NOTA PRELIMINAR
En 1999, siendo presidente de una joven ONG (Instituto Alameda. Democracia y Desarrollo), fui también director de la revista SINEQUIS (publicación de la referida ONG), y en su número cero publiqué un artículo titulado “Democracia no sólo cuestión de votos”. De algún modo, fue mi artículo de iniciación en mis reflexiones sobre la política y la democracia. Era, ciertamente, un artículo juvenil (en ese entonces frisaba los 25 años) y más empírico que académico (aún no había estudiado la Maestría en Ciencia Política y mis estudios de Derecho no me ayudaban mucho para la reflexión política); sin embargo, considero que muchas de las ideas sobre la democracia que aún sigo sosteniendo actualmente, ya las había procesado en aquella época y están expresadas en ese artículo. Seguramente, también hay algunas ideas que deben ser revisadas, o por lo menos complementadas.
Once años después, me parece conveniente volver a publicarlo, con el objeto de hacer un balance sobre la pertinencia de lo que entonces escribí y, de ser el caso, verificar cómo han madurado mis ideas. Ya que el artículo original es muy largo para al formato de un blog, lo publicaré por partes. Asimismo, en esta versión intentaré pulir en algo su redacción, aunque manteniendo fielmente las ideas entonces expresadas. [Así también, de ser necesario, realizaré algunos comentarios actuales poniéndolos entre corchetes]. Veamos.
RESUMEN
La democracia es más que un modelo político, es una forma de convivencia social. Desde esta perspectiva la sociedad civil y la participación ciudadana se presentan como únicas garantías de vigencia de la democracia. Asimismo, el desarrollo de una sociedad civil fuerte implica también democratizar los beneficios del mercado. Estas son algunas de las ideas desarrolladas en las siguientes líneas.
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