Naciones Unidas. Fortalecimiento de la función de mediación en el arreglo pacífico de controversias, la prevención de conflictos y su solución (tercera parte)

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Naciones Unidas. Fortalecimiento de la función de mediación en el arreglo pacífico de controversias, la prevención de conflictos y su solución (tercera parte)

Argentina
[Original: español]
1. ¿Cuáles son las cualidades de un buen mediador?
Un mediador debe ser objetivo, tener conocimiento de la cuestión tratada y ser
equidistante en relación con las partes involucradas en la misma. En el marco de las
Naciones Unidas, el Secretario General se encuentra en una inmejorable posición
para actuar tanto de mediador como de gestor de buenos oficios entre las partes, en
cumplimiento de la tarea que le encomiende el Consejo de Seguridad o la Asamblea
General y en línea con el más alto grado de eficiencia, competencia e integridad
requerido por la Carta de las Naciones Unidas. En la ejecución de tal tarea deberá
tener en cuenta los propósitos y principios de dicha Carta y las resoluciones
pertinentes de las Naciones Unidas.
2. ¿Cuáles son los atributos clave para un proceso de mediación
efectivo, incluidas las etapas de diseño y ejecución?
El mediador debe estar comprometido con su función a fin de superar los
obstáculos a su trabajo y las eventuales reticencias de las partes para entablar el
diálogo. Sus funciones y responsabilidades deben emanar del mandato que se le
haya dado. En ese contexto, la negativa de una de las partes a dialogar no puede
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constituir un impedimento si es que ha de constituirse en un medio efectivo para
llevar adelante el principio de solución pacífica de las controversias.
En el caso particular de la cuestión de las Islas Malvinas, la República
Argentina confía en que puedan dar frutos los esfuerzos del Secretario General,
enmarcados en el mandato que le fuera encomendado por la Asamblea General,
tendientes a acercar a los Gobiernos de la Argentina y el Reino Unido para que
reanuden las negociaciones con el objetivo de resolver pacífica y definitivamente la
disputa de soberanía aún pendiente de solución.
3. ¿Qué consideraciones son importantes para la cooperación efectiva
entre terceras partes involucradas en el proceso de mediación?
Las terceras partes deberán apoyar la mediación y los eventuales compromisos
a los que se llegue, evitando interferencias en la tarea del mediador a menos que su
asistencia sea solicitada. En el caso de las mediaciones y buenos oficios
encomendados por el Consejo de Seguridad y/o la Asamblea General de las
Naciones Unidas, sus países miembros deberán apoyarlos y acatarlos, toda vez que
constituyen un mandato de la Organización.
4. ¿Cuáles son los elementos vitales de un acuerdo de paz exitoso?
Un acuerdo de paz exitoso será aquel que establezca una solución justa y
definitiva a la disputa en cuestión.
5. ¿Cómo pueden contribuir los esfuerzos de mediación continuos
a una efectiva ejecución de un acuerdo de paz?
La mediación debe procurar que lo acordado sea implementado en tiempo útil,
a efectos de que la solución lograda no se vea alterada. Para ello pueden resultar
necesarios el apoyo y los recursos humanos y materiales que está en condiciones de
brindar una organización como las Naciones Unidas.
Australia
[Original: inglés]
Como principio general, los procesos de mediación deben adaptarse
específicamente a cada situación en particular. Los conflictos pueden ser de
naturaleza muy distinta; en las últimas décadas se han producido un aumento de los
conflictos internos y una disminución de las guerras entre Estados. Los conflictos
internos pueden estar relacionados con diversos factores, como la secesión y la
autonomía o el control del Estado y los recursos. En algunos de ellos puede haber
diversos interesados y muchos adversarios, y únicamente coaliciones difusas, a
menudo poco coordinadas y divididas en muchas facciones. Los conflictos étnicos
suelen desencadenarse por las disparidades socioeconómicas subyacentes,
sentimientos localistas o regionalistas, la desigualdad en el acceso a los recursos, la
percepción de que existen injusticias o desigualdades, el sectarismo político o la
mala gobernanza. Los conflictos suelen evolucionar: un conflicto principalmente
étnico se puede transformar en un conflicto de criminalidad y corrupción y tener
consecuencias regionales considerables. Por lo tanto, todos los procesos de
mediación y los acuerdos de paz que se alcancen posteriormente deben ser
específicos al contexto y estar adaptados a la situación local.
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Cualidades de un buen mediador
Un buen mediador es íntegro e independiente, justo, objetivo y paciente, y
debe mantener la confianza y el respeto de todas las partes en la controversia para
que el acuerdo alcanzado sea el más conveniente para todas ellas. En cuanto
intermediario imparcial, un mediador eficaz no prejuzga y es sensible hacia los
argumentos de todas las partes. Un buen mediador es adaptable, creativo y capaz de
explorar, ajustar y modular sin parecer arrogante ni ejercer presión.
Un buen mediador sabe escuchar, sus habilidades de comunicación y
negociación son ejemplares, respeta la confidencialidad y, al mismo tiempo,
fomenta el intercambio de información. Un buen mediador tiene experiencia en lo
relativo a la facilitación y la coordinación, sabe resolver problemas, reconoce las
oportunidades y sabe cómo consolidar las ganancias, ser inventivo para superar los
obstáculos y mantener el impulso del proceso.
