Un hombre en Brasil mata a diez niñas y un niño, hiere a otros 18 y despues se da un tiro en la cabeza

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Un hombre en Brasil mata a diez niñas y un niño, hiere a otros 18 y despues se da un tiro en la cabeza

Un exalumno de la escuela municipal de Realengo Tasso Silveira, al oeste de Río, es el responsable del tiroteo. -La carta escrita de puño y letra por el joven que provocó la masacre revela que más que un terrorista, como se llegó a pensar, se trata de un perturbado mental con delirios religiosos

JUAN ARIAS | Río de Janeiro 07/04/2011

En la escuela municipal de Realengo, Tasso Silveira, en la zona oeste de Río, un hombre, Welllington Menezes de Oliveira, de 24 años, exalumno de la escuela, ha entrado la mañana de hoy presentándose como alguien que iba a dar una conferencia y tras entrar en una sala con 40 alumnos entre 9 y 12 años, donde la maestra impartía clase de portugués, sacó dos revólveres del calibre 38 y ha disparado más de cien tiros, matando a diez niñas y un niño e hiriendo a otros 18 alumnos, algunos en “estado muy graves”, según ha contado Sérgio Cabral, gobernador del Estado de Río, en rueda de prensa.

La tragedia ha convulsionado a todo el país. Así lo ha comunicado la presidenta de la República, Dilma Rousseff, ya que es la primera vez que en Brasil se perpetra un crimen de este tipo en una escuela. Rousseff, interrumpió un acto público que estaba celebrando en el Palacio Presidencial y visiblemente emocionada pidió un minuto de silencio “por esos niños que han perdido su vida y su futuro”, ha dicho.

A su vez, el ministro de Educación, Fernando Haddad, ha calificado de “tragedia sin precedentes” el acto de violencia y ha asegurado que hoy es “un día de luto para la educación”. Un grupo de policías que estaban actuando en la zona en una operación contra el transporte clandestino ha visto a las 8.30 de la mañana a un niño que salía de la escuela con la cara chorreando de sangre, han entrado en el lugar y han subido al segundo piso, donde el joven asesino se había refugiado. Un policía le ha disparado a la pierna y le ha pedido que se rindiera. Inmediatamente, el joven se dio un tiro en la cabeza y ha fallecido en el acto.

La tragedia podría haber sido mayor de no haber llegado a tiempo el policía que acorraló al criminal ya que se disponía a entrar en otra sala de la escuela para seguir matando, según ha dicho Cabral. El asesino ha armas profesionales y tenía aún mucha munición cuando resultó muerto, según el gobernador de Río.

La carta escrita de puño y letra por el joven que provocó la masacre en la escuela de Río revela que más que un terrorista, como se llegó a pensar, se trata de un perturbado mental con delirios religiosos. En su carta pide que que ningún fornicador ni adúltero “toque su cuerpo sin guantes”, que quiere ser enterrado junto a su madre adoptiva y que un “servidor de Dios” vaya al cementerio a “pedir perdón por él” para que en su llegada “Jesús me despierte de la muerte a la vida”. Comienza su carta pidiendo que su casa que, según él, no necesita ninguno de sus familiares, y que sea entregada a una institución que cuide animales abandonados porque, afirma “los animales son seres muy despreciados que necesitan de más protección que los seres humanos”. Queda sin embargo el interrogante apuntado por el gobernador de Río Sérgio Cabral de por qué y cómo, el joven perturbado estaba en posesión de “armas profesionales” y demostró ser tan buen tirador.

Las madres y padres de los alumnos corrieron desesperados a la escuela para saber noticias de sus hijos. La alcaldía puso a disposición de la familia equipos de psicólogos y asistentes sociales para ayudarles, ya que muchos se desmayaron y estaban en estado de shock.

Una de las preguntas que se hacen los investigadores es por qué el asesino, que iba vestido con camiseta verde y pantalones negros, casi como un miliciano, mató a nueve niñas y sólo a un niño y a casi todos les disparó a la cabeza y al tórax.

En la escuela, en las otras clases, los maestros aterrorizados por los disparos, protegieron la puerta con mesas y sillas y pidieron a los alumnos que se echaran todos al suelo. Pensaron que se trataba de una acción llevada a cabo por los traficantes de drogas de las favelas. Hay muchos interrogantes aún abiertos sobre el inédito crimen de la escuela de Río, que siguen aún sin desvelarse.

FUENTE: EL PAIS ESPAÑA

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