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11/12/11: La Huaca Capilla Márquez, un vestigio prehispánico en el Callao

La Huaca Capilla Márquez es un centro de observación prehispánico con miras al mar. Pertenece al periodo del Horizonte Medio (700-1200 d.C.) y en sus cercanías fueron erigidos campos feriales inter-valles, donde se concentraba el comercio de los productos marítimos con aquellos que provenían del interior del país para el intercambio o trueque.

La Huaca Capilla Márquez es una de las zonas arqueológicas que se encuentran en el Valle del río Chillón. Foto: Marco Gamarra Galindo.

El nombre de la Huaca proviene de la existencia de una capilla -de datación posterior, aparentemente republicana-, ubicada a unos metros. Esta zona arqueológica, localizada a espaldas de un grifo de la Av. Néstor Gambetta (Callao, Lima), no ha sido investigada a profundidad. Sin embargo, en este inmueble, se puede apreciar el uso de la técnica del “adobón” o “tapial”, con la que construyeron los antiguos pobladores del Valle del río Chillón grandes templos y murallas defensivas. Este sistema de construcción consiste en vaciar barro dentro de un molde para construir muros gruesos, resistentes y sobretodo estables.

Capilla Márquez. A sus espaldas se encuentra la zona arqueológica en mención. Foto: Marco Gamarra Galindo.

La base económica de los pobladores de esta parte del río Chillón fue la pesca, el cultivo de la calabaza, camote, chirimoya, frijol, maíz, maní, lúcuma, pacae, pallar, zapallo, y alimentos marinos como las conchas. Estas actividades estaban dentro de las prácticas de recolección, caza y pesca.

Evidencia material -un choclo- y ósea -un diente- de la presencia humana en la zona. Foto: Marco Gamarra Galindo.

Desde uno de los lados laterales de la Huaca Capilla Márquez se inicia un camino que circunda los cerros aledaños. En esta ruta se visualizan murallones y piedras erosionadas por el tiempo, plantas en terreno arenoso y entierros humanos alterados por huaqueros, además de herramientas líticas, telares y restos fecales propios de animales andinos como el cuy. Estos hallazgos -expuestos a flor de tierra y con todo el peligro que ello implica- deben ser recuperados por las autoridades de cultura. Leer más »

24/04/11: El renovado rostro de la huaca Mateo Salado

La huaca Mateo Salado está retomando la monumentalidad y vistosidad de la que alguna vez gozó. A través de una acertada planificación de restauración y de desocupación informal emprendida por el INC (ahora Ministerio de Cultura) desde el 2007, uno de los recintos prehispánicos más grandes de Lima –la huaca Mateo Salado- se perfila como punto de visita obligatorio para el estudio de la historia de la capital en épocas previas a la invasión española.

La Huaca Mateo Salado está rodeada de chacras y una casa hacienda. Estos terrenos pertenecen a los antiguos parceleros beneficiados de la reforma agraria de Velasco. Foto: Marco Gamarra Galindo

Pedro Espinoza, arqueólogo encargado de la puesta en valor de la huaca Mateo Salado –con excelentes resultados en la investigación, refinamiento y limpieza de la misma- es conciente de los retos que todavía debe afrontar este patrimonio nacional para su completa recuperación: la huaca necesita ser más conocida. Muchos limeños y turistas transitan diariamente por las avenidas Tingo María y Mariano Cornejo, en los alrededores de la Plaza de la Bandera (su ubicación es estratégica; está a minutos del Centro Histórico de Lima) y, sin embargo, ignoran la existencia de este complejo arquitectónico Ischma que data entre los 1100 – 1450 d.C. Por este motivo, Pedro y su equipo, en coordinación con el Ministerio, están empezando a invitar a ciudadanos interesados en conocer su ciudad: es el caso de la página Lima la Única, la cual dirige David Pino.

Comenzando el paseo. Foto: Lima la Única.

