Sinesio López Jiménez
El caso Crousillat puede ser visto (y ha sido visto) desde diversos ángulos. En este artículo propongo analizarlo como un intento de reordenamiento político de fuerzas en las alturas en donde se corta actualmente el jamón en el Perú. Existe, sin duda, un acuerdo básico entre García y los poderes fácticos sobre la necesidad de mantener el modelo económico neoliberal extremo, pero sospecho que en otros temas políticos igualmente relevantes (la corrupción, la democracia, las candidaturas) mantienen una actitud abierta y hasta discrepante. El tema que más los separa quizás es la forma de tratamiento al fujimorismo que combina el autoritarismo y la corrupción. Las discrepancias sobre este tema son notorias en el campo de los medios especialmente. Un sector importante de estos (el grupo de El Comercio, el de La República y otros medios menores) es abiertamente antifujimorista. Libraron en su momento incansables batallas contra el autoritarismo fujimorista y contra la corrupción, se fortalecieron en esas luchas y crecieron empresarialmente luego de la derrota del fujimorismo.
Otro sector de los medios fue y es complaciente con el fujimorismo. En el gobierno de García se han producido y se están produciendo reacomodos empresariales y periodísticos, especialmente en la TV, para darle más cabida al fujimorismo. No constituyen un grupo empresarial, pero existe entre ellos, sin embargo, una indudable coordinación política. Es evidente que se están preparando para librar con éxito las batallas electorales de este año y las del 2011. García, a diferencia de otros líderes del Apra como Jorge del Castillo, se ubica cómodamente en este campo. Los medios fujimoristas, a su vez, lo miman y apapachan. El indulto a Crousillat (de indudable factoría alanista) tiene claramente ese sentido político. García buscaba fortalecer este sector de los medios y debilitar al mismo tiempo el poder del sector antifujimorista.
Todos los medios son, sin embargo, muy complacientes con García y su gobierno. Este comportamiento mediático contrasta radicalmente con el que esos mismos medios tuvieron con el gobierno de Toledo al que trataron con ensañamiento y sin clemencia. Seguirá ese buen trato a García en lo que se refiere al modelo neoliberal extremo, pero en los temas políticos que tienen que ver con la democracia y la corrupción ha emergido el fujimorismo (que encarna el autoritarismo y la corrupción) como una especie de divortium aguarum en los medios. El caso Crousillat ha polarizado a los medios en dos campos, al parecer, irreductibles porque no sólo se pone en juego las ambiciones políticas sino también los intereses empresariales. La coalición de García con los poderes fácticos ha quedado agrietada y debilitada.
La anulación del indulto y la destitución del ministro de Justicia no curan las heridas de la coalición gobernante ni ocultan la indudable autoría de García. Lo que el caso Crousillat ha mostrado es el punche político y mediático del Grupo El Comercio. Es probable que eso estimule al sector fujimorista de los medios a una mayor articulación entre ellos para contrapesar el poder de los medios antifujimoristas. La polarización política de los medios en torno al fujimorismo y a la corrupción se expresará, sin duda, en las competencias electorales del 2010 y del 2011 reproduciendo el clima político, no del 2006, en donde el fujimorismo casi desapareció, sino el del 2001 en condiciones nuevas en donde los medios confrontados (y no las masas) son y serán los principales protagonistas.
¿Quién gana y quien pierde con esta polarización?. Es difícil saber ahora, pero me parece que uno de los grandes perdedores es, además de Crousillat obviamente, García quien ha perdido el favor y la confianza de los medios antifujimoristas.
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Archivo por meses: marzo 2010
EL GRAN COMPONEDOR
Sinesio López Jiménez
Una rápida mirada al probable escenario electoral del 2011 revela que García y los poderes fácticos tienen algunos problemas graves que hasta ahora no han podido resolver. En primer lugar, ellos no han logrado sacar de juego a Ollanta Humala pese a la prolongada e intensa campaña de demolición desplegada durante más de cuatro años. Esto significa que no han logrado reducir la competencia electoral del 2011 a una pichanguita de amigos del establishment. En segundo lugar, tampoco han podido eliminar la posibilidad de que Ollanta Humala pase a disputar la segunda vuelta. Esto les pone la piel de gallina, pese a que las encuestas urbanas señalan que cualquiera de los candidatos de derecha gana al nacionalista en la segunda vuelta. Eso (como las encuestadoras lo saben) no se define ahora y está por verse.
En tercer lugar, el campo de la derecha está ya sobrepoblado de candidatos más o menos viables (Castañeda, Keiko, Toledo, Lourdes). A ellos hay que añadir el probable candidato del Apra que, al parecer, será Jorge del Castillo. Esta competencia suicida indujo a García a hacer de gran componedor electoral de la derecha y, en ese rol, empujar a Lourdes y a Toledo fuera de la cancha electoral. Apoyando abiertamente a Castañeda, atrayendo a algunos cuadros del PPC, convenciendo a los poderes fácticos de que la pepecista no es una candidata ganadora y que “ya fue”, ha sacado prácticamente a Lourdes de la competencia presidencial. Con sus errores, Lourdes ha facilitado la tarea de García. Las encuestadoras, esa especie de impávidos cuentamuertos de las masacres políticas y morales de los poderes de turno, culminan la tarea sacándola de la candidatura presidencial y colocándola como candidata a la alcaldía de Lima.