Un requisito fundamental es la comprensión profunda de la naturaleza concreta
del conflicto: los antecedentes, los agentes principales y sus intereses. Es de máxima
importancia que conozca el contexto local, la situación sociocultural en la que se
produce el conflicto y las relaciones de poder existentes, lo que incluye los procesos
de toma de decisiones y los orígenes de la mediación cultural, la cohesión del grupo,
las relaciones en el seno del grupo, las cuestiones intergeneracionales, la igualdad
entre los géneros y otras cuestiones, como la retribución y la reconciliación. Un
mediador debe comprender la complejidad del entorno político y económico, los
agentes influyentes (tanto los oficiales como los ocultos) y los factores que pueden
contribuir al conflicto, como las tensiones demográficas, la criminalización, los
vínculos externos y la brecha entre el medio urbano y el medio rural.
Atributos clave para un proceso de mediación efectivo
El proceso de mediación requiere compromiso, determinación política y
acceso a los recursos para poder avanzar rápidamente cuando un aspecto de la
controversia está listo para ser solucionado.
Se debe procurar que las condiciones en las que se desarrolle el proceso de
mediación permitan que los pueblos decidan su futuro en un medio seguro, sin
intimidaciones ni coerciones. La mediación no puede imponer una solución, sino
que debe: ayudar a las partes a evaluar cómo se verían afectados sus intereses por
las diferentes opciones propuestas para abordar problemas concretos; esbozar varios
arreglos posibles que permitirían que las Partes tomaran sus propias decisiones
sobre su futuro; y asegurar que, una vez adoptadas las decisiones, contarán con el
apoyo de la comunidad internacional.
No se debe poner un límite temporal artificial a la mediación. La solución
suele ser que el proceso dure tanto como sea necesario para que sea realmente
sostenible.
El mediador debe dedicar tiempo a las partes y no escatimar esfuerzos, y
trabajar con todos los adversarios para comprender muy claramente la historia y los
antecedentes e identificar los principales puntos de divergencia y las posibles
coincidencias. El análisis completo y continuo del conflicto es fundamental para que
el mediador base su trabajo en información, para evaluar la capacidad de las partes
de alcanzar un acuerdo sostenible y, en muchos casos, para poder reconstruir un
aparato de gobierno viable.
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En el proceso, que exige la participación constante para facilitar un diálogo
genuino, se debe escuchar a todas las partes, permitiendo así que los interesados
tengan un sentido de propiedad del proceso y se responsabilicen de los éxitos y los
fracasos. Se debe reconocer y dar la posibilidad de expresar formalmente su opinión
en los procesos de toma de decisiones a las mujeres y a otros grupos marginados.
Aunque son normalmente las elites las que concluyan los acuerdos de paz, es
importante asegurar que en estos se refleje un abanico amplio de puntos de vista y
necesidades desde el inicio del proceso. Si se excluye del acuerdo inicial a
determinados grupos (como las minorías étnicas o religiosas, las mujeres, los
jóvenes o las personas con discapacidad), podría ser más difícil atender sus
necesidades y garantizar su representación posteriormente. Se deben celebrar las
reuniones en terreno neutral y hay que conceder tiempo a las partes para que
desarrollen y articulen sus posiciones. En el proceso también se debe trabajar para
formar un movimiento de apoyo a la paz entre los miembros de la sociedad civil y
los grupos comunitarios.
Por lo general, en un proceso de mediación exitoso se identificarán las
posiciones y las opciones para alcanzar acuerdos de transición y de más largo plazo,
por ejemplo sobre los mecanismos de división de poderes, constituyentes y de
derechos y justicia. Las opciones pueden variar mucho en función del contexto
local, la evolución de las circunstancias y el momento en que se intervenga. El
proceso debería incluir incentivos generados en el ámbito local para avanzar
positivamente en un proceso de paz que se pueda incluir en el acuerdo de paz y que
pueda proporcionar medidas de fomento, como ayuda e inversiones.
Los mediadores necesitan contar con el apoyo de un equipo de profesionales
muy cualificados que pueda, por ejemplo, preparar exposiciones de antecedentes,
asesorar sobre cuestiones jurídicas y redactar acuerdos. Cada vez hay mayor
acuerdo en que la asistencia al desarrollo representa un importante apoyo a la
mediación. Puede servir para apoyar las capacidades internas de mediación y
formación de coaliciones, y proporcionar recursos para infraestructuras y servicios
básicos, repartiendo así un “dividendo de paz” que ayude a evitar una vuelta al
conflicto. Esas acciones pueden fomentar la confianza y revitalizar las relaciones
entre el Estado y los ciudadanos.
El proceso de paz en Bougainville, Papua Nueva Guinea
El proceso de paz en Bougainville pasó por varias etapas durante más de una
década: tregua, alto el fuego, acuerdo de eliminación de armas y, finalmente, un
amplio acuerdo político que desembocará en la celebración de un referendo sobre la
independencia. El proceso de mediación de Bougainville tuvo varios frentes y
proporcionó a las partes oportunidades de negociar, entablar un diálogo diplomático,
vigilar la tregua y la paz y aprovechar la asistencia para el desarrollo. El proceso fue
mucho más allá de la firma de un acuerdo de paz.
El Grupo de Vigilancia de la Paz, encabezado por Australia, en colaboración
con Nueva Zelandia, Fiji, las Islas Salomón y Vanuatu, sirvió a la población de
Bougainville de órgano imparcial al que informar de las infracciones del alto el
fuego. La ayuda de Australia sirvió para impulsar la restauración de la
infraestructura básica y los servicios fundamentales y proporcionó un enfoque
orientado hacia el desarrollo. La participación constante del entonces Ministro de
Relaciones Exteriores de Australia y del Alto Comisionado de Australia para Papua
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Nueva Guinea demostró a las partes el alto grado de compromiso de Australia con la
paz. La contribución de las Naciones Unidas al acuerdo sobre la eliminación de
armas generó confianza en la imparcialidad del proceso y recordó a todas las partes
que la comunidad internacional estaba supervisando la situación. Las partes se
reunieron con regularidad y sus reuniones sirvieron para identificar e impulsar
soluciones políticas creativas.