El encuentro con el grupo de “limeñófilos” que integran “Lima la Única” se realiza en la puerta del Colegio Chino. 9:30. Alrededor de veinte personas se preparan para hacer el ingreso a la huaca Mateo Salado. La historia de este recinto saldrá a relucir a través de la explicación y guía de Pedro Espinoza. Sus lentes negros y cabello largo evidencian esa peculiaridad que solo poseen los jóvenes cineastas y arqueólogos. Wilfredo Ardito, gran amigo, empieza a supervisar, apoyado por David, que ningún miembro del colectivo pueda desviarse de la ruta. Pedro nos sorprende más luego de relatarnos algunas anécdotas vividas durante sus excavaciones y estudios en la huaca; sobre objetos de religiosidad popular con que se topó.

Recorrer las cinco pirámides que constituyen el Complejo Arqueológico Mateo Salado permite observar cómo fueron conformados los asentimientos de las culturas prehispánicas en la costa de Lima. Mateo Salado, cuyo orden fue de tipo ceremonial y administrativo, estuvo conectado mediante un estrecho camino amurallado con Maranga, actualmente ubicado dentro del terreno del Parque de las Leyendas. Su elevada altura y extensa área evidencia su carácter soberano en el valle.

Se espera que la Huaca Mateo Salado esté abierta al público desde mayo del 2011.

Los avances y descubrimientos científicos más recientes son, de igual modo, interesantes: uno de los ramales de la red vial del Qhapaq Ñan (Gran camino) costeño ingresa directamente a Mateo Salado, cruza el complejo y luego se prolonga hacia el grupo arqueológico Maranga. Se conoce, además, por los trabajos arqueológicos en la zona que al menos dos pirámides del complejo han sido víctimas de un sistemático proceso de huaqueo colonial (evidencia de ello son las bolsas de cuero encontradas dentro de los tajos).

La huaca Mateo Salado es conocida, además, con el nombre de “Ruinas de Azcona” o “Cinco Cerritos” –por las cinco pirámides escalonadas que alberga-, pero ¿a qué se debe que también se la denomine con el nombre del luterano francés –Mateo Salado-, a quien la inquisición arrojó a la hoguera (el primero, por cierto)? Se dice que este personaje arribó al Perú desde España, donde tenía contacto con luteranos sevillanos, en busca de nuevos horizontes. Se asentó, ante la mirada extrañada de la gente, en la periferia de Lima, en la vecindad de las huacas Maranga y las hoy conocidas con su nombre. Se afirma, además, que este ermitaño se dedicaba a la búsqueda de tesoros –a través del “huaqueo”-. Todos estos no dejan de ser más que leyendas populares, pues no se han encontrado restos que evidencien su asentamiento en la zona.

La huaca Mateo Salado pertenece al Centro de Lima pero está en el límite de Breña y Pueblo Libre. Foto: Sophy Zegarra.

Para el final, Pedro nos tenía reservado algunas anécdotas que forman parte de la influencia de la religiosidad urbana en la huaca. Amarres (como el arroz con un par de fotos que encontró, envueltos en piel de serpiente) y ritos de venganza (como el de la foto clavada que halló, que incluía el nombre del odiado). Pedro, sin embargo, no se sorprende. No cree en misterios pero admite que sí es respetuoso de sus antepasados, y que por ello, al tenerlos como objeto de estudio, da antes un pago a la tierra.

En la huaca se han encontrado fragmentos de cerámicas y textiles. Foto: Lima la Única.

El recorrido nos asombró, nos impactó. La belleza de las murallas y colosales monumentos de tapia y adobe, los últimos restos de colores amarillos y blancos que conservan celosas un par de paredes, escondidas, maravilló pero también alertó la necesidad de que el proyecto de recuperación siga en pie. Todo el grupo concuerda en que este patrimonio ha mejorado mucho: a pesar de las limitaciones y problemas que ha tenido el trabajo, ha podido avanzarse mucho. Lo que sigue ahora es el apoyo de entidades privadas para transformarlo en un museo –o inclusive- parte de un restaurante (como el caso de la huaca Pucllana). Esperemos que el interés por la cultura e historia iluminen a nuestros empresarios.

