Pienso que, por regla general, los hombres merecemos una segunda oportunidad para reivindicarnos de nuestros errores. En la esfera política, hay muchos casos de organizaciones o personas que en su momento fueron antidemocráticas e hicieron uso de la violencia, pero que luego se incorporaron al sistema político democrático. Para que ello ocurra, sin embargo, antes tuvieron que hacer un mea culpa, renunciar a sus propuestas o prácticas antidemocráticas, aceptar las reglas de la democracia representativa y ser leales a dicho régimen político.
Dilma Rousseff, la actual presidenta de Brasil, por ejemplo, en su juventud integró las organizaciones guerrilleras Comando de Liberación Nacional (Colina) y Vanguardia Armada Revolucionaria Palmares. De ella se sostiene que, incluso, participó en acciones armadas y secuestros. Ello no fue óbice, sin embargo, para que, tras incorporarse y hacer una larga carrera política en una organización democrática, el Partido de los Trabajadores, llegue a ocupar la máxima magistratura de su país.
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