aycee Dugard, 18 años secuestrada: ‘Cuando tuve el bebé sentí que no estaba sola’
Jaycee Dugard habla con la periodista de ABD Diane Sawyer. | Reuters
‘Era preciosa. Sabía que no podía dejar que le pasase nada malo’, dijo la californiana secuestrada cuando tenía 11 años
Tuvo dos hijas con su captor fruto de las violaciones a las que fue sometida
Antes de dar a luz a su primera hija jugaba con una araña como única compañía
Pablo Scarpellini | Los Ángeles
Actualizado martes 12/07/2011 12:26 horas
Tener una hija, aunque fuera fruto de una violación y tras años de cautiverio, le salvó la vida de alguna manera. Jaycee Dugard, la joven que fue secuestrada al norte de California en 1991, aseguró anoche en su primera entrevista tras 18 años lejos de su casa que cuando vio a su pequeña supo que tendría algo por lo que luchar para escapar de las garras de Philip Garrido y de su mujer, Nancy, ambos condenados a cadena perpetua por su delito.
“Era preciosa”, indicó Dugard, que ahora tiene 31 años, sobre el bebé que tuvo a los 14 años, tras tres de encierro. “Sentí que ya no estaba sola. Y sabía que no podía dejar que nada malo le pasase”, indicó la californiana, que el martes publicará las memorias de lo que sucedió durante aquellos 18 años de horror, ‘A Stolen Life’.
Antes de dar a luz a su primera hija —tuvo dos durante el encierro—, Dugard explicó a la periodista Diane Sawyer que jugaba con una araña como única compañía, puesto que lo único que recibió de sus captores fueron abusos sexuales y malos tratos.
También explicó que aprendió la relación entre el sexo y el embarazo en la televisión, pues sólo tenía 11 años cuando se la llevaron de la parada de un autobús en South Lake Tahoe.
Sobre una presunta huida, la joven Dugard explicó que era algo fuera de sus posibilidades por el celo con que la guardaban. “Huir es algo que sentí que no podía hacer. No había opción de escapar”.
Asimismo, explicó que cuando se presentó ante la policía 18 años más tarde de su desaparición, “fue como romper un hechizo”, tras poder firmar con su nombre en una declaración. Después llamó a su madre para que viniera “corriendo” a buscarla para poner fin a su particular infierno.
FUENTE: EL MUNDO ESPAÑA