El proceso de paz de Bougainville continúa y entra ahora en un período crítico,
a medida que se acerca el referendo sobre el estatus político de Bougainville. Es
importante que los agentes, incluidas las Naciones Unidas, mantengan sus acciones
de apoyo al proceso durante esta fase.
Consideraciones importantes para la cooperación entre terceras partes
La mediación de varias terceras partes puede impulsar el proceso de paz,
siempre que sus esfuerzos sean cooperativos, complementarios y estén bien
coordinados. Es importante que se entiendan bien las funciones relacionadas y que
se reflejen las ventajas comparativas de los diferentes agentes. Las oficinas de
enlace de las terceras partes, los enviados especiales y los grupos “básicos” o “de
contacto” pueden desempeñar una valiosa función de respaldo del proceso de
mediación. Además, la mayoría de los conflictos atraen los intereses de terceras
partes, como Estados, negociadores influyentes, partidarios del ejército,
organizaciones regionales y organizaciones no gubernamentales. Los mediadores
deben mantenerse alerta y sensibles ante estos intereses, y deben hacer lo necesario
para fomentar un entendimiento común del contexto y las complejidades del
conflicto y la disposición a compartir información y recursos.
Al igual que con las partes directamente implicadas en un conflicto, por lo
general es necesario que las terceras partes debatan, elaboren sus posiciones, lleguen
a acuerdos y hagan concesiones para clasificar las opciones y elaborar posiciones
comunes. Para obtener éxito es fundamental que se recabe el apoyo de todas las
partes interesadas al proceso de mediación.
Las organizaciones regionales pueden ser fundamentales en el proceso de
mediación. Pueden ayudar a consolidar la cooperación debido a sus conocimientos
locales y contactos personales, y por los conocimientos lingüísticos y sus aptitudes
culturales. Los órganos de seguridad regionales también pueden desempeñar una
función fundamental en la diplomacia preventiva y la mediación.
Como se reconoció en el Informe sobre el Desarrollo Mundial 2011, los
acuerdos de paz con garantías de terceros suelen ser más estables que los que no las
tienen.
Enfoques regionales de la mediación en la región de Asia y el Pacífico
En el contexto del golpe de Estado de Fiji del año 2000 y las tensiones en las
Islas Salomón, el Foro de las Islas del Pacífico emitió la Declaración de Biketawa.
En la Declaración se esbozan los pasos que deben dar el Foro y sus Estados
miembros para solucionar los conflictos futuros en la región y se hace hincapié en la
importancia de la mediación de terceros.
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El Foro Regional de la Asociación de Naciones de Asia Sudoriental (ASEAN),
un foro importante que se ocupa del diálogo sobre seguridad en Asia, aprobó
recientemente un plan de trabajo de diplomacia preventiva. En el plan se prevé que,
con el tiempo, y con el consentimiento de todas las partes directamente interesadas,
el Foro explore y estudie el potencial para realizar labores de mediación, facilitación
del diálogo y reconciliación. Australia participó directamente, junto con Singapur e
Indonesia, en la redacción del plan de trabajo de diplomacia preventiva y sigue
colaborando estrechamente con otros miembros del Foro para identificar y realizar
actividades prácticas y basadas en resultados en el marco del plan.
Elementos vitales de un acuerdo de paz exitoso
Para que un acuerdo tenga éxito es necesario que todas las partes den su
consentimiento y que las expectativas de los signatarios sean conformes entre ellas.
Es necesario que haya un sentido de implicación y control locales del proceso y las
cuestiones prácticas de la ejecución, y la comunidad internacional debe desempeñar
una función de facilitación y apoyo.
El acuerdo no debe ser demasiado ambicioso. No obstante, los más viables suelen
ser los acuerdos que solucionan los problemas y las quejas principales que provocaron la
tensión en primer lugar, bien abordando directamente las causas fundamentales, bien
estableciendo nuevos procesos o instituciones para abordarlas a lo largo del tiempo. El
acuerdo debe incluir un compromiso genuino de todas las partes (incluidos los
mediadores) con el desarrollo político, social y económico a largo plazo. Se deben
reconocer las causas de tensión subyacentes. Si el motivo de la tensión es muy
profundo, la solución también tiene que serlo. Hace falta tiempo (a menudo, una
generación) para que se enraíce un proceso de paz duradero. Se deben abordar de
manera específica las cuestiones de desigualdad entre los géneros, ya que las pruebas
demuestran cada vez más claramente que a un nivel más elevado de desigualdad entre
los géneros corresponde un riesgo mayor de conflicto interno. En el acuerdo de paz se
deben describir los acuerdos alcanzados con las partes o se deben esbozar las opciones
para el período de transición e incluir, si procede, las cuestiones del ejercicio de la
autoridad, la participación de partes externas (como las Naciones Unidas o grupos
regionales) y la prestación de servicios. En el acuerdo se deben proporcionar un marco y
los pasos que se pueden seguir para crear un medio en el que no haya temores,
intimidación ni violencia, y se debe disponer lo necesario para ejercer el control y la
custodia de armas, de ser necesario. También se deben abordar cuestiones como la
amnistía y la reconciliación, siempre que proceda, e incluir compromisos y garantías de
protección de los derechos humanos. También se debe permitir que la situación se
mantenga bajo examen. Es deseable que se incluya una estrategia de comunicaciones
para reforzar la comprensión y el compromiso locales con el proyecto.
