Los inmigrantes aportan al Estado más de lo que cuestan

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Los inmigrantes aportan al Estado más de lo que cuestan

El informe «Inmigración y Estado del bienestar en España» desmonta viejos mitos sobre el impacto de la inmigración en la economía y revela que la contribución financiera de los extranjeros residentes en España es claramente positiva

MIRIAM SÁNCHEZ / MADRID
Día 04/05/2011 – 18.01h
IGNACIO GIL
El último estudio presentado por la Obra Social «La Caixa» desmonta viejos mitos sobre el impacto de la inmigración en la economía y el estado de bienestar. La investigación revela que la contribución financiera de los extranjeros residentes en España es claramente positiva y ofrece relevantes datos sobre el uso que hacen en gasto social.

Jaime Lanaspa, director general de la fundación «La Caixa», presentó esta mañana en CaixaForum Madrid el estudio «Inmigración y Estado del bienestar en España» junto con sus dos autores, María Bruquetas Callejo –profesora del departamento de Ciencia Política de la Universidad de Ámsterdam– y Francisco Javier Moreno Fuentes –científico titular en el Instituto de Políticas y Bienes Públicos del Consejo de Superior de Investigaciones Científicas (CSIC). En la presentación, Lanaspa destacó «lo oportuno del estudio en época de crisis, cuando se cuestiona el papel de la inmigración. Y especialmente oportuno es su publicación en este mes, cerca de las elecciones municipales y autonómicas».

La investigación trata de analizar las consecuencias del cambio tan rápido que ha experimentado la sociedad española, que ha pasado en poco tiempo de ser un país de tradición emigrante a recibir grandes masas de extranjeros. España es hoy el segundo país de la Unión Europea con las cifras más elevadas de inmigración, habiendo pasado este sector de representar el 2,28% de la población total en el año 2000 al 12,17% en 2010, según datos del padrón municipal.

«La inmigración favorece la creación de empleo, el aumento de la renta per cápita y el consumo, pues el 30% del crecimiento del PIB entre los años noventa y primera década de este siglo se corresponde con la llegada de inmigrantes a nuestro territorio», afirma Bruquetas.

Freno del envejecimiento de la población
También gracias a la inmigración ha sido posible la transición de los autóctonos hacia empleos más cualificados y gracias a la participación de los inmigrantes en trabajos del sector doméstico, la tasa de participación laboral de la mujer se ha duplicado entre 1976 (28,4%) y 2009 (51%). Aparte de constituir un dinamizador económico, el fenómeno de la inmigración es responsable del freno del envejecimiento de la población, garantizando temporalmente la sostenibilidad financiera del sistema de pensiones.

En cuanto al acceso de los inmigrantes a las prestaciones que ofrece el estado del bienestar –concretamente, sanidad, educación y seguridad social, que constituyen el 80% del gasto social de nuestro país– se refleja en los datos el poco uso que la población inmigrante hace de estos recursos. En sanidad, los inmigrantes acuden un 7% menos a los médicos de familia y un 16,5% menos a los especialistas, aunque utilizan un 3,2% más las urgencias.

Respecto a las pensiones, solo menos de un 1% perciben pensiones, siendo la mayoría de estos comunitarios. En educación, la proporción de alumnos extranjeros en nuestras aulas está por debajo de la media europea –9,6% del conjunto de los estudiantes en enseñanza obligatoria en el curso 2009/2010–. Cabe destacar que el 82% de alumnos extranjeros pertenece a centros públicos, frente al 14,1% matriculado en centros concertados y el 3,8% presente en privados. El peor dato es la probabilidad de abandono prematuro de los estudios de los jóvenes de origen inmigrante, 2,1 veces mayor que la de los españoles.

Sin embargo, la percepción negativa que los españoles tienen de los inmigrantes ha ido en ascenso. «Muchos autóctonos creen que los inmigrantes son competidores. La explicación puede estar en que la inmigración está concentrada en determinadas ciudades –costa mediterránea y Madrid–, y en determinados barrios», explicó Moreno Fuentes. «El perfil de español con una actitud más negativa sobre los extranjeros suele ser de más edad, religioso, con ingresos más bajos y con ideas más conservadoras». Sin embargo, a pesar de que España sigue siendo uno de los países con menor índice de percepción negativa de la inmigración en Europa, la crisis ha hecho que esta se incremente desde principios de la década. «Las encuestas indican que la opinión de que los inmigrantes cuestan más de lo que aportan ha aumentado, debido a la crisis económica y al paro», señaló Moreno Fuentes.

FUENTE ABC ESPAÑA

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