses, ideologías, enemistades, simpatías y antipatías. Pero son al mismo tiempo profesionales de la información y, como tales, les interesa mantener una cierta credibilidad y mostrar una cierta dosis de pluralidad y de objetividad para no matar la gallina de los huevos de oro. Todo eso genera una difícil tensión que los cuerpos directivos tienden a manejar con prudencia y sabiduría.
¿Cómo se ubican los medios con respecto a los candidatos que cuentan en el actual escenario electoral?. La respuesta precisa es difícil porque el espectro mediático es amplio y diverso, pero puede echarse un rápido vistazo sobre los más importantes. Es más fácil detectar contra quien que a favor de quien están. Los diarios de la ultraderecha (Correo, Expreso, La Razón), por ejemplo, destilan en todas sus páginas odios y antipatías viscerales contra Toledo y Ollanta. Como todas las ultraderechas que se precian de tales, no cuidan las formas porque, por encima de todo, les interesa la eficacia en el asesinato moral de sus enemigos. En esa prensa campean los sicarios mediáticos, algunos por afición y otros a sueldo. Su tarea es más de destrucción que de construcción. Su lenguaje achorado, casi procaz, tiene sus fans en ciertos estratos sociales (de arriba y de abajo) que lo celebran. Su corazoncito (también lo tienen) late desesperadamente por Castañeda y Fujimori y, de vez en cuando, por PPK. En el polo opuesto, no existe una prensa de ultraizquierda que sirva de contrapeso.
Existe, en cambio, una prensa “militante” de cierto impacto que abre sus páginas a los otros candidatos para combatirlos sin cuartel, pero que trata profesionalmente otros temas. Es el caso de La Primera, abiertamente pro Ollanta, y de Diario 16, expresamente pro Toledo. Perú 21 es un caso especial. Milita rabiosamente contra Castañeda y contra Ollanta y apapacha en sus páginas a Keiko Fujimori y a PPK y trata a Toledo con cierta objetividad. ¿Veleidades y añoranzas del director?, ¿el libelo en el que el grupo El Comercio descarga sus antipatías y sus miedos?. Puede ser un mix de ambas cosas. El Comercio es el diario de los matices, de los claroscuros, al menos hasta ahora. Después, veremos. Presenta a todos los candidatos que políticamente cuentan, pero no puede disimular su rechazo a Ollanta y a Fujimori, su disgusto con Castañeda, su simpatía por Toledo y su entusiasmo por PPK. Como apunta Mirko Lauer, este aparece en todos los medios como si fuera puntero en las encuestas.
Frente a un diario de derechas como El Comercio se ubica La República que aparece como su contrapeso informativo desde el espacio de centro-izquierda. Fiel a los ideales democráticos y socialistas de su fundador, La República libra una batalla sin cuartel contra el fujimorismo, la corrupción, la injusticia y apuesta por el cambio democrático (de centro-derecha y de izquierda). Eso explica, a mi juicio, su rechazo a la candidatura de Keiko Fujimori, su oposición a Castañeda y a PPK y sus simpatías matizadas por Toledo y Ollanta. La pantalla boba y la radio requieren un análisis especial por su enorme influencia en la política y en los procesos electorales. Volveremos sobre ellos.
Más allá de las amistades y las enemistades políticas, de las simpatías y las antipatías, de las apuestas y los rechazos, sería deseable que los medios, especialmente la radio y la TV (tomada literalmente por la derecha y la ultraderecha), mantengan el pluralismo informativo sobre todos los candidatos que cuentan en esta campaña electoral. Sin pluralismo de los medios, no hay verdadera competitividad electoral y, por eso mismo, la legitimidad de la elección del Presidente y del Congreso estaría en cuestión.