Se debe respaldar el acuerdo con una evaluación de los recursos necesarios
para llevar a cabo las tareas necesarias, tanto durante el período de transición como
a más largo plazo, y esta evaluación debe ir acompañada de compromisos
internacionales. Las intervenciones de las fuerzas de mantenimiento de la paz, si se
incluyen en el acuerdo, no deben ser el motor principal del proceso, sino que deben
ayudar a la gestión y la mejora del conflicto. No obstante, el momento en que se
realice la intervención puede ser crítico, lo que exige que se evalúen claramente las
capacidades de las partes para asegurar que el mandato, el tamaño y el peso de todas
las operaciones de paz sean adecuados.
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Islas Salomón
Australia y Nueva Zelandia facilitaron un alto el fuego en las Islas Salomón
tras surgir tensiones étnicas en 1999 y tras el golpe de Estado de junio de 2000.
Australia acogió las negociaciones de paz en Townsville unos meses después. El
resultado fue el Acuerdo de Paz de Townsville, que sirvió de marco para el fin de las
hostilidades y en virtud del cual se establecieron un Equipo Internacional de
Supervisión de la Paz y un Consejo de Vigilancia de la Paz. Integraron el Equipo
Internacional de Supervisión de la Paz representantes de Australia, las Islas Cook,
Nueva Zelandia, Tonga, Vanuatu y la Secretaría del Commonwealth (de Botswana).
El personal del Equipo, compuesto por policías, militares y civiles, no estaba
armado y recibió el mandato de fomentar la confianza en el proceso de paz entre las
partes y el seno de la comunidad, recoger y almacenar las armas en condiciones de
seguridad e informar y prestar apoyo al Consejo de Vigilancia de la Paz autóctono.
El Equipo no pudo acabar con las tensiones pero, a través de su asociación con
el Consejo de Vigilancia de la Paz, estableció las bases de la Misión Regional de
Asistencia a las Islas Salomón posterior, de carácter más amplio. El Consejo de
Vigilancia de la Paz realizó sus actividades a través de una red de supervisores de la
paz de ámbito comunitario y trabajó en estrecha colaboración con grupos de la
sociedad civil para fomentar el apoyo de las comunidades de base al proceso de paz.
Este refuerzo de las redes comunitarias fue importante para el posterior éxito de la
Misión.
La Misión se desplegó en julio de 2003 por invitación del Gobierno de las Islas
Salomón. Con la cooperación de este último, los efectivos policiales, militares y
civiles desplegados de otros países de la región facilitaron la estabilidad de la
situación de la seguridad para que las partes pudieran reconstruir la confianza de las
comunidades y consensuar mecanismos de solución sostenible del conflicto. Por
ejemplo, la Comisión para la Verdad y la Reconciliación, designada por el Gobierno
de las Islas Salomón y apoyada por Australia y otras partes a través del Programa de
las Naciones Unidas para el Desarrollo, celebró 14 audiencias durante dos años en
las que más de 5.000 personas, tanto víctimas como autores, aportaron pruebas. La
Comisión para la Verdad y la Reconciliación presentó recientemente su informe
final al Gobierno de las Islas Salomón.
Mediación continua
Los procesos de paz rara vez son fluidos. Normalmente, se encuentran
obstáculos y es necesario dar muchos pasos atrás. Los signatarios no siempre honran
sus compromisos. Los acuerdos de paz suelen favorecer a la parte más fuerte en el
momento de la firma, y más tarde se produce rupturas del acuerdo. Las promesas
poco realistas o la incapacidad de cumplir los compromisos pueden hacer que las
tensiones políticas y sociales queden sin solucionar. Podrían no abordarse
adecuadamente las causas profundas del conflicto y muchos autores de actos
violentos podrían no responder de sus actos ante la justicia.
Es necesario vigilar constantemente los procesos de paz. Por ejemplo, el
período transcurrido entre la firma de un acuerdo de paz y el despliegue de una
operación de paz es un momento crucial en el que hace falta mediación constante
para mantener el compromiso de ambas partes con los acuerdos alcanzados, evitar
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los malentendidos y solucionar los agravios a medida que se producen. Otros
momentos cruciales son la desmovilización militar, las elecciones o los desastres
naturales. La mediación continua facilita la participación y una visión de largo
plazo. Una ventaja de la mediación continua es que se pueden adoptar pequeñas
medidas adicionales a un ritmo cómodo para las partes.
La mediación continua también puede ser decisiva para fomentar la confianza
de las comunidades a más largo plazo, por ejemplo apoyando a las instituciones
democráticas y garantizando que los acuerdos de participación en el poder incluyen
a todos los agentes pertinentes.
El proceso de paz en Camboya
Australia desempeñó una función principal en el largo proceso de paz de
Camboya en las décadas de 1980 y 1990. Después de un prolongado e intenso
proceso de mediación y de diplomacia con todas las partes, el Sr. Gareth Evans,
entonces Ministro de Relaciones Exteriores de Australia y diputado del Parlamento,
propuso el plan que reforzaba los Acuerdos de Paz de París de 1991.
Australia propuso la creación de la Misión de Avanzada de las Naciones
Unidas en Camboya (UNAMIC), que desempeñó una función de “buenos oficios”
antes del despliegue de la Autoridad Provisional de las Naciones Unidas en
Camboya (APRONUC). Australia desempeñó una función central en el Grupo
Militar Mixto de Trabajo, creado por mandato de los Acuerdos de Paz de París y
establecido durante el tiempo de vigencia de la Misión de Avanzada de las Naciones
Unidas en Camboya para que resolviera los problemas derivados del cumplimiento
del alto el fuego.
