Sinesio López Jiménez
El poder tiene muchas fuentes y opera a través de diversos medios. La organización, el dinero, el conocimiento, el Estado, el gobierno, la lucha de grupos, de camarillas y de clases son las fuentes más importantes del poder. Las acusaciones de corrupción contra el gobierno y el partido de gobierno, las pugnas entre diversas corrientes en el Apra y la intervención de García como presidente del partido constituyen un pequeño laboratorio para analizar los fenómenos del poder. Las acusaciones de corrupción provienen principalmente de los medios y son desplegadas especialmente por aquellos que le están pasando la factura a García y al Apra por el escandaloso indulto a Crousillat y su intento de recuperar el canal 4. Esas acusaciones han reavivado los conflictos entre las diversas corrientes existentes en el Apra (los cuarentones, los partidarios de Jorge del Castillo y las bases de Mulder) que habían sido zanjados en el último congreso partidario gracias a una alianza entre los dos primeros grupos luego de forcejeos poco edificantes.
Las acusaciones de corrupción escandalosa ha cambiado la relación de fuerzas entre las corrientes dentro del Apra. Con el abandono de la secretaria general, Del Castillo ha perdido poder en el partido y ha enterrado probablemente sus aspiraciones a la presidencia de la república en el 2011. Mulder ha recuperado parcialmente el poder perdido y los cuarentones se han debilitado ostensiblemente. Lo que sorprende a los analistas y a la opinión pública es, sin embargo, el juego conchudo de García. Se coloca por encima de todo, deja caer a los secretarios generales, les da un ultimátum para que abandonen sus cargos y condena al infierno a sus militantes corruptos. Se presenta como impoluto, como si no supiera nada de nada cuando todos sabemos (y Del Castillo lo ha dicho) que él ordenó a sus ministros atender al señor Canaán. Más aún: El conoce posiblemente, como que ha sido dos veces presidente de la república, los manejos turbios que, con frecuencia (no siempre), se producen en las complejas negociaciones entre los gobiernos, el Estado y las corporaciones.
Pero lo que más sorprende es la audacia de García. Aprovechando la crisis y la confusión que reina en las filas apristas pretende saltar de presidente del partido a jefe del Apra, esto es, a dueño del partido en el sentido patrimonialista que tienen las jefaturas políticas en el Perú, según Julio Cotler. García quiere ser como Haya de la Torre. A muchos apristas esta pretensión les parece un exceso y no están dispuestos a ceder. En esas circunstancias entra a tallar otra fuente de poder: el secreto. Su poder radica en el ocultamiento de información cuya develación puede producir resultados explosivos. No es, sin embargo, el secreto de las logias que éstas utilizaban contra el Estado para tomar el poder desde adentro (mientras la Ilustración lo tomaba desde afuera). Se parece más bien al secreto de las mafias. Los secretos son disparos certeros o afilados estiletes que se utilizan en los momentos claves de definición del poder a favor de unas u otras.
Del Castillo, como escudero de García (Caretas dixit), sabe muchas cosas de él. García, a su vez, sabe muchas cosas de Del Castillo y otros políticos apristas y no apristas. Ha tenido en sus manos los petro-audios a través del general Hidalgo, según el ex-ministro Hernani. Sabe probablemente lo que tienen y lo que ya no tienen los USB y los discos duros de las PC de la chuponeadora BTR. Pero el que tiene el secreto mejor guardado en esta guerra librada en Alfonso Ugarte es Agustín Mantilla, el férreo soporte de los cuarentones. Mantilla sabe muchas cosas contantes y sonantes de García. Su secreto revelado puede tener los efectos catastróficos de un poderoso y certero misil dirigido al corazón mismo de Palacio de Gobierno. Mi hipótesis es, por eso, que Omar Quezada no va dejar la secretaría general del Apra. En todo caso, no la va a abandonar fácilmente.
CONFORME A LA DESCRIPCIÓN DEL MAESTRO S.LOPEZ EL ARTICULO RESULTARÍA UNA NOVELA BEST SELLER AL ESTILO DEL PADRINO, UNA SEMBLANZA DE LA MAFIA EN EL PERÚ QUE ESTA REPRESENTADA Y ENCABEZADA POR ALAN GARCIA Y EL PARTIDO APRISTA
Es muy cierto mi estimado maestro, el Jefe de Estado quiere tomar distancia con su partido para enmendar lo que hizo el APRA en el 1er. gobierno, ni la madurez ni el hecho de quedar bien para pasar a la historia, deja de salpicarle en la cara el agua sucia y mal oliente de los anegados baches donde algún aprista se zanjó.
Profesor, pero la inquietud y la preocupación ciudadana, la percibo, gira en torno a qué debería hacerse en nuestro país para combatir a la corrupción, en todas su variantes. Y sospecho que cada ciudadano asume que la solución, definitivamente, no pasa por un cambio de gobierno o de autoridades, como tampoco por un cambio de ideología que desvíe o enrumbe al país hacia otro norte.