LA ULTRADERECHA SE DESESPERA
Sinesio López Jiménez
Siguiendo las indicaciones de las encuestas, la ultraderecha y García han decidido apoyar a Castañeda y sacrificar a Fujimori para enfrentar la segunda vuelta con Toledo en mejores condiciones. Para ganar mañana, sin embargo, Castañeda tiene que triunfar ahora. En esto radica el problema que desespera a García y a la ultraderecha. ¿Podrá Castañeda enfrentar este enorme desafío?. ¿Logrará García, el gran estratega de la campaña del ex–alcalde de Lima, superar la racha de derrotas políticas que ha venido sufriendo en estos últimos tiempos?. Mi hipótesis es que Castañeda va a fracasar y que García nuevamente será derrotado. El capitán ha perdido la brújula y navega con viento en contra.
Lo nuevo de las últimas encuestas es el avance de Ollanta. En eso coinciden todas ellas, incluidas las encargadas y pagadas por la ultraderecha (que no puede ver a Ollanta ni en pintura). Las encuestas revelan también un estancamiento de Toledo (quien sigue ocupando el primer lugar con el 28%, aunque baja seis puntos en Lima), de Fujimori (en el segundo lugar con el 21%) y de Kuczynci (en el límite de la valla electoral) y el desmoronamiento de Castañeda (con el 17%, aunque CPI le da el 20.2%). La fuerza de Toledo es más rural (39%) que urbana (27%), pero es pareja en todas las regiones y en todas las clases sociales. Es un candidato pluriclasista, lo que lo hace aparecer como un candidato de todos los peruanos, a pesar de su programa de centro-derecha.
La fuerza de Fujimori es también homogénea en el ámbito urbano (21%) y rural (22%), en las regiones (con alrededor del 24%), salvo en la región sur que es su talón de Aquiles (15%), pero su voto duro está en los sectores populares y pobres. Castañeda es un candidato limeño (22%) y urbano (16%), pero tiene varios puntos débiles: el campo (11%) y todas las regiones (alrededor del 14%). Sus bases sociales son mesocráticas y populares urbanas. Su llegada a los pobres (16%) y muy pobres (9%) es poca y deleznable. La fuerza actual de Ollanta (a diferencia del 2006) es pareja en el ámbito urbano (15%) y rural (14%), pero es desigual en las regiones y en las clases sociales. Su bastión regional es el sur y sus bases sociales son las clases populares, pobres y muy pobres, con un tímido avance en las clases medias. Kuczynski es el candidato de los ricos que viven en Lima y en Eisha.
¿Podrá superar Ollanta a Castañeda y disputarle a Fujimori su pase a la segunda vuelta?. Mi hipótesis es que, ahora que escribo este pequeño comentario, Castañeda está sintiendo un viento ollantista que pasa de largo por su costado y Keiko va a sentir pronto un amenazante soplo en la nuca. Según las últimas encuestas, Ollanta ya lo pasó en varias regiones. Se está configurando ya el escenario de confrontación entre la derecha y la izquierda. ¿Qué van a hacer García y la ultraderecha cuando Castañeda no dé más y tire la toalla o sus potenciales electores lo abandonen?. Muchas cosas desesperadas, entre ellas volver a Fujimori, impulsarla con todas sus fuerzas, desplegar una dura contraofensiva contra Ollanta, volver a la guerra sucia del 2006 y, si no logran sostener a Fujimori para que pase a la segunda vuelta, respaldar a Toledo arrastrando los pies en la segunda vuelta.
¿Qué explica el ascenso lento pero sostenido de Ollanta?. Varias cosas. La primera, Ollanta está cosechando la reivindicación nacional frente al cipayismo, al entreguismo y a la guerra sucia de la derecha, la ultraderecha y los poderes fácticos para impedir su acceso al poder en el 2006. La segunda, Ollanta está ahora desplegando una campaña inteligente en los medios y en la calle que llega a la gente. Sus ofertas electorales comienzan a engarzarse con las demandas de los ciudadanos de las clases populares y medias. La tercera, Ollanta ha logrado combinar una cierta racionalidad con la ira de los ciudadanos. En el no tan cálido clima electoral, Ollanta es el que más pasiones despierta en los de abajo.