La coyuntura económica y la mayor permisividad en el ámbito familiar ha situado la edad media de abandono del hogar en los 29 años, de las más altas de Europa
C. GARRIDOCRISGARRIDOP / MADRID
GONZALO CRUZ
Los jóvenes españoles se emancipan a los 29 años de media
«Falta de recursos y ausencia de conflictos en casa», así ha resumido José Guirao, coordinador de Obra Social Caja Madrid, durante la presentación del estudio «Jóvenes y Emancipación en España», realizado junto a la FAD, las razones por las que los jóvenes españoles no tienen prisa en abandonar el hogar familiar.
La coyuntura económica, con una tasa de paro juvenil del 52%, el precio de la vivienda todavía inasequible, la falta de ayudas públicas y un alquiler al que deben dedicar una media del 42% de su sueldo, no aporta la seguridad suficiente a los jóvenes para que den el paso de independizarse. Solo uno de cada cinco jóvenes de entre 15 y 29 años tienen una independencia económica plena, frente al 35% que dependen totalmente de sus padres. «El joven español tiene mucho miedo a tener que volver a la casa familiar si le va mal, lo vive como un fracaso. Por eso se retrasa y se cuida más ese momento», explica Eusebio Megías, coordinador de la investigación.
Tanto lo aplazan, que la edad media para emanciparse en España se sitúa ya en los 29 años, de las más altas de Europa, según datos de Eurostat. De hecho, menos de la mitad de los jóvenes españoles de entre 25 y 29 años vive por su cuenta. Mientras que en países como Finlandia, la edad media de emancipación son los 22 años, en España, entre los 18 y los 20, no existe una aparente necesidad ni deseo de ésta, según la investigación.
El contexto cultural tampoco ayuda. Los jóvenes siguen prefiriendo la compra al alquiler, viven la independencia como una ruptura y priorizan la emancipación de cara a formar una familia propia, según este estudio. Además, a diferencia de otros países europeos, en España, los padres se implican bastante en el proceso de emancipación como «garantes de estabilidad».
La escasez de conflictos en el hogar es otro de los factores que favorecen la permanencia en la casa familiar. Si hace 30 años, los jóvenes estaban deseando irse de casa para poder vivir su vida, ahora, con entornos familiares muchos más permisivos, no sienten esa necesidad. «Hacen lo que les da la gana y no están dispuestos a vivir por su cuenta a costa de perder calidad de vida», asegura Megías.
«Los jóvenes han madurado en una serie de cuestiones como elegir el destino de la vida, decidir sin rpesiones con quién y cómo salir, qué estudiar, pero se observa un fenómeno de falta de madurez e infantilización por la escasez de responsabilidades», concluye Guirao.
FUENTE: ABC ESPAÑA
Día 23/10/2012 – 16.32h