DESCUBREN CENTRO DE DETENCION CLANDESTINO Y EXISTENCIA DE VUELOS DE LA MUERTE

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El testimonio de 624 “colimbas” ayudó a descubrir un centro de detención clandestino

01/02/11 – 19:09
El fiscal federal Federico Delgado le pidió al juez Daniel Rafecas que declare que hubo “vuelos de la muerte” en El Palomar.
PorOMAR LAVIERI

vuelos de la muerte, El Palomar

La historia de la represión ilegal en la Argentina entrega nuevos capítulos a pesar de que la maquinaria asesina se desactivó allá por 1983. La Justicia determinó, luego de casi dos años de paciente investigación, que en la Primera Brigada Aérea de El Palomar funcionó un Centro de Detención Clandestino (Cdc) que no había sido investigado ni antes ni después de que fueran derogadas las leyes del perdón a los militares.

El fiscal federal Federico Delgado determinó luego de tomar 624 declaraciones a quienes hicieron la “colimba” en la Base Aérea de El Palomar, que desde allí salieron “vuelos de la muerte” y que, además, hubo detenidos que fueron torturados bajo la jurisdicción de la Fuerza Aérea. La reconstrucción de los hechos fue minuciosa a partir de los relatos de los soldados conscriptos clase 1955,1958 y 1959 que fueron advertidos por sus superiores que jamás debían contar lo que allí sucedió entre 1976 y 1979.

Delgado, que es el fiscal de las causas en las que se investiga la represión en el Primer Cuerpo de Ejército, le solicitó ayer al juez Daniel Rafecas que “declare judicialmente probado la existencia de los denominados “vuelos de la muerte” en la Primera Brigada Aérea de Palomar”. En un extenso dictamen Delgado hizo un análisis al detalle de lo que sucedió en la Base. Pero también explica que a pesar de haber reconstruido desde la geografía del lugar hasta la mecánica de los vuelos de la muerte, no se puede identificar ni a los responsables de violencia de Estado ni a los detenidos, torturados y desparecidos.

La investigación de Delgado comenzó con el pedido que en 2009 hizo Lorena Carla Pacino, hija de Carlos Pacino quien fue detenido y asesinado durante la dictadura. Lorena se presentó en los Tribunales y señaló que un testigo había visto a su padre el Centro de Detención conocido como “Olimpo” antes de que lo llevaran a la Primera Brigada Aérea de El Palomar. Como el cuerpo de su padre fue hallado en la Costa Atlántica, Pacino pidió que se investigaran los vuelos. Unos años antes, en su valiente, militante y precisa “Carta Abierta a la Junta Militar” del 24 de marzo de 1977, el periodista Rodolfo Walsh había señalado que las bandas asesinas de la dictadura eran capaces de varias aberraciones entre ellas “de alfombrar de muertos el Río de la Plata o de arrojar prisioneros al mar desde los transportes de la Primera Brigada Aérea…”.

Cada sitio dentro de la Base fue reconstruido de acuerdo a lo que contaron los soldados. Se determinó que allí funcionó el Grupo de Tareas 100 y el Grupo de Defensa- Contrainsurgencia. Y que los integrantes de la patota llevaban a los detenidos hacia los vuelos de la muerte que se hicieron en aviones Fokker 27 y 28 y Hércules C130. Los soldados señalaron la existencia de dos lugares llamados “Casita de la Muerte I y II” donde se presume que había sesiones de tortura. También hablaron de un sector conocido como “Pabellón de enfermos psiquiátricos” donde los superiores aseguraban que había presos con problemas mentales, pero en realidad eran detenidos que iban a engrosar la lista de los desaparecidos. También recordaron cuando un inocente partido de básquet fue interrumpido abruptamente: habían llegado detenidos que tuvieron que esperar, esposados, a que los subieran al avión que los llevaría a la muerte. Los arrumbaron en lo que hasta unos minutos antes era la cancha de básquet. Para retomar el partido los soldados tuvieron que limpiar las inequívocas manchas de sangre de los detenidos. El fiscal Delgado quien criticó a la Fuerza Aérea por la escasa colaboración prestada en la investigación, ha podido reconstruir lo que llama “la economía” de la Base. Y da por probado la existencia de un centro clandestino. No puede, por ahora, imputar a nadie en particular ni identificar a las víctimas. El dictamen de Delgado tiene una enorme cantidad de citas de pensadores políticos, sociólogos y filósofos del derecho acerca de la importancia que tiene el hecho de haber “desnudado una forma de ser criminal del poder político” de aquellos años a pesar de no haber señalado responsables. Luego de haber finalizado la investigación, casi 34 años después de la “Carta Abierta…”Delgado dijo: “Rodolfo Walsh tenía razón”.

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