El Grupo Militar Mixto de Trabajo sirvió de punto de reunión de alto nivel
entre los representantes militares de los cuatro ejércitos de Camboya y las Naciones
Unidas, y de mecanismo para asegurar el mantenimiento del alto el fuego sobre el
terreno mediante el diálogo, la cooperación y la avenencia entre las partes. El Grupo
creó un ambiente neutral que facilitó el desarme y la desmovilización y, a su vez,
permitió que las elecciones de 1993 se celebraran en un medio seguro. El mandato
de la APRONUC iba más allá del mantenimiento de la paz tradicional, ya que
comprendía la construcción institucional y la reconstrucción social. Veinte años
después de los Acuerdos de Paz de París, el proceso de paz de Camboya sigue
representando un sólido modelo para la mediación a largo plazo.
Belarús
[Original: inglés]
Opinamos que las directrices para una mediación eficaz solicitadas por la
Asamblea General en su resolución 65/283 se pueden estructurar en las siguientes
partes: a) principios y objetivos de la mediación; b) situaciones que requieren
mediación; c) la función de las Naciones Unidas en la mediación; d) creación de
asociaciones para la mediación; y e) recursos para la mediación.
A continuación se presenta una breve descripción de lo que podría contener
cada una de las partes señaladas.
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Principios y objetivos de la mediación
Tiene sentido contar con una sección en la que se describan claramente los
principios y los objetivos que se persiguen en las diferentes iniciativas en las que se
aplica la mediación. Aunque estos principios y objetivos son de sobra conocidos,
por ejemplo la necesidad de que todas las partes locales estén de acuerdo en que
intervenga un tercero, la competencia, la imparcialidad, la creatividad y el
compromiso con la ecuanimidad del mediador, etc., es necesario articularlos todos
claramente, ya que se debe procurar que en el documento (directrices para hacer
más efectiva la mediación) se recojan todos los demás posibles aspectos de la
mediación.
Situaciones que requieren mediación
Opinamos que esta sección debería basarse principalmente en la amplia
experiencia internacional en materia de mediación de conflictos adquirida en las
pasadas décadas. El análisis de esta experiencia permitirá identificar algunas
situaciones comunes en todos los casos pertinentes en las que fue necesario recurrir
a la mediación. Igualmente, sería interesante que en esta sección se incluyeran
algunos casos peculiares de mediación de conflictos que no correspondan a los
patrones generales.
La función de las Naciones Unidas en la mediación
Las Naciones Unidas cuentan con la más amplia experiencia en mediación de
conflictos en todo el mundo, si bien la Organización no cuenta con el monopolio en
esta área. Por este motivo, parece conveniente que se presente en esta sección una
breve historia de la participación de las Naciones Unidas en la mediación
internacional.
Por lo tanto, opinamos que sería prudente detenerse en la capacidad actual de
mediación de las Naciones Unidas y describir en detalle las funciones de las
entidades de mediación existentes de las Naciones Unidas: la Dependencia de
Apoyo a la Mediación del Departamento de Asuntos Políticos de la Secretaría, y la
institución de Enviados Especiales y Representantes Especiales del Secretario
General, sus equipos de apoyo y la lista de expertos en mediación y expertos en la
incorporación de la perspectiva de género.
Consideramos que es necesario prestar especial atención a cómo se selecciona
a los Representantes Especiales y los Enviados Especiales del Secretario General y
los expertos en mediación y en qué manera cumplen su mandato. Opinamos que es
necesario mejorar esas prácticas para que se pueda cumplir la solicitud del
Secretario General de crear una nueva generación de mediadores de las Naciones
Unidas (véase el informe del Secretario General sobre el mejoramiento de la
mediación y sus actividades de apoyo [S/2009/189]).
A la luz de lo anterior, Belarús opina que es necesario explicar detalladamente
cómo se organiza el proceso de selección, la manera en que los mediadores de las
Naciones Unidas establecen el programa de ejecución de su mandato y cómo
dividen el trabajo con el equipo de expertos, la manera en que se estructura el
proceso de mediación en etapas oportunas y funcionales (una especie de hoja de ruta
en la que se estipula el uso de instrumentos específicos de mediación, como las
conversaciones directas, indirectas, itinerantes o de proximidad con las partes
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locales pertinentes, las maneras en que el mediador puede fomentar la confianza
entre los adversarios locales, etc.).
La descripción anterior debería complementarse con recomendaciones
concretas sobre cómo se podría hacer que estas prácticas fueran más eficientes.
Opinamos que las recomendaciones también deberían contener propuestas de
acciones para intensificar las consultas sobre la cuestión de la mediación con los
Estados Miembros de las Naciones Unidas, los grupos de Estados y los Estados
Miembros a título individual. A este respecto, manifestamos nuestra profunda
convicción de que la mediación de las Naciones Unidas no debe ser una prerrogativa
solo al alcance de las grandes potencias, como históricamente ha sido el caso.
Belarús está convencido de que los países pequeños y medianos, particularmente los
que tienen un buen historial en las cuestiones de desarme, no proliferación y otros
problemas de alcance mundial (como la prevención de la trata de personas y las
drogas ilegales) pueden desempeñar una función muy importante en la mediación e,
incluso, ser preferidos por las partes locales en conflicto a los representantes de las
grandes potencias, que podrían parecer parciales.
Por lo tanto, querríamos que en esa sección, entre otras cuestiones, se incluyera
la recomendación de que se recurra más a las capacidades de mediación de los países
pequeños y medianos para los fines de la mediación de las Naciones Unidas.
Creación de asociaciones para la mediación
Hace mucho tiempo que Belarús promueve la idea de que se creen
asociaciones mundiales específicas para abordar problemas mundiales concretos.
