En esta segunda parte de la entrevista, tratamos sobre el problema de las élites y la crisis de los partidos.
Haciendo una reminiscencia de las tesis de Jorge Basadre, dialogamos sobre el problema de las élites en el Perú y la comparamos con la élite chilena. Al respecto López señala que con Velasco se destruyó la élite oligárquica, y luego no ha podido construirse una nueva élite que organice un sistema hegemónico nacional; que no tenemos una burguesía capaz de integrar a todas las clases sociales en un proyecto hegemónico político, social, cultural y moral, que apueste por la construcción del país en el largo plazo; a diferencia de Chile, en que sí existe un sistema hegemónico, que otorga la base para una estabilidad de largo plazo, en que las diversas fuerzas políticas desarrollen políticas de Estado y no sólo de gobierno. Ese es el gran vacío que hay en el Perú, y ello explica en gran medida la inestabilidad permanente que padecemos.
Según López, el problema de la ausencia de una élite política se expresa en que no tenemos partidos; salvo el APRA, que, por lo demás, está muy deteriorado. Sobre la crisis de los partidos ocurrida a fines de los 80, López considera que es una crisis no concluida, ya que falta que el APRA se hunda totalmente; luego de lo cual se debe refundar un nuevo sistema de partidos, con nuevas formas de organización y nuevos actores políticos; pero que ello será una tarea de mediano y largo plazo. Asimismo, descarta la posibilidad de que el Apra se consolide como un partido de la derecha, a pesar que García pretende ser el jefe de la derecha.
En esta segunda parte de la entrevista, tratamos sobre el problema de las élites y la crisis de los partidos.
Haciendo una reminiscencia de las tesis de Jorge Basadre, dialogamos sobre el problema de las élites en el Perú y la comparamos con la élite chilena. Al respecto López señala que con Velasco se destruyó la élite oligárquica, y luego no ha podido construirse una nueva élite que organice un sistema hegemónico nacional; que no tenemos una burguesía capaz de integrar a todas las clases sociales en un proyecto hegemónico político, social, cultural y moral, que apueste por la construcción del país en el largo plazo; a diferencia de Chile, en que sí existe un sistema hegemónico, que otorga la base para una estabilidad de largo plazo, en que las diversas fuerzas políticas desarrollen políticas de Estado y no sólo de gobierno. Ese es el gran vacío que hay en el Perú, y ello explica en gran medida la inestabilidad permanente que padecemos.
Según López, el problema de la ausencia de una élite política se expresa en que no tenemos partidos; salvo el APRA, que, por lo demás, está muy deteriorado. Sobre la crisis de los partidos ocurrida a fines de los 80, López considera que es una crisis no concluida, ya que falta que el APRA se hunda totalmente; luego de lo cual se debe refundar un nuevo sistema de partidos, con nuevas formas de organización y nuevos actores políticos; pero que ello será una tarea de mediano y largo plazo. Asimismo, descarta la posibilidad de que el Apra se consolide como un partido de la derecha, a pesar que García pretende ser el jefe de la derecha.