Una foto con Pedro Espinoza. Foto: Marco Gamarra Galindo. Leer más »

27/08/10: La huaca Huallamarca: una historia dentro de San Isidro

En medio de colosales edificios, entre el bullicio de la ciudad de Lima, se encuentra un pedazo de historia que nos remonta a tiempos anteriores, inclusive a los del imperio incaico. Hablamos del templo de Huallamarca, lugar en el que la tribu de los Huallas tuvo su esplendor. Se calcula que la construcción de este imponente centro ceremonial ubicado en el distrito limeño de San Isidro se produjo entre los años 200 a.C. y 200 d.C.

Colosal huaca Huallamarca. Foto: Marco Gamarra Galindo.

Es en este siglo IV d.C. cuando sus habitantes, probablemente, abandonan el asentamiento debido a la construcción de la Huaca Pucllana en el distrito de Miraflores. Es en ese momento cuando atraviesa un momento de decadencia y se convierte totalmente en un cementerio.

Hasta 1942 el arqueólogo peruano Julio César Tello empezó las excavaciones en la hacienda Pan de Azúcar – de ahí la razón por la cual se le conoce a Huallamarca como Pan de Azúcar -, para posteriormente, a fines de la década de 1950, conocer de un proceso de restauración de la mano de Arturo Jiménez Borja.

Reconocido arqueólogo Arturo Jiménez Borja. Foto: Museo de sitio.

Tras la restauración, el templo presenta tres plataformas de planta rectangular y una rampa central de la cima al piso. Leer más »

26/08/10: La colosal huaca El Paraíso

Camino a Ventanilla, a la altura de la antigua hacienda Márquez y del río Chillón, se encuentra el complejo arqueológico ‘El Paraíso’. Si usted ha abordado los buses Lima-Ventanilla debe bajarse en el paradero ‘Inca Cola’ (cuyo nombre se debe a un inmenso cartel de tal bebida, que hace años fue retirado). De allí en adelante, debe ir en mototaxi, un aproximado de diez minutos, y a través de dos asentamientos humanos y algunas chacras.

Vista de la huaca El Paraíso. Foto: Marco Gamarra Galindo.

Estuve de visita por esta huaca el pasado 20 de setiembre del 2008 (luego en el 2010 como parte del grupo de Corresponsales Escolares de El Comercio). Curiosamente, ese día se celebraba el ritual del equinoccio de primavera. Por ello, pude espectar esta ancestral representación, a cargo del grupo “Qapaq Sumaq Ayllu”.

Un número considerable de espectadores visitaron la huaca durante el equinoccio de primavera. Foto: Marco Gamarra Galindo.

Con el paso de las horas, llegaron al complejo delegaciones de colegio de Carabayllo, Santa Anita y San Martín de Porres. Algunos estudiantes participaron directamente en la ceremonia, que contó con el entusiasta apoyo de la Municipalidad de San Martín de Porres.

La ceremonia se inicio con el sonar de los pututos y al compás de la danza de los Shaqshas, en saludo a la huaca. Luego, la dignataria a cargo de la ceremonia realizó una caminata alrededor de la zona arqueológica. Tras ello, la concurrencia fue invitada a danzar.

La huaca El Paraíso posee más de 20,000 m2 y 4000 años de antigüedad. Pertenece al precerámico tardío y es un lugar turístico a conocer. El complejo no está suficientemente protegido y no falta, incluso, quienes demostrando poca identidad y respeto a los monumentos históricos, pintarrajean el adobe preinca.

El Paraíso desde los cerros aledaños. Foto: Marco Gamarra Galindo.

Ojalá que las autoridades se decidan a proteger la huaca, que los ciudadanos la visiten y que lo hagan con absoluto respeto. Leer más »

21/03/10: Las huacas del Valle del río Chillón

Muy lejos del Callao que hoy conocemos, existe una historia inédita que muestra la otra faceta de la única provincia constitucional del país: la prehispánica, aquella que se halla olvidada por las instituciones y vecinos. A través de este item deseamos que se preserven y cuiden estos centros arqueológicos, testimonio de los primeros peruanos.