Además, hemos asumido el liderazgo en una de esas áreas: la trata de personas. En
la Cumbre Mundial 2005, Belarús se manifestó a favor de la asociación mundial
contra la esclavitud y la trata de personas. Actualmente se está institucionalizando
esta asociación mediante el Plan de Acción Mundial de las Naciones Unidas para
combatir la trata de personas, aprobado por la Asamblea General en julio de 2010,
que, por primera vez, reúne a muchas partes interesadas (Estados, organizaciones
internacionales, la sociedad civil y las empresas) en torno a una acción conjunta
para luchar contra este problema.
Creemos que la mediación internacional representa solamente una área más en
la que se podría aplicar el concepto de las asociaciones mundiales con éxito. De
hecho, actualmente muchas partes interesadas participan en la mediación: las
Naciones Unidas, organizaciones internacionales y subregionales y Estados a título
individual. Naturalmente, ello hace que sea necesario evitar los solapamientos entre
todas ellas y establecer una cooperación y una coordinación cercanas y eficaces
entre los organismos. A este respecto, sugerimos que el Secretario General presente
en un informe a los Estados Miembros de las Naciones Unidas la idea de crear una
dependencia de coordinación interinstitucional bajo los auspicios de las Naciones
Unidas, que se encargaría de organizar las reuniones de todas las partes pertinentes
con la finalidad de intercambiar información y experiencias y de distribuir las tareas
entre las partes en casos concretos. También creemos que sería conveniente debatir
acerca de la posibilidad de elaborar un código de conducta común para las partes
involucradas en la mediación internacional.
Tal vez algunos Estados o Estados Miembros, particularmente los que tienen
mucho interés en realizar la mediación en conflictos determinados, podrían liderar
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las acciones para materializar las ideas expuestas anteriormente y, así, ayudar a
concretizar la asociación mundial para la mediación.
Belarús, por su parte, ha participado activamente en la promoción de la
solución de conflictos por medios pacíficos y la mediación en el ámbito regional. En
particular, mientras Belarús presidió la Organización del Tratado de Seguridad
Colectiva en 2011, trabajamos para reforzar la cooperación en estas áreas entre la
Organización y las Naciones Unidas. Nuestros esfuerzos se han materializado en
una iniciativa concreta: la Declaración Conjunta de la secretaría de la Organización
del Tratado de Seguridad Colectiva y el Departamento de Operaciones de
Mantenimiento de la Paz de la Secretaría de las Naciones Unidas.
Recursos para la mediación
No es necesario precisar que la mediación internacional, incluidos todos sus
componentes (selección, formación y operaciones en el terreno), no puede funcionar
a menos que disponga de los recursos necesarios. Además, los fondos que se gastan
en mediación, es decir, en prevención, sirven para reducir la probabilidad de que
una situación de conflicto en gestación tenga un desenlace violento debido a la falta
de acción de la comunidad internacional y evitar los mayores costos que tendrían
más adelante las operaciones de mantenimiento de la paz a gran escala.
Belarús acoge con satisfacción la reserva de capital inicial para la mediación
en el seno de la Dependencia de Apoyo a la Mediación de la Secretaría. Además,
opinamos que las partes interesadas pertinentes deberían debatir sobre la
financiación de la mediación para determinar las maneras más eficaces de que los
mediadores internacionales aprovechen los escasos fondos. Esta cuestión es
especialmente importante ahora que el mundo hace frente a los problemas
económicos causados por la crisis económica y financiera mundial y sus
ramificaciones.
Brasil
[Original: inglés]
1. ¿Cuáles son las cualidades de un buen mediador?
El mediador es responsable de alentar a las partes a encontrar la determinación
política necesaria para alcanzar una solución definitiva, evitando al mismo tiempo
que las dificultades se conviertan en un pretexto para justificar la falta de avance.
Los mediadores deben ser independientes, exigir respeto de todas las partes, tener
credibilidad y una buena relación con todas las partes, y tener la talla política
necesaria para contar con el apoyo y la cooperación de la comunidad internacional.
Son especialmente valiosas las cualidades siguientes.
Neutralidad e imparcialidad
Los mediadores tienen que hacer gala de su independencia y salvaguardarla.
La adopción de una posición neutra e imparcial ayuda a los mediadores a establecer
una relación de confianza, credibilidad y respeto con las partes. Las normas de
conducta que ayudan a un mediador a obtener y mantener la confianza son la
coherencia, la previsibilidad, la comunicación precisa y abierta y el equilibrio entre
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la transparencia y la confidencialidad, el mantenimiento del mismo nivel de
proximidad con todas las partes, la empatía y el compromiso.
Capacidad de reconocer las diferencias culturales
Las personas de culturas diferentes se comunican y negocian de maneras
distintas. Los patrones culturales no son homogéneos en ningún grupo, como las
naciones o las etnias, por lo que es necesario tener capacidad de cambio y
adaptación. Los diferentes estilos culturales y las expectativas acerca de las
expresiones y las interpretaciones son muy importantes en el proceso de mediación.
Las capacidades y los conocimientos interculturales harán que la comunicación sea
más eficaz y ayudarán a que el mediador evite daños no intencionados.
El proceso de mediación debe confiarse a una personalidad internacional de
reconocida autoridad y capaz de mantener el diálogo con ambas partes. Además, el
mediador debe tener una buena relación con los principales agentes de fuera de la
región.
Experiencia y conocimientos
Los recursos más potentes del mediador son su sensibilidad hacia los aspectos
culturales y el conocimiento del proceso de mediación, el tema de la controversia y
la legislación correspondiente. Los mediadores que conocen el tema de la
controversia probablemente podrán acelerar el proceso, disfrutar de una mayor
credibilidad y aportar información objetiva de su propia experiencia a las sesiones.
