Reynosa, Tamps. / Marzo 19.-
El 18 de marzo a las 7:30 de la mañana los gritos de desesperación de Ema Garza surcaron el vecindario: “¡Auxilio!”, “¡ayúdenme!”. Su propio hijo, Daniel, la estaba atacando con un cuchillo en medio de un arranque de locura que surgió de la nada.
Nadie podía creer lo que pasaba en la colonia Petrolera, una de las más acomodadas y tranquilas en la fronteriza ciudad de Reynosa.
En su estupefacción, Nehemías, el hermano mayor, bajó para auxiliar a su madre, de 45 años, quien en la cochera yacía por las heridas mortales que estaba recibiendo de su vástago.
Pero el agresor también lo apuñaló y puso fuera de combate. Según reportes, apenas pudo saltar el portón para pedir ayuda en el Hospital de Pemex, localizado a dos cuadras de su domicilio y dar parte a las autoridades.
Instantes después, cuando los policías preventivos arribaron a la residencia nada pudieron hacer para salvarle la vida a Ema, quien padecía ceguera a causa de la diabetes, por lo cual estaba indefensa.
En el mismo lugar Daniel fue arrestado para ser primero trasladado a la cárcel de la Secretaría Municipal de Seguridad Pública (SSP) y luego a los separos del Ministerio Público Investigador (MPI). Visiblemente fuera de razón y sin remordimiento, manifestó estar listo para recibir su castigo.
SIN PUDOR
Por otro lado, una horda de fotoreporteros ingresaban a la escena del crimen, para difundir más tarde unas imágenes cargadas de amarillismo, con la mujer muerta en un charco de sangre. “Se perdió el respeto”, dijo uno de los agentes que asistió la emergencia.
El escándalo recayó sobre Daniel, quien a decir de su profesora, Rocío Uresti, era “intachablemente” el mejor de la clase y monarca estatal en ajedrez.
Alumno del cuarto semestre de la carrera de Nutrición en la Universidad Autónoma de Tamaulipas (UAT), el joven asesino nunca había protagonizado una conducta violenta, aunque reconoció que es adicto a las drogas. El médico forense aseguró que al momento de su detención le confiscaron medio kilogramo de mariguana.
La noticia inédita sobre este matricidio, según el comandante ministerial Gilberto Lerma, voló con tal velocidad, que a pocos minutos de ocurrido el incidente una multitud de curiosos y conocidos de las víctimas llegaron para saber a ciencia cierta lo que había acontecido.
En un video subido al portal electrónico Youtube, Daniel declaró que le había quitado la vida a quien paradójicamente se la dio porque un “dios” se lo había “ordenado”.
Y mientras su hermano -quien es estudiante de la Universidad de Texas-, estaba recibiendo atención médica, el asesino de la Petrolera reía en el interior de la patrulla, como si nada grave hubiera cometido “¡ya, vámonos!”, gritaba.
En su aula de clases absolutamente nadie podía dar crédito a lo que había hecho, pues le clasificaban como “una persona calmada”.
Acto seguido sus profesores fueron a buscarle a su celda, donde hasta los mismos policías se asombraban de lo que Daniel decía:
“El niño de los ojos tristes, ese es mi nombre. ¿Por qué tenía los ojos tristes?, porque no tenía amor. Ayúdame a salir, ayúdame a salir, ayúdame a salir”, repetía una y otra vez.
Por momentos el homicida señalaba desconocer que había asesinado a su mamá e insistía desequilibradamente que su grupo musical predilecto es la banda británica Coldplay.
Daniel no quiso proporcionar su correo electrónico y rehuyó a los cuestionamientos sobre su comportamiento, mientras sus maestros hacían oración por él.
Para el doctor que lleva el caso, el joven criminal presenta un estado crónico de esquizofrenia. Descartó que finja demencia para escapar a una pena aproximada de unos 30 años de prisión por el delito de homicidio.
La consignación en su contra será girada por la SSP en un plazo de a más tardar 72 horas, las cuales son cruciales para determinar si padece o no paranoia.
Al cierre de esta edición Nehemías, hermano de Daniel se encuentra en estado grave e inconsciente. De acuerdo al reporte emitido por la subdirección del centro hospitalario de Petróleos Mexicanos está conectado a un respirador artificial.
En las puertas del nosocomio los deudos solicitaron respeto en el manejo de la información, mientras su padre, Nehemías Herrera, estaba próximo en retornar de un viaje a la Ciudad de México.
FUENTE: HORACERO MEXICO