Sinesio López Jiménez
En su mensaje por fiestas patrias, García desplegó una serie de tesis implícitas que es necesario explicitar y discutir. En esta columna sólo analizo aquellas que se refieren al gasto público:
1. En el Perú, el problema no es la falta de recursos fiscales, sino la incapacidad del estado para gastarlos. Ergo, no es necesario aumentar los impuestos a la renta sino mejorar la capacidad de gasto.
Comentario. La falta o abundancia de los recursos fiscales no se determina por la incapacidad del gasto por parte del estado sino por la capacidad tributaria (teniendo en cuenta la reinversión y la acumulación) de la economía privada medida en términos de la presión tributaria, por un lado, y por la cantidad de las carencias sociales de la población y por la calidad de las políticas publicas desplegadas para atenderlas, por otro. La presión tributaria en el Perú está por debajo de la media latinoamericana y muy debajo de las de Chile y Brasil (23%). Pero las necesidades sociales de la población son enormes. Y si se quiere una educación de calidad y una salud de calidad, la presión tributaria debiera estar por encima de la media de AL. Por eso, la incapacidad de gasto del estado no sólo es una cuestión de ineficacia. Es sobre todo una inmoralidad. La pobreza y la extrema pobreza destruyen la vida de más de la mitad de los peruanos. Los recursos fiscales no son suficientes, pero el estado, sin embargo, no tiene capacidad para gastarlos. La tesis de la incapacidad del gasto es una forma de proteger a los ricos pues ella encubre la necesidad de que el estado cuente con mayores recursos y, por ende, la necesidad de una reforma tributaria que obligue a los ricos a pagar mayores impuestos a la renta. Esta es una tesis perversa porque a través de ella se dice a los ciudadanos: No pidan más impuestos porque el estado no puede gastarlos.
2. La incapacidad de gasto del estado es producto de la ineficacia de la burocracia estatal en sus diversas instancias de gobierno: central, regional y local. Ergo, hay que evaluar y calificar a la burocracia, en el mediano y largo plazo, y crear una nueva instancia del gasto público: los núcleos ejecutores o la descentralización popular.
Comentario. La incapacidad de gasto no es sólo un problema burocrático y administrativo sino que es principalmente un problema político. En otras palabras, la incapacidad del gasto no nace sólo de la incapacidad de la burocracia para transformar las decisiones del Ejecutivo en resultados, sino que nace de las decisiones mismas del gobierno central, esto es, de la ineficacia decisoria de García. Las decisiones de gasto están muy concentradas en García y en el MEF no sólo en su contenido sino también en los procedimientos que la facilitan o la entraban. ¿Quiénes entonces están interesados en mantener los procedimientos que bloquean la capacidad de gasto estatal para mantener la tesis según la cual el problema del Perú no es la falta de recursos fiscales sino la incapacidad de gasto?. Además de García, obviamente, el ministro del capital (Economía y Finanzas) y los grandes empresarios. La solución del problema de la incapacidad de gasto radica, por consiguiente, en el cambio de los mecanismos que entraban el gasto fortaleciendo, como contraparte, todos los tipos de control: horizontal, vertical y social. La salida fácil de los núcleos ejecutores plagia la política neopopulista del FONCODES de Fujimori y reproduce su misma política perversa: Gobernar para los ricos con el apoyo de los pobres. No es la justicia, sino la formación de clientelas la motivación de la propuesta de los núcleos ejecutores.
3. La ineficacia de la burocracia central y de los gobiernos regionales y locales se debe a la falta de gerencia pública, por un lado, y a la debilidad de los gobiernos regionales debido a que ellos fueron elegidos con una baja votación, por otro. Ergo, hay que potenciar la gerencia pública y establecer la doble vuelta en la elección de los gobiernos regionales.
Comentario. Parcialmente de acuerdo. Es cierto que falta gerencia pública en el estado y hay que potenciarla de verdad, pero es falso que la baja votación obtenida en primera vuelta genere gobiernos regionales débiles e ineficaces por dos razones. En primer lugar, la elección limpia e institucionalizada, sea en primera o segunda vuelta, otorga sólo legitimidad para gobernar y nada más. No otorga fuerza ni eficacia para gobernar. Estas dependen de otros factores políticos, económicos e institucionales. En segundo lugar, los gobiernos regionales elegidos, incluso los que obtienen una baja votación, son premiados con una mayoría de consejeros, lo que ayuda a la gobernabilidad. La introducción de la segunda vuelta busca establecer un pluralismo extremo en las regiones en la primera vuelta, fragmentar más aún al electorado y, sobre todo, bloquear las alternativas de cambio en las regiones. Se trata de reproducir, en el nivel regional, lo que sucede en el nivel nacional. Otra política perversa para mantener el statu quo y los privilegios.