Durante los últimos años el uso de las tarjetas de crédito viene experimentando un fuerte crecimiento. De acuerdo a Asbanc, a fines de 2007, el monto utilizado de tarjetas de crédito creció un 35% (US$ 2 282 millones), el número de tarjetas fue de 5,25 millones y la tasa de morosidad de 3,22 %[1].
Sin embargo, la evolución acelerada de este sector presenta algunos problemas tanto de corto plazo como potenciales problemas a largo plazo. En el primer caso se tiene el aumento alarmante de casos de fraude, así como los “ofrecimientos agresivos” de nuevas tarjetas o líneas mayores de crédito, y en el segundo un incremento de los niveles de endeudamiento que, en un escenario económico adverso, afectaría la cadena la cadena de pagos[2].
Ante esta situación, la SBS vio por conveniente establecer un nuevo Reglamento de tarjetas de Crédito el cual entrará en vigencia en el mes de Agosto. Entre los puntos más importantes se encuentran: i) la implementación de sistemas de monitoreos de las transacciones de tal manera que disminuya el uso fraudulento de las tarjetas, ii) la autorización expresa del titular para ofrecer disponibilidad de dinero en efectivo al momento de usar sus tarjetas de crédito y iii) transparencia respecto a la tasa de interés y demás conceptos aplicables y mecanismos que permitan excesos por montos razonables (según capacidad de pago del deudor y perfil de consumo)[3]. Con estas medidas se busca que el crecimiento del sector financiero, específicamente de las tarjetas de crédito, que acompaña al crecimiento económico de los países sea lo más saludable posible, sin que los usuarios de tarjetas de crédito se vean perjudicados por las estafas y controlando una posible fuente de inestabilidad futura como lo es el sobreendeudamiento de las personas.
[1] De acuerdo al CIES, gran parte de este incremento se debe a las financieras (ahora bancos) y su relación con tiendas por departamento lo cual ha incrementado los préstamos de consumo personal http://cies.org.pe/files/ES/Bol62/04_RIVAS.pdf
[2] Si bien no se vislumbra un deterioro para la economía en el corto plazo, tampoco se puede descartar por completo un escenario negativo, especialmente cuando la economía mundial presenta un alto grado de integración.
[3] Nota de prensa de la SBS. 04 de febrero de 2008.
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