2. ¿Cuáles son los atributos clave para un proceso de mediación
efectivo, incluidas las etapas de diseño y ejecución?
Un proceso de mediación efectivo debe tener las características siguientes:
Comprensión del conflicto y los agentes
La primera etapa de toda actividad de mediación debe ser la evaluación del
conflicto en toda su complejidad: el objeto central, su historia, las causas y los
intereses. En esta etapa se debe identificar a las partes en conflicto y a todos los
demás agentes pertinentes. Mediante el análisis se debe poder entender el conflicto
dentro de su contexto y responder a las cuestiones relacionadas con la estrategia: en
qué ámbito se debe actuar, cómo ganar influencia y en qué parte se deben concentrar
los esfuerzos. El mediador debe identificar a los grupos implicados directamente en
el conflicto, entender cómo se definen estos a sí mismos y si cuentan con apoyo
político o militar.
Selección cuidadosa del mediador y claridad del mandato
Es fundamental que se elija a un mediador que todas las partes consideren
apropiado para el caso en particular, en función de los interesados, las cuestiones y
las organizaciones pertinentes. Para generar estrategias adecuadas, las iniciativas de
mediación deben tener mandatos claros. Es poco probable que las estrategias que
salen del marco de los mandatos obtengan apoyo político.
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Asegurar que el conflicto está listo para la mediación
Para asegurar y reforzar el proceso de mediación, es importante determinar si
las partes creen que han llegado a una situación de punto muerto perjudicial para
todas ellas, confirmar que las partes pueden cumplir los acuerdos, evaluar el apoyo
político y público a la paz en el ámbito interno, cultivar la relación con líderes que
asuman responsabilidades en las negociaciones y crear equilibrio entre las partes.
Dirección habilidosa del proceso de mediación
Una vez que el mediador está listo para comenzar el proceso de negociación,
debe preparar el terreno, asignar funciones a todos los agentes pertinentes, gestionar
las cuestiones de logística, llevar a cabo negociaciones, incluir al público en el
proceso y tratar con los medios de comunicación. Los elementos principales de la
conducción habilidosa del proceso de mediación son los siguientes: a) llevar a cabo
consultas y prenegociaciones para preparar el terreno y definir el alcance de la
controversia; b) recopilar aportaciones y fomentar la confianza; c) establecer reglas
básicas claras; d) elegir asociados que tengan suficiente control sobre los elementos
impulsores del conflicto y los grupos ciudadanos pertinentes y contar con la
participación de líderes de alto y medio nivel; e) incluir grupos marginados en la
negociación; f) facilitar un entorno de trabajo neutral, seguro, eficaz y con
suficientes recursos; g) gestionar eficazmente la información y mantener buenos
registros de la negociación; h) desarrollar y aplicar estrategias para avanzar en las
negociaciones; i) incluir los agravios y las expectativas de todas las partes y
prestarles atención. La creatividad, la flexibilidad y la maleabilidad son también
elementos fundamentales de un proceso de mediación eficaz, lo que queda bien
ilustrado en el caso de mediación dirigido por los Estados garantes del Protocolo de
Río de Janeiro de 1942 (la Argentina, el Brasil, Chile y los Estados Unidos de
América, bajo la coordinación del Brasil) de una controversia entre el Perú y el
Ecuador acerca de un territorio fronterizo de ambos Estados (el Proceso de paz entre
el Ecuador y el Perú de 1995 a 1998). La planificación conjunta y la ejecución
concertada aseguraron un enfoque armonioso que permitió que los mediadores
actuaran con imparcialidad y credibilidad en su doble misión en cuanto árbitros en
la situación de punto muerto y facilitadores del acuerdo. La “solución del parque”,
por la que el territorio en litigio se convirtió en una reserva ecológica, se
desmilitarizó y pasó a estar administrado de manera coordinada, representó una
solución creativa y pragmática de una controversia histórica que databa de
principios del siglo XIX.
3. ¿Qué consideraciones son importantes para la cooperación efectiva
entre terceras partes involucradas en el proceso de mediación?
Para mejorar la cooperación entre todas las terceras partes, las Naciones
Unidas deberían desempeñar una función central en el intercambio de información y
la coordinación de las decisiones y la articulación entre las terceras partes
involucradas en el proceso de mediación.
La mejora de la interacción entre las Naciones Unidas y las organizaciones
regionales y subregionales es fundamental para crear sinergias positivas entre los
participantes en el proceso de mediación, y también puede ampliar el valor añadido
que aportan las instituciones locales en relación con las particularidades de una
región o un agente determinado.
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4. ¿Cuáles son los elementos vitales de un acuerdo de paz exitoso?
El acuerdo debe ser aceptable no solo para las partes del conflicto, sino
también para el público en general, y la probabilidad de que se pueda aplicar con
éxito debe ser elevada. Por lo tanto, es fundamental que la población y las partes
interesadas locales sean los principales garantes del acuerdo. La etapa de aplicación
del Proceso de paz entre el Ecuador y el Perú de 1995 a 1998 es un buen ejemplo de
una estrategia de ese tipo. La misión de paz que se envió a la región para supervisar
la separación de las fuerzas, la Misión de Observadores Militares Ecuador-Perú, fue
más allá de las iniciativas clásicas consistentes en fomentar la confianza mutua para
animar a las partes a asumir progresivamente la responsabilidad de preservar la paz
y la seguridad en la región en conflicto.
En los acuerdos de paz se debe incluir a los miembros de las comunidades
locales (y, entre ellos, a los líderes locales) para que desempeñen funciones de
planificadores, agentes, gestores y supervisores de la ejecución. El aprovechamiento
del conocimiento, el liderazgo y las redes locales incrementa los recursos
disponibles para la ejecución, aumenta el capital social y consolida la implicación,
con el consiguiente aumento del interés de la sociedad en la ejecución.
