NUESTRO ZOON POLITICON

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Sinesio López Jiménez

Un gobierno tiene diversas maneras de enfrentar los cuestionamientos que provienen de los partidos de oposición, de los movimientos sociales, de la sociedad civil y de la opinión pública. Una de las maneras, la más fácil sin duda, es negándolos y seguir adelante hasta llegar al borde del abismo. Otra, la forma que podemos llamar democrática, es reconocer como legítimos tanto los cuestionamientos como los actores que los formulan, mirar hacia adentro del gobierno para detectar las fallas y corregirlas y abrir un diálogo con los cuestionadores para buscar salidas democráticas y empujar al país hacia delante. Una última forma, que podríamos llamar suicida, es sostener que sus políticas son adecuadas, correctas, incuestionables y que los cuestionamientos son inventos de gente malévola y perversa que quiere desestabilizar al gobierno y urde, como respuesta gubernamental, una serie de maniobras para destruir al adversario, al que, además, define como enemigo. Esta ha sido la respuesta del gobierno y, en particular, de García para salir del embrollo en que se han metido tanto él con sus políticas totalmente proempresariales, personalistas y autoritarias y algunos de sus ministros, ineficientes e incapaces, en cuyos ministerios, además, se han cometido actos innegables de corrupción frente a la cual se niegan a asumir la responsabilidad que les corresponde contando, por añadidura, con la protección y el blindaje del Presidente de la República. Para defender lo indefendible, García urde diversas maniobras cuyo objetivo es, además de sostener a sus ministros y políticas, destruir a sus adversarios. Tres han sido las principales maniobras que García y sus escuderos imaginaron para lanzarlas contra sus adversarios. La primera fue la satanización del encuentro, normal entre políticos civilizados, entre el ex_presidente Toledo y Ollanta Humana. Olvidando lo que todos los días hace el gobierno con los fujimoristas del Congreso, los escuderos de García presentaron el encuentro como un complot contra el gobierno y la gobernabilidad del país. Echando mano a las peores tradiciones y consecuencias políticas de la cultura de la confrontación, los líderes apristas definen a todos los competidos políticos como enemigos a los que hay destruir y condenan el diálogo entre las fuerzas políticas que operan en el país. ¿Y qué pasó con la enseñanza de Prialé, un líder histórico del APRA, quien levantó como escudo contra sus perseguidores de toda laya la célebre frase “conversar no es pactar”?. La segunda maniobra ha sido enlodar al ex_ Presidente Toledo para quitarle autoridad moral a él y a sus críticas al gobierno, apelando al albañal y a la escoria que segregan el lado negro de los seres humanos y las sociedades en proceso de descomposición. La maniobra es tan burda y tan mal urdida que, en lugar de destruir a un opositor, termina rebotando contra sus autores que provienen, sin duda, de las más altas esferas del gobierno con la anuencia servil de algunos medios. La tercera maniobra es, no duda cabe, negociar con el Fujimorismo el salvataje de los ministros cuestionados y la recomposición de la alianza magullada por la extradición, a cambio probablemente de concesiones diversas al extraditado Fujimori que pueden ir desde un mejoramiento de las condiciones de encarcelamiento hasta una salida favorable en las futuras sentencias que van a cocinar en las Salas de Apelación en donde la influencia del gobierno es innegable.

De todas estas maniobras, la que parece haber rendido los frutos esperados es la recomposición de la alianza con el Fujimorismo parlamentario cuya capacidad de chantaje y de organización de coaliciones salvadoras del gobierno es indudable. Alva Castro ha logrado conservar temporalmente su puesto en el Ministerio del Interior y los voraces fujimoristas se aprestan a cobrar los favores políticos al gobierno. Con sorpresa hemos escuchado a algunos importantes voceros del gobierno sostener que no se opondrían a que algunos parlamentarios fujimoristas se ciñan la franja ministerial. Hasta ahora se ha visto que algunos simpatizantes fujimoristas –los vicepresidentes de la República y algún ministro oportunista- integren la cúpula del gobierno, pero en adelante García y el APRA están dispuestos, al parecer, a entregar algunos puestos de mando del Estado a algunos dirigentes políticos fujimoristas. Si esto se concretara significaría que García cogobernaría con los representantes del gobierno más corrupto y más criminal de la historia sin taparse la nariz.

Las dos primeras maniobras, por burdas, insensatas y estúpidas, han sido totalmente contraproducentes para el gobierno y, si concretara el cogobierno García-Fujimori, estaríamos asistiendo al suicidio de García y su gobierno. Con todo lo que estamos viendo en el mundo perverso en que se mueven los políticos peruanos, la pregunta que se viene a la mente es la siguiente: ¿ Podrá sobrevivir la política peruana a los políticos que la habitan?. Aristóteles definió al hombre como zoon politicon. Si hubiera conocido a los hombres de la actual jungla política peruana se habría ahorrado el adjetivo. Con las notables excepciones del caso, por supuesto.

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