Con Toledo la cosa es diferente. García no lo suelta desde que salió del gobierno. Acusaciones infundadas, amenazas de investigación parlamentaria, denuncias judiciales pendientes buscan disminuirlo y sacarlo del juego electoral, pero “el cholo sano y sagrado” es un hueso duro de roer: cuenta con el silencioso, pero no por eso menos sólido, respaldo de los empresarios, aunque no de los medios. En cuarto lugar, los candidatos que quedan son débiles y el triunfo de cualquiera de ellos no está garantizado. Del Castillo, como candidato de un gobierno y de un partido desgastados, se encamina decididamente a una derrota aplastante. Castañeda y Keiko no tienen pasta de candidatos de fuste. Carecen de una recia personalidad que requiere la política en estos lares. Están hechos de alfeñique y la duda los visita con frecuencia. Carecen también de la armadura intelectual, política y moral necesaria para ser buenos candidatos y mejores gobernantes. Sospecho que no tienen ideas claras, distintas y precisas sobre el Perú, sus problemas y sus soluciones.
En quinto lugar, García no está seguro si Castañeda es el mejor candidato para derrotar a Humala en la segunda vuelta y se inclina, por eso mismo, por Keiko Fujimori, quien disputa a Ollanta los votos de los mismos sectores sociales. Además, con Keiko se cura en salud de las acusaciones de corrupción que se le imputan. Favor con favor se paga. La pretensión de García de resolver este conjunto de problemas políticos irresueltos ayuda a explicar quizá el acecho constante a los medios en dificultades, especialmente a la TV (Panamerciana, Canal 4), la lenidad frente a la corrupción, el indulto a Crousillat y el apoyo bajo cuerda al indultado para que recupere el canal 4. García busca de ese modo neutralizar a los medios adversos, influir en ellos y someterlos para fortalecer su poder más allá del control del gobierno y ayudar a las corrientes políticas vinculadas al fujimontesinismo (Keiko, Kouri y tránsfugas del PPC) a que lo sucedan en el gobierno. Y cuando sale a luz todo el engranaje de su propio juego turbio, García dice que ha sido sorprendido cuando en realidad ha sido pillado in fraganti.
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EL INTERNET Y LA POLITICA
Sinesio López Jiménez
Poca atención han prestado los analistas políticos a los efectos revolucionarios que pueden producir las nuevas tecnologías de la información puestas masivamente en manos de la gente. Gracias a ellas todos o casi todos pueden acceder efectivamente a la libertad de expresión que en los medios tradicionales (radio, prensa, libros, TV) sólo estaba al alcance de muy pocos. En todo caso, pocos producían los sentidos y las orientaciones sobre el mundo, la vida y la política que todos consumían sin poder expresar sus acuerdos o sus discrepancias. La comunicación tradicional es unilateral y vertical mientras que de la comunicación inalámbrica (internet y celular) es interactiva y horizontal. En el ciberespacio ambas se encuentran, dialogan, se ponen de acuerdo y discrepan. Muchos utilizan el internet para expresar lo que les sale de los forros sin deseo de comunicarse con nadie. Castells (Comunicación y Poder) cita una investigación que muestra que el 52% de la gente escribe para sí misma en sus respectivos blogs en una especie de autismo electrónico.
El Internet no sólo es un espacio puro de libertad. Como la vida misma que reproduce en el nivel global, en él se desarrollan procesos complejos de dominación y de liberación, de opresión y de auto-expansión del yo, de compras y venta, de negociaciones y de conflictos. “Los dueños de las redes empresariales multimedia globales (…) son sin duda los que ostentan el poder de la sociedad red porque programan la red fundamental: la metarred de redes de comunicación, las redes que procesan los materiales ideacionales con los que sentimos, pensamos, vivimos, presentamos nuestras ideas y luchamos”. Los consumidores pueden elegir ciertamente dentro de productos predefinidos, pero “la autocomunicación de masas, que aumenta la capacidad de que nosotros, la audiencia, produzcamos nuestros propios mensajes, potencialmente desafía el control empresarial de las comunicaciones y puede cambiar las relaciones de poder en la esfera de la comunicación”
Los movimientos globales contra la globalización capitalista se han construido en las redes del Internet. En éstas y en las de los celulares se han librado y ganado en corto tiempo grandes batallas políticas que en los medios tradicionales ya se consideraban perdidas. Castells analiza, entre otros temas, dos casos (la elección de Rodríguez Zapatero en España y la de Obama) y atribuye su éxito a la extensión de la comunicación inalámbrica que genera movilizaciones políticas espontáneas y cambia las relaciones de fuerza política. En el caso de España, un joven universitario de Madrid, casualmente informado de la investigación policial que encontró como responsable al grupo terrorista de Al-Qaeda y no al ETA como sostenía Aznar y el gobierno para asegurar su triunfo electoral, difundió a un grupo de amigos el informe policial, estos lo retransmitieron hasta formar una red extensa que dio origen a grandes movimientos de protesta en diversas ciudades de España, elevó la participación electoral y desplazó a los jóvenes y a los profesionales hacia la opción socialista dándole la victoria.
A partir de la investigación de un economista norteamericano de la Universidad de Georgetown sobre el impacto del celular en las informaciones del mercado, Richard Web ha formulado (El Comercio) una hipótesis aguda sobre el comportamiento político de los campesinos peruanos. Web sostiene que, gracias al celular, los campesinos peruanos de la sierra han roto probablemente el triángulo sin base (de Julio Cotler) cuyo vértice (el poder local) impedía la comunicación entre ellos para mantener su dominación y han establecido las bases comunicacionales necesarias para la acción colectiva. Bagua y otros movimientos de protesta de los últimos años confirman la hipótesis de Web. Las elecciones del 2011 la reconfirmarán, sin duda.
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