Además, para que el acuerdo de paz tenga éxito, no debe marginar a los grupos
políticos pertinentes para una cuestión en particular. Por lo tanto, es fundamental
adoptar un enfoque inclusivo que favorezca la negociación y el respeto mutuo.
5. ¿Cómo pueden contribuir los esfuerzos de mediación continuos
a una efectiva ejecución de un acuerdo de paz?
Las acciones continuas de mediación pueden contribuir, de manera eficaz en
función de los costos a que los canales de diálogo estén permanentemente abiertos,
evitándose así una elevación del tono que podría conducir al aumento de la tensión.
Las acciones continuas de mediación pueden proporcionar a las partes múltiples
posibilidades creativas y flexibles de solucionar las controversias y ajustar los
términos del acuerdo, manteniendo así abierta la vía del entendimiento y evitando
que se reavive el conflicto. Las acciones continuas de mediación crean una dinámica
de confianza y buena fe que ayuda a las partes a encontrar sus propias soluciones y
mecanismos de ejecución.
Bulgaria
[Original: inglés]
1. ¿Cuáles son las cualidades de un buen mediador?
El estilo del mediador depende de numerosos factores y variables del conflicto
en particular, como la reputación de las partes en el conflicto o el tipo de
controversia (la duración, la intensidad y los problemas). En este contexto, un buen
mediador debe tomar en consideración todos los factores específicos del conflicto.
Al desempeñar la función de intermediario, el mediador puede ayudar a las partes a
ayudarse a sí mismas alentándolas con tacto, precisión y franqueza y presentando
sugerencias para modificar sus percepciones negativas. El mediador debe aclarar y
proporcionar información y pensar al mismo tiempo de manera innovadora para
encontrar una fórmula que permita alcanzar el acuerdo. Además, los mediadores
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deben utilizar la creatividad y el ingenio, el tacto y la empatía para facilitar el
proceso de mediación.
2. ¿Cuáles son los atributos clave para un proceso de mediación
efectivo, incluidas las etapas de diseño y ejecución?
Algunos conflictos son gestionables y manejables, mientras que otros son
complejos y difíciles de terminar. Por lo tanto, en las fases de diseño de un proceso
de mediación efectivo es necesario que se entiendan claramente la situación sobre el
terreno y las expectativas, los temores y la disposición de todas las partes. La
mediación es una forma de acción temprana, por lo que los mediadores deberían
hacer hincapié en actuar pronto para mitigar los riesgos de que un conflicto estalle o
se repita, por ejemplo utilizando eficazmente el análisis del riesgo de conflicto. Los
mediadores pueden reforzar aun más su capacidad de diseñar opciones viables,
funcionales, coherentes y realistas para tomar medidas preventivas y asegurar el
éxito en la fase de ejecución.
3. ¿Qué consideraciones son importantes para que sea eficaz la
cooperación entre las diferentes terceras partes involucradas
en los procesos de mediación?
El principio de complementariedad entre los agentes pertinentes quedó
confirmado en los acuerdos entre la Unión Europea y las Naciones Unidas. El
desarrollo de misiones y operaciones relacionadas con la política europea de
seguridad y defensa reforzará aun más la cooperación entre la Unión Europea y las
Naciones Unidas en búsqueda de la paz sostenible y la solución duradera de los
conflictos. La Unión Europea y las Naciones Unidas suelen trabajar juntas para
evitar el resurgimiento de conflictos en el contexto de las operaciones de
mantenimiento de la paz. Las dos organizaciones han dividido a menudo el trabajo
para mantener sus esferas de competencia respectivas. Todas las organizaciones
regionales, de acuerdo a su función, su misión y sus capacidades, tienen un papel
específico que desempeñar. El establecimiento de una asociación más eficaz debería
basarse en las ventajas comparativas de cada organización.
4. ¿Cuáles son los elementos vitales de un acuerdo de paz exitoso?
Para que un acuerdo de paz tenga éxito debe proporcionar un marco político
para que las partes interesadas puedan perseguir las metas políticas de manera
pacífica, sin recurrir a la violencia ni al uso de la fuerza. En ocasiones, los cambios
políticos especificados en un acuerdo bastan para poner fin a la controversia y
conducir a la paz duradera. En otras ocasiones, los procesos establecidos en el
acuerdo no consiguen generar suficientes cambios importantes, por lo que lo más
probable es que el conflicto se reanude. Para todos los fines prácticos, en dichos
acuerdos se debe proporcionar también un calendario razonable para la ejecución y
la evaluación de los resultados, y ese calendario debe quedar abierto para la
participación (o la nueva participación) de un mediador en la fase de ejecución.
5. ¿Cómo pueden contribuir los esfuerzos de mediación continuos
a una efectiva ejecución de un acuerdo de paz?
Los mediadores en las controversias complejas deben tratar de dar continuidad
a sus acciones para garantizar que el acuerdo que ayudan a facilitar sea duradero.
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Los mediadores pueden participar en los procesos de ejecución, por ejemplo en la
vigilancia de la infracción de acuerdos, la reserva de recursos para asegurar el
cumplimiento, la participación en medidas de fomento de la confianza, etc.,
aumentando de esta manera el costo de incumplir el acuerdo. Estas acciones pueden
costar gran esfuerzo a los mediadores, pero la recompensa de un acuerdo de paz más
duradero puede valer la pena. Además, es probable que esos esfuerzos de mediación
animen a las partes a avanzar positivamente hacia la etapa de reconciliación al
estimular su sentido de implicación en el proceso de ejecución y su responsabilidad
de que el proceso se cierre con éxito.

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