La aerolínea Air France fue imputada hoy por “homicidio involuntario” por el juez que investiga el accidente del Airbus A330 que se estrelló en el Atlántico cuando cubría la ruta Río de Janeiro-París, en el que murieron 228 personas.
El procesamiento de Air France se produce un día después de que fuera inculpado el fabricante aeronáutico europeo Airbus en la misma causa con vistas a la determinación de responsabilidades en la caída del avión por razones que todavía no se han podido precisar.
El abogado de Air France, Fernand Garnault, en declaraciones a la emisora “France Info”, consideró que la imputación de la aerolínea “no está justificada”, teniendo en cuenta que la investigación técnica ha constatado deficiencias de las sondas de velocidad Pitot que llevaba el avión, pero no considera que eso pudiera llevar a la pérdida del aparato.
“Me parece curioso que el juez de instrucción haya querido imputar hoy a la compañía cuando no hay ningún vínculo de causalidad establecido entre las (sondas) Pitot y el accidente”, indicó el letrado antes de añadir que “algunos expertos dicen que puede ser un elemento que contribuyó al accidente, pero no hay nada demostrado”.
Air France, que estuvo representado ante el juez instructor por su director general, Pierre-Henri Gourgeon, acompañado de Garnault, puso el acento en que no le corresponde determinar las causas del siniestro, pero que colabora activamente tanto con la investigación administrativa como con la judicial.
Un portavoz también recordó que la compañía apoya financieramente la cuarta campaña de búsqueda de las cajas negras y de los restos del fuselaje que va a iniciar la semana próxima el Organismo de Investigaciones y Análisis (BEA). Air France confía en que la búsqueda “permitirá encontrar el aparato” porque, según señaló el portavoz, la situación actual de incertidumbre sobre los motivos del siniestro le resulta “insoportable” a la empresa y a sus empleados.
En las tres operaciones anteriores, el BEA no logró dar con las cajas negras del avión, imprescindibles para establecer las circunstancias de la catástrofe, que se produjo el 1 de junio de 2009.
En diciembre de ese mismo año, este organismo oficial francés recomendó cambiar los “criterios de certificación” de los sensores de velocidad Pitot de los aviones, fabricados por la empresa gala Thales, que llevaba el aparato siniestrado. Air France sustituyó las sondas de ese tipo en todos sus aviones tras el siniestro de su vuelo AF447.
Jean-Claude Guiudicelli, uno de los abogados de los familiares de las víctimas, afirmó tras conocerse la imputación del fabricante de los aparatos que “no hay ninguna duda de la responsabilidad colectiva de Air France y de Airbus, puesto que la verdad en este asunto salta a la vista. Hay pruebas abrumadoras”. Entre esas pruebas Guiudicelli destacó que el sistema que comunica al ordenador de a bordo del avión los fallos técnicos indicó cuando estaba cayendo que las sondas Pitot no funcionaban y que por tanto los pilotos no podían controlar la velocidad de vuelo.
EFE