Recorrimos junto a Nicolás Rodríguez López y profesores de distintos colegios de Ventanilla por un sinnumero de huacas de este valle de Lima para un reporte al Blog de los Corresponsales Escolares de El Comercio.


Murallas defensivas del valle Chillón. Foto de Marco Gamarra Galindo.

Huaca Cerro Culebras:

Construida por los Lima, entre los años 300-400 A.C., este centro urbano se destaca por estar ubicado en un lugar estratégico. Sin embargo, fue descubierta recientemente por el arqueólogo norteamerica Louis Stumer en la década de los 50s.

Su mayor aporte ha sido el Interlooking, técnica más reconocida del período Intermedio Temprano representada con diseños geométricos entrelazados. Una evidencia de ello es el mural polícromo de 28 metros dibujados con gruesas líneas oscuras, encontrado en sus interiores. Sin embargo, la indiferencia y descuido han sido pieza clave para que algunas de sus pirámides se hayan dañado. Además de la poca seguridad que existe en la zona a altas horas de la noche.

En cuanto a la forma de llegar, debe tomar la carretera a Ventanilla y bajarse en el paradero Inca Kola (cuyo nombre se debe a un inmenso cartel de tal bebida, que hace años fue retirado), antes de ingresar a la Refinería La Pampilla. A partir de este punto necesita tomar un mototaxi que lo llevará. Si desea visitarla, le recomendamos que vaya en grupo, preferible en la mañana y con alguien que conozca.

Huaca Rosada:

Este centro de adoración al fuego también llamado Pampa de los Perros, se caracteriza por emplear el color rosado en su estructura, razón por la cual se le conoce como Huaca Rosada. Su impactante parecido con la civilización más antigua de América, el Centro Arqueológico de Caral, es reflejada en su plazuela circular.

A partir de los últimos trabajos de investigación, se ha concluido que es anterior a la aparición de la cerámica, con una antigüedad de al menos 4500 años y es el único sitio de este tipo en la ciudad de Lima, solo comparable con las culturas precerámicas conocidas en la costa norcentral.

Una buena oportunidad de visitar este lugar es hacerlo juntamente con la Huaca Cerro Culebras ya que se hallan cercanas, en la margen derecha del río Chillón. Es recomendable hacer el trayecto con alguien conocido, para ello podría buscar algún guía que ofrece la Municipalidad de Ventanilla.

Huaca Respiro:

Perteneciente al Señorío de Collic o Collique, está ubicada en el límite distrital entre Ventanilla y San Martín de Porres, en el valle del río Chillón. La huaca data de 1200 a 1470 d.C. y está construida con enormes bloques de adobe. Además, se pueden hallar numerosos vestigios enterrados en su suelo ancestral.

Uno de los factores que traen como consecuencia un aspecto triste a esta antigua ciudad amurallada es el abandono, de tal manera que cualquier visitante puede encontrarse con telares de la época. Sin duda, una desidia que podría conllevar a una lamentable pérdida.

Chuquitanta:

También conocida como huaca El Paraíso, posee más de 20,000 m2 y 4000 años de antigüedad. Pertenece al precerámico tardío y es un lugar turístico a conocer. Este centro arqueológico, que fue descubierto y reconstruido por el arqueólogo Federico Engels, es sin duda alguna, imponente: sus paredes de piedra, alcanzan los 5 metros de altura.

Un momento oportuno para visitarla es en las celebraciones del equinoccio de primavera, celebradas al estilo de los primeros habitantes del Valle del río Chillón. Acerca de las fechas, se realizan cada mes de septiembre. Sin lugar a duda, es todo un espectáculo. Recordemos que a diferencia de las otras huacas mencionadas en este post, ésta si esta reconocida por el Instituto Nacional de Cultura (INC) [hoy Ministerio de Cultura].

Se encuentra siguiendo el circuito de las demás huacas, a no más de 10 minutos. Alrededor de esta existe un gigantesco recinto amurallado de más de 15 kilómetros de perímetro que encierra un área de alrededor de 635 Ha. conocidas como las Murallas de Oquendo.

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